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miércoles, 8 de junio de 2011

PRI: ¿quién sigue? ¿Bours…

1) Justo cuando el PRI parecía comenzar a respirar con tranquilidad porque la revelación de presuntos expedientes judiciales en su contra se habían cebado por la socialización priista del tema, el Ejército y la Policía Federal arrestaron al empresario apostador y político Jorge Hank Rhon en Tijuana, la tierra del secretario de Gobernación, José Francisco Blake, y el suceso abrió el expediente de la criminalización de la política priista.

2) En el viejo estilo priista de pesos y contrapesos, la estrategia de respuesta emergente priista fue la de politizar el asunto pero sin atender la biografía de abuso de poder de Hank Rhon. El político y empresario de las apuestas, dice el razonamiento priista, debe ser liberado no por su biografía que lo involucra en ilícitos sino porque forma parte de la judicialización de la política.

Con estos argumentos, el PRI se ha convertido en protector de políticos priistas con señalamientos y expedientes judiciales. Esto se llama, como antes, la impunidad y complicidad del poder.

3) El PRI, como siempre, fue atrapado en bailongos y no en la urgencia de limpiar el rostro priista con estrategias políticas hacia la sociedad.

La dirigencia priista se conformó con airear el dato de que podría haber persecuciones judiciales no contra inocentes sino como una forma de criminalizar la política, desprestigiar al tricolor ante los electores y bajarle votos en el Estado de México y en la presidencial del año próximo.

Lo malo para el PRI ha sido que la lista de presuntos investigados está cargada de evidencias y responsabilidades. Por eso el CEN del PRI se iba a convertir en un espacio de fuero político para ex gobernadores señalados por presuntas vinculaciones con el crimen organizado.

4) El PRI cometió el mismo error del PRD con el caso del político Julio César Godoy, protegido por los perredistas Alejandro Encinas y Guadalupe Acosta Naranjo para que ingresara clandestinamente al Palacio Legislativo, protestara como diputado y se blindara con el fuero político.

Pero las autoridades presentaron pruebas contundentes de las vinculaciones de Godoy con el cártel de La Familia y los propios perredistas tuvieron que votar por el desafuero que ellos construyeron.

Hoy Godoy sigue protegido por su primo hermano el gobernador perredista de Michoacán, Leonel Godoy, Encinas es candidato del PRD al gobierno del Estado de México y Naranjo es candidato a gobernador en Nayarit.

5) El caso de Jorge Hank Rhon está plagado de indagaciones. Hace poco el gobierno de Estados Unidos le retiró la visa por razones de seguridad. Y Hank Rhon tiene en su haber el caso del asesinato del periodista Héctor El Gato Félix, abatido en abril de 1988 por el jefe de escoltas y compadre de Hank Rhon.

Las razones del asesinato fueron las severas y constantes críticas de El Gato Félix al político y empresario de las apuestas en el semanario Zeta del cual era codirector. El jefe de escoltas de Hank Rhon, Antonio Vera Palestina, fue encarcelado y está a punto de cumplir su condena de 25 años.

Sin embargo, la indagatoria judicial se agotó en el asesino material pero no en el autor intelectual. El hijo de Vera Palestina es jefe de seguridad de Hank Rhon.

6) El arresto de Hank Rhon pareció un golpe quirúrgico: señalado por EU, indefendible, vinculado al asesinato de El Gato Félix, miembro de unas de las familias de más alcurnia del Estado de México y con señalamientos de que el narco aumentó en Tijuana durante su gestión como presidente municipal.

Asimismo, Hank Rhon estaba vinculado a la campaña del candidato mexiquense del PRI, aunque como es obvio los priistas mexiquenses sean los primeros en tirar el lastre, además de vinculado a importantes familias empresariales.

7) Jorge Hank Rhon ha aparecido en el centro de varios escándalos. En 1995 fue atrapado en el aeropuerto con 17 maletas conteniendo lo que se llamó contrabando de pieles de ocelote y artículos exóticas.

El asunto no llegó a mayores, salvo unas horas en el reclusorio y el escarnio político en México; el escritor Carlos Monsiváis dijo por el contrabando de pieles exóticas y regalos baratos que Hank Rhon debió de haber sido acusado de narcotraficante.

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8) En el ambiente priista existe la preocupación por los expedientes negros contra militantes del tricolor involucrados en irregularidades judiciales. La estructura de liderazgo priista ha comenzado a proteger sobre todo a ex gobernadores recientes con cargos ejecutivos. Pero la liebre saltó por otro lado.

Aunque en el ambiente judicial se tiene la certeza de que el siguiente caso será el del ex gobernador priista José Eduardo Robinson Bours Castelo (Eduardo Bours, para la perrada sonorense, y el Chapito, para los periodistas vendidos) por acusaciones del auge del narco durante su gestión y las acusaciones en su contra por el incendio en una bodega del gobierno estatal adjunta a la guardería ABC de Hermosillo.

Y también comienzan a filtrarse datos contra el ex gobernador de Durango Ismael Hernández. Y algunos otros más.

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9) El problema con Hank Rhon es más profundo de lo que se supone. En EU hay varias investigaciones judiciales abiertas -o cuando menos aún no cerradas- cuyas pistas llevan a la familia. Hasta ahora nada se les ha probado. Y cuando menos Carlos Hank Rhon ha hecho negocios en EU sin obstáculos judiciales.

Sin embargo, el caso de Jorge es diferente. Lo de las armas podría ser apenas la punta de iceberg de indagaciones en curso.

10) La queja del PRI sobre el uso político de casos judiciales regresa al partido a su propio pasado y su propia historia. Y hay casos emblemáticos: cuando La Quina fue arrestado en enero de 1989 para fortalecer el poder del presidente Carlos Salinas y quitar de en medio a una fuerza progresista para sus reformas conservadoras, con la fabricación de pruebas.

Por eso el PRI carece de autoridad moral para hacer insinuaciones políticas de sucesos de seguridad. Si lo mejor que puede hacer el PRI es limpiar los establos, todo indica que podrá más la complicidad política aunque siga mostrando el rostro de un partido cargado de pasivos de seguridad.

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Carlos Ramírez. El Financiero.

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