¿Qué puede superar a una desgracia nacional como la ocurrida en Iguala?
Una desgracia peor.
Y de seguro que el Estado ya la está cocinando...
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No es que las historias cotidianas sean las más difíciles de vivir: se dice que son las más difíciles de contar... por eso estamos aquí. Compartamos esas historias. (armando.zamora@gmail.com)