Trova y algo más...

jueves, 30 de junio de 2011

Que cojan, pero no mucho…

Héctor Aguilar Camín no es de mi particular agrado, pero hoy lo tomo como referencia.

Escribe en Milenio una entrega que titula “Que cojan”.

Así nomás.

Y se refiere a un tema que ya nos tiene hartos: al garrapatero y sus múltiples vicios que los medios y la Femexfut han convertido al futbol profesional en México.

Y dice el Camín de marras:

Comparto el argumento de la disciplina pero no la sanción draconiana, ni mucho menos el escándalo moral porque los jugadores de la selección mexicana invitaron a unas damas a sus cuartos de hotel en Quito.

Naturalmente que infringieron el reglamento de las concentraciones pero no faltaron al propósito mayor de ellas, que es jugar bien y ganar. De hecho, las muchachas estuvieron en sus cuartos dos noches. Una de ellas, la anterior al partido. Se fueron del hotel a las diez de la mañana.

Los seleccionados se levantaron ese día, al parecer muy mejorados deportivamente por sus excesos, pues por la noche ganaron a Ecuador 1-0.

Fue su primer buen juego y su primera victoria en una gira donde no habían hecho sino perder y empatar. Uno de los agasajados por las damas, Marco Fabián, metió un golazo. ¡Benditas damas!

Recuerdo a este propósito la revelación de Joe Namat, legendario quarterback de los Jets de Nueva York, en el sentido de que había pasado la noche anterior al Súper Bowl en compañía de dos mujeres.

“Me relajaron”, dijo, creo que a la revista Playboy, y en la tarde jugó el partido de su vida.

Uno entiende que hay que exigir disciplina y sancionar la indisciplina.

Lo que no se entiende es la pena draconiana de seis meses de suspensión a ocho jugadores cuya ausencia destruye lo que de por sí era un equipo endeble, en trabajosa construcción.

Todo el que anda en el medio del futbol sabe que lo de Quito se trata de una infracción de rutina que se castiga rutinariamente.

La sanción draconiana tiene más que ver con las pretensiones de impecabilidad de los directivos que con la gravedad del hecho.

Vieron venir el escándalo en los medios y le echaron unos cuerpos a Huitzilopochtli.

Nada menos que a los jugadores.

Se desató luego la moralina de baja denominación según la cual los seleccionados están obligados a dar el ejemplo, a portar con dignidad la camiseta de México, inspirar a la niñez y a la juventud, etcétera.

¿Qué es lo que quieren decir con esto? ¿Que los seleccionados no deben coger o que deben hacerlo sin que nadie se dé cuenta?

El que esté libre de mujeres durante las giras futbolísticas, que tire la primera piedra.

Medios y directivos incluidos.

Acaso contra los más altos intereses educativos de la juventud mexicana, aunque acaso en mejor servicio de ellos, yo voto porque los jugadores follen, templen o cojan cuanto quieran, y sean felices y jueguen bien y triunfen en la cancha y en la cama.

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Aunque si hablamos de coger, debemos tener en cuenta que a los mexicanos, que estamos hartos de todo y de nada, el domingo próximo nos darán media cogida (siguiendo el argumento del Camín, pues) y el año que viene, la mitad que nos falta: el PRI ganará en el Estado de México y, de acuerdo al oráculo de Calderón, Peña Nieto llegará a la Presidencia.

¿Esto es bueno o es malo?

Es malísimo: es como haber amarrado a un perro bravo, loco y pendejo (no necesariamente en ese orden) y luego soltarlo peor, porque ahora, además de bravo, loco y pendejo, será un perro soberbio.

¿No me creen?

Nomás mírenle la cara al imbécil del Moreira y a todos los que le festejan sus burradas.

Y sí, que dios nos coja (porque él también coge, siguiendo de nuevo la lógica del Aguilar Mamín) confesados…

De hecho, dios siempre nos ha cogido, confesados o no…

Y mientras, yo, que veo venir el escándalo, no sé a qué Huitzilopochtli echarle lo que será el cadáver de esta nación…

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miércoles, 29 de junio de 2011

Creo que pareció un imbécil...

Aquella vez, en televisión nacional, Francisco Labastida dijo muy orondo: “Me ha llamado chaparro... me ha llamado mariquita...me ha dicho la vestida...me ha dicho mandilón…”

Se refería a Fox.

Y Fox, semanas después, fue elegido presidente de México.

Quién sabe si eso también sea fruto de la democracia.

Quién sabe si eso de decir las cosas frente a las cámaras —como se han dicho mil veces antes y como se seguirán diciendo mil años después, dependiendo del rumbo político del viento y de quién pague— deba tomarse como un rasgo de la democracia posmoderna.

Aunque no para todos.

Porque no hace mucho, los merolicos de Televisa y de Tv Azteca no pararon con aquel supuesto basado en el rumor desatado por un candidato a la Presidencia: “El Peje es un peligro para México”.

Meses después, ellos mismos anunciaron, en la plena obscenidad del festejo, aún antes de que se contabilizaran las boletas, que Calderón había ganado las elecciones.

Con el tiempo, los mismos merolicos crucificaron, con razón o sin ella, a Carmen Aristegui, porque dijo algo basado en un rumor, según condenaron los arrastrados.

En fin: ¿cosas de la democracia?

No lo sé.

Lo que sí sé es que, la cadena de televisión estadounidense MSNBC anunció la suspensión "indefinida" de un analista político que llamó "imbécil" al presidente Barack Obama, durante un programa en directo.

"Los comentarios de Mark Halperin de esta mañana son totalmente inapropiados e inaceptables. Mark será suspendido indefinidamente de su puesto como analista", afirmó MSNBC en un comunicado de prensa.

Ese es un rasgo de la democracia norteamericana: ver la paja en el ojo ajeno y hacerse güeyes con la viga en el propio.

Como sea, la cadena de televisión ofreció disculpas al presidente Obama, a la Casa Blanca y a los televidentes, y dijo que comentarios así "no tienen cabida en el aire" porque MSNBC se esfuerza por lograr un "buen nivel" en sus debates.

O sea, ¿está bien pasar en vivo y a todo color que un comando de asesinos vaya a asesinar a quienes son personas non gratas para el gobierno, pero está mal decirle imbécil a un presidente que ordena que esos asesinos se pasen la autodeterminación de un pueblo por su gringo arco del triunfo?

Quién sabe.

El caso es que el analista de marras participaba en la tertulia de la mañana "Morning Joe" cuando el presentador Joe Scarborough le preguntó su opinión sobre la imagen del presidente durante la rueda de prensa que ofreció el miércoles en la Casa Blanca.

"Creo que pareció un imbécil", respondió Halperin, ante la cara de sorpresa del presentador, que se apresuró a pedir, aunque sin éxito, si se podía "borrar" el comentario para que no se oyera en directo utilizando los siete segundos de retraso para evitar momentos inapropiados.

El canal de televisión es considerado por un número creciente de estadounidenses como el contrapeso demócrata a la conservadora cadena Fox News.

La destitución de Mark Halperin se suma a otros casos ocurridos en los últimos meses en diferentes medios de comunicación estadounidense.

La misma cadena suspendió en noviembre a dos de sus periodistas, a Joe Scarborough de forma temporal y a Keith Olbermann de forma indefinida, por haber donado dinero a políticos sin permiso de la compañía.

Un mes antes, la cadena CNN despidió de forma fulminante al presentador cubanoamericano Rick Sánchez por una crítica al humorista Jon Stewart que fue interpretada como antisemita.

De forma muy similar, la cadena pública de radio NPR despidió a mediados de octubre a su presentador Juan Williams por unas declaraciones presuntamente despectivas hacia los musulmanes.

Si esto hubiera sucedido aquí, los merolicos de Televisa y Tv Azteca, a quienes ya se les han sumado los de Milenio, no sólo hubieran despedido a Mark Halperin, sino que hubieran contratado un comando armado para que lo colgara de un puente… con tal de quedar bien con ese otro imbécil…

¡Sobres, sobres, sobres, sobres, sobres…!

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lunes, 27 de junio de 2011

Nothing really matters to me...

Dicen los expertos que ésta es la única canción en llegar a la cima de las listas de preferencia que habla de un juicio por asesinato y combina ópera con headbanging.

Freddie Mercury usaba su piano como cabecera de la cama.

Cuando se despertaba inspirado, se estiraba y tocaba lo que había escuchado en sus sueños.

Fue así como nació "Bohemian Rhapsody" ("Rapsodia Bohemia").

Durante las primeras tres semanas tras su lanzamiento, unas 20,000 personas compraron la canción cada día.

Y todavía hoy, 35 años después, no pasa una hora sin que suene en la radio en algún lugar del mundo.

A los críticos no les gusta, pero a la gente sí.

¿Cuál es su secreto?

Sepa la tzingada, porque en sí la historia esencial no es el mayor enigma de la música pop: un hombre le confiesa a su madre que mató a alguien; en el juicio usa su pobreza como excusa, en vano, y termina resignado a su destino.

Pero quedan asuntos sin responder: ¿a quién mató y por qué? y ¿por qué el juez habla tan raro?

Ciertamente, es el lenguaje utilizado en la escena que se desarrolla en la corte lo que despierta más curiosidad.

Hay más de una gota de cultura italiana: Scaramouche es un personaje bufonesco en la commedia dell'arte; Galileo era un astrónomo florentino condenado por herejía por la Inquisición y Figaro es el personaje principal de la ópera de Rossini "El Barbero de Sevilla", en la que ayuda a que el amor verdadero se imponga.

El toque hispanoamericano es la mención del baile fandango, que había aparecido en otro éxito de ventas ocho años antes: "A Whiter Shade of Pale".

"Mamma mia", por supuesto, significa "mi madre" en italiano, pero también es una exclamación usada en momentos altamente dramáticos.

Y eso demuestra cuán bien funciona la canción: no tenemos que saber del teatro italiano del siglo XVI para entender que "el pobre chico" está metido en un grave problema.

Los abogados defensores tratan de competir con los adornados argumentos de la fiscalía —"Perdónenle la vida de esta monstruosidad"—, pero no lo logran.

El propio Freddie Mercury, por supuesto, disfrutaba tanto de usar lenguaje florido como de vestir leotardos de spandex, y en la canción se siente el deleite con los sonidos y las frases.

"La arquitectura de Bohemian Rhapsody —¡y es arquitectura en verdad!— es consciente y ostentosamente barroca”, dijo a esta columna el reconocido melómano Manuel de Jesús García Servín a pregunta expresa de cómo el calor no hace llover en Hermosillo.

“Deja tú eso —intervino, como siempre de metiche, el Dr. Óscar “Polacas”© Holguín—, la canción es rica en adornos, detalles curiosos, ocasionalmente con influencias marroquíes”, mencionó antes de empinarse el vaso de cerveza helada helada, “como trasero de pingüino”, dijo alguna vez el Ezequiel “Alma de dios” Silva.

Y agrega el Dr. “Polacas”©: “También es poderosa y a veces mareadora, como la mota mezclada con tequila, según me han dicho —subrayó con una sonrisa ladeada y socarrona—, cambia de registros y tiene una emotividad lacrimosa que es casi imposible de resistir", sentenció y acto seguido pidió otra caguama.

“También imposible de resistir es buscar algo autobiográfico en la letra de la canción”, dijo alguna vez Roberto Algarra.

Algarra tiene la teoría de que la "Rapsodia Bohemia" es algo así como una confesión Mercury aceptándose como gay. "Además, yo creo que hay mucho de eso: la resignación, el abandono del rol que había protagonizado hasta entonces", dijo el Algarra antes de cerrar la cabina de Radio Universidad por dentro.

Por su parte, el veterano músico retro Jesse Albert Blond, demostrando su amplio conocimiento del diamante yankee, ha señalado en varias ocasiones que las alusiones a Galileo, Fígaro y el resto de los personajes que pululan por esa canción parecen respaldar esa teoría, pero no todo el mundo está de acuerdo.

En 2004, los “Grandes Éxitos de Queen” se convirtió en el primer álbum de rock permitido en Irán.

El casete iba acompañado de un folleto en el que se insistía que el héroe "mató a un hombre" accidentalmente y que luego le vendió el alma al diablo.

En la noche previa a la ejecución —explicaba el folleto—, llamó a dios en árabe —"Bismillah"— y gracias a ello recuperó su alma de las manos de satanás.

Más recientemente, en el musical "We will rock you", su creador Ben Elton ofreció otra interpretación, en la que Scaramouche y Galileo son rebeldes de una sociedad futura en la que la música rock ha sido vetada por los malos.

Para muchos, sin embargo, la "Rapsodia Bohemia" es sencillamente una bomba sonora cuya fuerza fue ilustrada en la funesta película "Wayne's World".

Pero su ambición —y su duración— casi la llevan al fracaso.

La compañía disquera EMI no quería lanzar la canción como un sencillo hasta que la banda le dio una copia versión gruperrona al DJ de la Kaliente Humberto el “Mago” Armas, quien la tocó en la radio 14 veces durante un fin de semana, lo que persuadió a EMI, a la BBC, a la AZA, a la UZI y demás siglas y otros escépticos de que el público era capaz de apreciarla.

Empero, Queen consideraba a la obra como una minivitrina de sus habilidades técnicas.

"Nos parecía que la 'Rapsodia Bohemia' captaba casi todos los estilos que estábamos haciendo", le dijo Mercury a la revista “Dónde y cuándo” alguna vez. "Pensamos 'OK, esto es lo que le queremos presentar al público y ver qué hacen con ello'".

El público la acogió, a veces incluso por ser kitsch. La canción habla de amor, pérdida y muerte, y es sin duda algo tonta.

"La asumimos como irónica", insistía Mercury, lo que deja abierta la posibilidad de tomársela tan en serio como uno quiera.

"No tiene misterio, se explica por sí sola: lo único es que incluye algunos disparates en el medio", le dijo el baterista Roger Taylor a la BBC.

O sea, ¿pa’ qué tanto brinco estando el suelo tan parejo, pues?

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sábado, 25 de junio de 2011

Ni volviendo a nacer...

En un estudio realizado por investigadores del sueño del Colegio de Posgraduados de la Facultad de Natación y Albercas (Copofanal), que dirige el prestigiado Dr. Óscar “Polacas”© Holguín, y publicado en el pasquín “Humedades”, del colegio de marras, se ha llegado a la conclusión que sin tanta ciencia nos decían las abuelas: dormir más horas mejora la capacidad de aprendizaje del cerebro al poder recuperarse de las gran cantidad de sinapsis —uniones entre las células nerviosas donde se traspasan las señales eléctricas o químicas— que realiza durante el día.

Mi madre, bohemios, cuando yo era un pequeño orangután, me mandaba a dormir temprano para ver si así se me quitaba lo pendejón… pero yo creo que me faltó dormir como media vida, porque ya ven…

El caso es que el Dr. Holguín, en una conferencia ofrecida en la Mesa 6 del Bar Pluma Blanca, señaló que «El dormir reduce el tamaño de las sinapsis nuevas, hay que crear un espacio para que las sinapsis crezcan de nuevo o no se puede aprender al día siguiente», y después levantó el vaso de cerveza y bebió un trago tan largo como la cuaresma.

Después eructó algo con olor a sopa rancia, y continuó: «Aún más importante, esa reducción ahorra energía y, para el cerebro, la energía lo es todo. Aprender sin dormir lo suficiente es insostenible desde un punto de vista energético», y luego volvió a empinar el codo y a eructar con un tronido igual al que hace un misil gringo cuando explota contra un hospital civil en Afganistán. Igualito, igualito…

En un trabajo anterior, el connotado científico hermosillense también demostró que las sinapsis reforzadas tenían niveles más altos de proteínas, acumuladas durante un día de aprendizaje, y el sueño rebaja esos niveles de proteína.

“Para hablar en términos científicos —dijo el Polacas©—, en este trabajo también analizamos el papel del gen FMR1, que, cuando no se expresa en los seres humanos, desemboca en el síndrome del ‘X Frágil’, una de las causas de invariables incapacidades mentales, por eso también se le conoce como el ‘Síndrome del político’. Las personas con ‘X Frágil’ también tienen dificultades para dormir”, subrayó.

Durante la investigación, se estudió lo que sucede cuando el gen FMR1 está «sobre-expresado»; es decir, cuando más proteína FMR1 está presente en el cerebro.

Trabajos anteriores habían demostrado que el FMR1 podría facilitar la reducción de las sinapsis, según expresó alguna vez, borracho claro está, el investigador zoonorense.

Durante el estudio se observó que cuando este gen se encuentra «sobre-expresado», el aumento en el número de sinapsis en el sueño no se produce, y la consecuente necesidad de sueño disminuye.

«Esto sugiere que si las sinapsis se regulan a la baja, hay menos necesidad de dormir», apuntó el también hombre fuerte del Partido de la Unidad Social (PUS, por sus siglas en lengua yoreme mayo). «Se trata de más evidencias para la teoría de que el sueño se impulsa por la necesidad de reducir las demandas energéticas del cerebro», dijo dando un bostezo más cercano a la imagen de un lobo marino que de un humanoide.

Al detallar el experimento que lo llevó a la conclusión de las abuelas, el Dr. Holguín señaló que se tomaron moscas de la boñiga —“sin clembuterol”, dijo para dejar en claro que en esto no intervino la FIFA ni la Femexfut—que habían pasado sus primeros días de vida en tubos individuales, demasiado pequeños para permitirles volar.

Después las soltaron en grupos en una cámara con mucha luz, lo que les permitió volar juntas durante 12 horas al día.

“Todas las moscas tuvieron más sinapsis mientras estaban despiertas más horas”, dijo el Polacas©, y agregó que tras varias horas volando en grupo, “se puso de nuevo a algunas moscas en los tubos particulares, parecidos a las curules de las cámaras de diputados y senadores, donde dormían mucho más tiempo, por lo menos un día… como si estuvieran en sesión permanente para analizar la reforma constitucional, o algo así”, abundó.

“Este estudio —dijo el director del Copofanal— aporta una gran evidencia a la teoría de que la ‘homeostasis sináptica’, que mantiene el equilibrio interno de las neuronas, es una de las razones clave de por qué todos los animales necesitan dormir”.

Y enseguida explicó que las moscas que continuaron volando y fueron privadas de sueño seguían teniendo las sinapsis más grandes y densas, expresándose con la misma taradez con la que la mayoría de los legisladores lo hace al defender sus posiciones ante la tribuna, subrayó.

“En cambio —advirtió— las sinapsis de las moscas dormilonas volvieron la normalidad después de descansar… y ahora lo único que nos falta por descubrir son los porqué los diputados y senadores siguen teniendo esa conducta errática e imbécil después de dormir durante horas en sus curules”, declaró el experto en sueño y borracheras.

Y ahí sí, como también decían las abuelas, los legisladores —que ciertamente muchos de ellos tienen cerebro de mosca—, no se componen ni volviendo a nacer…

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Cortitas, pero venenosas...

Hermosillo tendrá estadio de primer nivel… ya nomás le faltará un equipo de primer nivel para que haga juego con el estadio.

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La revista FDI Magazine considera a Hermosillo como una ciudad con buenas miras al futuro… aunque el problema de los hermosillenses sigue siendo nuestro presente.

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Miedo no, miedo no (El Chicharito dixit)… o de cómo el Twitter se confirma como una herramienta para imbéciles en México.

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Todavía sigo en la pelea (dijo Felipe Bravo Mena, candidato panista al gobierno del Estado de México)… lo que todos podemos entender como: “Todavía me pueden ganar por knock-out”.

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Da luz Thalía a niño (cabeceó “El Imparcial” hoy una insustancial nota)… o sea, ¿Thalía iluminó a un niño o le dio una lamparita? Que contesten los genios de ese diario.

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Celebran el Día Mundial del Pitufo en el Estadio Azteca… y en Los Pinos el Pitufo Mayor todavía no sabe cómo sacarse de encima al Sicilia, porque ya sabemos que la poesía es un arma cargada de futuro.

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Y sobre esta última celebración, los dejo con lo que dijo Cincho, un comentarista de la nota en Milenio:

A este tipo de burdas reuniones va lo más triste y decepcionante de nuestra sociedad, ahí se aglutina el gran fracaso nacional, un tipo de personas que están completamente obcecadas y marginadas, no es que sea algo ridículo, el disfraz es parte del ser humano, lo que es deplorable, es la institucionalización de una celebración irrelevante e incongruente, ¿qué tenemos que ver nosotros con los pitufos?

¿Se quiere celebrar en realidad, o se pretende ridiculizar la miseria económica y humana en la que está inmersa la ciudadanía del país?

En todo caso, yo institucionalizaría el día del cómic nacional y pondría a verdaderos iconos del género en la lista de celebrados, como son: Memín Pinguín, La Familia Burrón, Kalimán, Hermelinda Linda, El Santo… en fin, tenemos una lista tan amplia y de tan buena calidad, que me parece una verdadera traición que le celebren a los pitufos…

Pues así está el mundo en los medios de comunicación, y las buenas noticias brillan por su ausencia...

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viernes, 24 de junio de 2011

Chingue su madre San Pedro...

- La lluvia es una bendición —dijo el poeta una vez de hace muchos años cuando todavía llovía en Hermosillo y era parte del paisaje urbano: algo así como un lugar común que nos enlodaba el alma cuando intentábamos cruzar el pantano sin mancharnos el plumaje; o sea, hace un montón de tiempo acumulado en la botella de Jim Croce...

- Pues será una bendición —respingó la Araceli—, pero mientras el techo esté con tantas goteras, no puede ser más que una monserga, un fárrago, un embrollo, una insolencia... —y siguió trapeando la cocina tratando fatigosamente de sacar el agua que habíase estancado debajo del refrigerador, con el riesgo de sufrir una magnífica electrocutada, mientras los ratones la observaban desde los huecos de la nostalgia con cierto temor, como los integrantes de la feliz feliz Tuna Universitaria... mmm...

- Y sí, tendrás razón —volvió a decir el poeta, porque en eso de decires y no haceres, los poetas se pintan solos, y es que no saben hacer otra cosa, pues, y luego el de la voz se quedó mirando al techo como el personaje aquel de la canción de mi primo el Nano (oséase, Joan Manuel Serrat), quien mirando al cielo, buscando inspiración, se quedó “colgao” en las alturas, y luego pensó: “Por cierto, Araceli, al techo no le iría nada mal una mano de pintura...”, para después pasar a retirarse a soportar plácidamente el informativo “Entre Tontos” y a degustar una deliciosa cochinita pibil envuelta en noticia... ñam, ñam...

Pero el poeta no dejó de pensar que la lluvia es una bendición aunque aquella mujer de julio, que ha pasado por mi vida como Pedro por su casa, haya dicho escoba y trapeador en mano, al mejor estilo zapatista aquel 1994 que es una monserga in extremis.

Pues qué bárbaro, ¿no?

Yo digo que la lluvia son lágrimas de dios, de un dios, de cualquier dios, el que sea, no liace que sea Maradona, para no dejar sentida a ninguna divinidad.

No sé porqué son esas lágrimas, si porque está triste, si porque feliz, o simplemente porque a veces los dioses tienen que llorar para darle servicio al tinaco o al boiler del alma.

Yo qué sé.

Eso mejor se lo preguntan a los representantes plurinominales de dios en la tierra, ésos que son elegidos por dedazo, ni más ni menos: el papa, los cardenales —¿de Nuevo León? No, qué va—, los ministros de la iglesia luterana, los hermanos mayores de las congregaciones cristianas, más los personajes bíblicos que se acumulen en la semana. Mjú.

Y encima, la lluvia es como un puñado de palomas que posan tendidas en el alambre del cielo mientras el agua de vida se escapa de esa inmensa y celeste fuga y cae en picada cual papalote de Silvio Rodríguez buscando la garganta febril de esta tierra sembrada de verano y del recuerdo grisáceo de un tandeo politizado por la ignorancia cero por ciento grasa de un tiempo que no volverá, dice el oráculo del Congreso, cámara y grabadora en mano. Amén.

Pero que ha vuelto, dice la vox populi, como para aterrizarnos en la realidad.

Ni modo: así es el futbol, dirían los comentaristas de la selección mexicana… ¿para qué ganar si podemos perder?

Como sea, si monserga o bendición, la lluvia es la oportunidad que tenemos en esta región de sentirnos vivos seres normales compuestos por dos terceras partes de agua y otras dos de carne asada— que vamos y venimos por los diferentes ríos del día bajo un sol como ojo de cuico en busca de la infracción; sol que nos tuesta como a granos de café y nos deshidrata las emociones, así que cuando llegamos a casa no somos más que guiñapos lentos que se bebe lentamente, golpe a golpe, verso a verso y sorbo a sorbo, esa mujer o ese hombre o ese híbrido de la pasión que nos abraza en agonía amorosa bajo la cadencia mágica de la complicidad de la medianoche para dejarnos como sobrecito de te Lipton, con el cordón todo mojado y guango y la etiqueta como lengua de fuera: ¡bendita sea la lluvia, chingao!

Yo espero la lluvia cada vez que veo cruzar por el cielo insectos manchados de blanco.

Y es que me viene el recuerdo exacto e inevitable, como inevitable llamada mañanera de Liverpool pasadas sólo unas horas del límite de pago, de aquella infancia navojoense, en el patio de aquella casa de la avenida Morelos, a la sombra inmensa de un guamúchil, cuando los niños que fuimos en aquel barrio atrapábamos caballitos del diablo —aquellos insectos formidables con antenas enormes que ahora envidiamos, según me han confesado algunos miembros de mi degeneración preparatoriana, para presumir virilidades de la ficción por fatigadas ciertamente— y le echábamos puñados de ceniza en el lomo antes de soltarlos porque sabíamos, estábamos más que seguros porque la ciencia es ciencia hasta en Navojoa, que esos insectos voladores llegarían hasta el mismísimo San Pedro y harían ver el reclamo de lluvia que unos simples pero felices mortales le hacíamos en medio de la canícula amarilla de esos años.

Era el tiempo también de la caza de mayates —mayates de verdad, insectos, pues, no de esos sujetos que habitan en el clóset para que algunos reporteros de espectáculos no se salgan precisamente de ahí, según me han dicho, eh— en busca de la lluvia, a los que atábamos un hilo de coser a una de sus patas o por la cintura —hilo tomado subrepticiamente de la cajita de costura de doña Olga, de doña Centolita, de doña Carmen, de doña Socorro y de todas las doñas que personificaban a nuestras madres, bohemios, dios tenga a buen recaudo a la mayoría de ellas— y después lo soltábamos para que volara frenéticamente a nuestro alrededor hasta que el animalito se enfadaba como chofer de camión urbano sin radio y sin la cumbia del momento: “Ando bien pedo (bien loco, cantándole al recuerdo mis penas... etcétera)”, o nosotros nos enfadáramos como pasajeros de camión urbano a expensas de un chofer con radio: “bebiendome la vida perdido, jodido entre las noches sin tu cuerpo, yo si te necesitooo… te necesitoo…

¡Qué paradoja tan del pasaje urbano, me cai, broders an’ sisters!

Con los años, la mayoría de aquellos niños fascinados por los insectos de la lluvia dejamos de cazar aquellos animalitos verde bandera, pero no todos, pues algunos trasnochados con figura de ballerinas ampliaron su coto de caza alrededor de los cuarteles no para implorar una lluvia benéfica para una ciudad sedienta, sino para reclamar al menos un jirón de llovizna para ese rincón estéril de la ternura, más reseco que el desierto de Atacama, en Chile, para más ubicuidad, que es el segundo más árido del mundo, porque el que más reseco es precisamente ése que buscan con todas las urgencias corporales humedecer aunque sea por un instante de felicidad... ¡Caramba y samba la cosa, que vivan todas lluvias!

Y es que entre los mayates de la infancia y la lluvia que habitaba bajo sus alas, y los mayates del presente y los restos de humedad, hay un millón de palomas de distancia, tendidas por cierto en el alambre de las nubes que en tardes como las de ese ayer nos llevan a viajar a la infancia, a esperar con impaciencia la lluvia —bendición o monserga, insolencia o felicidad— para saltar jubilosos bajo los chorros de agua en pantalones cortos ante la mirada cuidadosa de mamá, que un día de lluvia se nos fue de entre las manos como arena entre los dedos, diría el poeta…

Y hoy me viene al recuerdo todo este asunto de la lluvia goteando en la memoria porque precisamente hoy es 24 de junio, el mero día de San Juan, fecha en la que desde hace mucho solíamos echarnos agua por el simple placer de festejar el día con viejas costumbres venidas desde nuestras raíces independentistas.

Algo así como un rasgo que nos dejó el Bicentenario tan llevado y traído.

Yo, aunque la Patrulla del Agua me vigile —como Pedro Ferriz vigilaba otros mundos—, me llevaré una botellita con agua para bautizar a todos los seres queridos que se me atraviesen, como para alimentar la nostalgia acuosa de mi alma… snif

San Pedro: tzinga tu madre…

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El perdón de Felipe Calderón…

Estaba la madre que espera el regreso de sus hijos y sobrinos desaparecidos.

Estaba el poeta que no escribe desde que su hijo fue asesinado.

O el campesino de Chihuahua al que le mataron un hermano.

Y en mitad de ellos, el presidente de México que en 2006 declaró la guerra al narcotráfico.

La que ya ha dejado sin hijos, sobrinos ni hermanos a 40.000 mexicanos.

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Este jueves, en un encuentro sin precedentes, Felipe Calderón se reunió con decenas de víctimas de la violencia para dialogar sobre su estrategia contra el crimen organizado… y para pedir perdón.

"Todos los que integramos el Estado somos responsables y coincido en que debemos pedir perdón por no proteger la vida de las víctimas, pero no por haber actuado contra los criminales", dijo el mandatario.

"Si de algo me arrepiento en todo caso no es de haber enviado fuerzas federales a combatir criminales que nadie combatía por miedo o estaba comprado con ellos", añadió Calderón, quien reiteró que sacar al ejército o la policía de las calles está fuera de toda discusión.

El destinatario de sus palabras era Javier Sicilia, escritor y poeta cuyo hijo fue asesinado en marzo en Morelos en un ataque atribuido al crimen organizado.

Él se ha convertido en líder de las manifestaciones multitudinarias en Ciudad de México, que han reclamado un viraje radical en la estrategia gubernamental contra el narco y la necesidad de un pacto para reconstruir el tejido social.

Sicilia ya se había reunido en otras ocasiones con Calderón, en la intimidad de la residencia presidencial de Los Pinos, pero quería que esta vez el debate fuera público y que las víctimas pudieran preguntarle a la cara a su presidente por qué unos sicarios mataron a su hijo adolescente o dónde han ido a parar sus familiares "levantados" (secuestrados).

"Aquí estamos una representación de las víctimas... véanos bien, ¿le parecemos bajas colaterales?, ¿estadísticas? (…) El que estemos aquí es una muestra del fracaso de la clase política mexicana para abordar los graves problemas del país", le dijo el poeta al presidente.

"Tenemos derecho como ciudadanos a una redefinición de la estrategia de seguridad. Para ello es necesario terminar con el enfoque militarista de combate al crimen organizado mediante un enfoque más amplio y estructural", añadió.

Su movimiento por la paz, que integra a decenas de organizaciones no gubernamentales, activistas y familiares de asesinados, había exigido en ocasiones anteriores la renuncia del ministro de Seguridad del país, Genaro García Luna, al que responsabilizan del "fracaso" del combate al crimen.

Esta vez, con el funcionario a escasos metros del poeta, Sicilia no solicitó su cese.

De hecho, conforme transcurría el diálogo, los reproches de uno y la defensa de otro acabaron disipándose para llegar a un abrazo y a un acuerdo: México ya ha contado demasiadas muertes.

Sicilia regaló un rosario a Calderón, otro más a la larguísima lista que dice guardar el presidente en su residencia, regalo -y recordatorio- de las víctimas que se ha encontrado en su mandato.

Javier Sicilia dijo al presidente Felipe Calderón que está obligado a pedir perdón por las víctimas de esta guerra sin sentido y le demandó “una redefinición de la estrategia”, que termine con el enfoque militarista y lo sustituya por una visión más amplia y estructural.

“Estás equivocado”, reviró con golpes en la mesa el mandatario. Acotó que sí es dable pedir perdón por las víctimas muertas que no pudo defender el Estado, no lo haría por proceder contra los criminales.

En mi lugar usted haría lo mismo, afirmó, y deslizó que los criminales intervienen hasta sus comunicaciones.

“Hay quienes afirman que la violencia que vive México ha sido generada por el Estado. Que todo es culpa, como usted ha dicho, de que el presidente decidió lanzar al Ejército a las calles a esta guerra absurda, y que se asume, en consecuencia, que la solución es detener esta guerra.

Sinceramente, Javier, pienso en este punto que la premisa está equivocada”, dijo.

Después de la respuesta de Calderón en torno a que la violencia no se detendrá si se retiran las fuerzas federales, Sicilia le aclaró al mandatario que no le cuestiona su ataque a los delincuentes y jamás restarían responsabilidad a los criminales.

“El problema, señor Presidente, es que usted piensa que los malos están afuera y los buenos están adentro. El problema es que usted se lanzó a la guerra con instituciones podridas, con instituciones que no dan seguridad a la nación, con instituciones con altos grados de impunidad”, precisó.

Calderón respondió que no pretende eludir su responsabilidad como presidente. A la gente, sostuvo, no le puede decir “espérenme tantito, voy a hacer primero una reforma política y a reformar las instituciones.

Tengo que actuar con lo que tengo (…) si tuviera piedras, lo haría esperando tener el aliento de David para hacerlo”.

Calderón dijo que sabe cuánto reciben jueces, pero mientras no se tengan las pruebas ese juez es inocente. “Yo sé que están en la nómina, yo sé cuánto reciben (…) He sabido, por ejemplo, de jueces que han recibido dinero o que dialogan con criminales, y que liberan a criminales, pero mientras yo no tenga una prueba, o la procuradora no tenga una prueba, ese juez es juez y ese ciudadano es ciudadano, y es, además, inocente”.

Casi al modo de un debate electoral, el grupo de activistas liderado por Sicilia y el gobierno habían pasado semanas discutiendo los términos en que transcurriría el diálogo.

Con turnos acordados de antemano para cada intervención y límites de tiempo.

Tampoco el lugar elegido fue casual.

El Castillo de Chapultepec es uno de los más imponentes edificios de Ciudad de México.

Alfombrado por siempre relucientes baldosas blancas y negras, con vistas exclusivas a toda la ciudad y cubierto de murales y vidrieras, el castillo es además testigo de los hechos más importantes de la historia mexicana: invasiones extranjeras, la guerra de Reforma...

En esta antigua residencia del emperador Maximiliano y de varios presidentes estaba este jueves María de la Luz Dávila.

Sus dos únicos hijos fueron asesinados en 2009 en Villas de Salvárcar, Ciudad Juárez, cuando celebraban una fiesta estudiantil.

Dávila se negó entonces a aceptar las condolencias del presidente y pidió que se marchara de su ciudad cuando éste visitó Juárez para disculparse.

Unos días antes, Calderón había vinculado la muerte de esos jóvenes con una pelea entre bandas rivales.

Por eso, para esta madre convertida en símbolo de la ciudadanía atrapada por la violencia de Juárez, aún no quiere abrazar al presidente.

"Para él es fácil decir que se va a comprometer (con las víctimas), pero necesitamos ver hechos. Todo sigue igual, en Ciudad Juárez sigue pasando lo mismo… queremos ver cambios", le dijo Dávila a BBC Mundo.

A su lado, Julián Lebarón, un campesino mormón de Chihuahua que ha enterrado a su hermano y a su cuñado por negarse a pagarle al narco.

A comienzos de junio, él marchó con Sicilia al norte del país para exigir a partidos políticos, criminales y sociedad civil el fin del derramamiento de sangre, y ahora planea otra marcha hacia el sur, a la que ha invitado al presidente.

Lebarón, con su sombrero blanco, confía en que el diálogo de Chapultepec cambie las cosas, pero no es ingenuo: "no tengo ninguna expectativa. Muchos dicen que esto es como un circo, pero tengo muchas esperanzas. Si nada cambia recurriremos al boicot, a la resistencia civil".

Después que algunas víctimas contaran sus historias de impunidad e injusticia, en los pasillos del castillo los ministros de Calderón, la primera dama y la fiscal general de México anotaban detalles sobre cada uno de los casos.

Muchos de esos viudos, huérfanos o madres de desaparecidos también se tomaron fotos con un presidente que les promete respuestas, aunque estas no vayan a llegar pronto ni fácilmente.

Mientras, en el resto del país, aguardan su turno otras decenas de miles de familias golpeadas por la violencia.

Tantas que no caben en el Castillo de Chapultepec.

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