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domingo, 14 de enero de 2018

Demasiado joven para morir y demasiado viejo para…



Este día, como a las 6:30 de la mañana, cumplí 60 años: supongo que a estas alturas de mi vida soy demasiado joven para morir y demasiado viejo para seguir rocanroleando, si se me permite parafrasear a Ian Anderson, líder de Jetro Tull.

Llegado a este punto, es obligado que uno se pregunte ¿a qué edad se es un anciano, o para decirlo en términos políticamente correctos: una persona de la tercera edad?

Según el estudio Generation to Generation: Gauging the Golden Years, que el Marist Institute for Public Opinion realizó en 2012 a petición de la organización Home Instead Senior Care, la respuesta depende de la edad y sexo de cada quien, pues la edad a partir de la cual una persona es considerada anciana aumenta levemente con cada generación.

El estudio encuestó a 1,235 estadounidenses acerca de sus opiniones sobre el envejecimiento, y halló que, en general, los hombres consideran que una persona es anciana a los 70 años, mientras que las mujeres creen que uno alcanza la tercera edad a los 76 años.

En detalle, cuando se preguntó ¿A qué edad considera que una persona es anciana?, la generación de Milennials o Generación Y (nacidos entre 1980 y 1999) dijo que a los 62 años; la generación X (nacidos entre 1965 y 1979) opinó que a los 71 años; la generación de Baby Boomers (nacidos entre 1946 y 1964) señaló que a los 77 años, y, por último, la generación de personas nacidas entre 1914 y 1924 consideró que se es anciano a los 81 años.

En Colombia, en respuesta a controversias suscitadas por demandantes de pensiones, la Corte suprema determinó que “…persona de la tercera edad es quien tenga una edad superior a la expectativa de vida oficialmente reconocida en Colombia”, y señaló que la tercera edad empieza a los 72.1 años para los varones, y a los 78.5 años para las mujeres.

En México, aunque la expectativa de vida según el Inegi (2012) es de 76.92 años, la cosa es más simple, pues el Instituto Nacional de las Personas Adultas Mayores (Inapam) se ampara en la Ley de los Derechos de las Personas Adultas Mayores para determinar quién es un adulto mayor. En el Artículo 3 de la ley de marras se señala: “Para los efectos de esta Ley, se entenderá por: I. Personas adultas mayores. Aquellas que cuenten con sesenta años o más de edad…” Y ni para dónde hacerse.

Así que no hay que buscarle más: yo, aquí y ahora, soy una persona de la tercera edad.

No pienso en el futuro como algo material sino como un ambiente en el que pueda ser y hacer, y recoger del pasado lo que me ha hecho fuerte para poder sobrevivir, acompañado de las A que llegaron a mi vida lentamente: Araceli, Arely, Alí y Arlyn…. y de quienes le dan sentido a mis locuras.

Me declaro un renacido cada día, y acaso prefiero inclinarme hacia el pensamiento de Karl Jaspers para alcanzar una filosofía del futuro en cuatro pasos:

Buscar la paz y la tranquilidad de la mente de una forma permanente;
Pasar del escepticismo contemporáneo a la asimilación de las antiguas tradiciones;
Buscar la pureza de las ciencias, como base de la verdad de la filosofía, y
Desear la utilización de la razón como deseo sin límites para el diálogo y la comunicación entre los seres humanos.

Lo demás es lo de menos. ¡Salud!


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