Los integristas islámicos se han adueñado de la
región de Tombuctú, en el norte de Malí (África).
El miedo se ha instalado en los humildes
pobladores de estas dunas desérticas que ven cómo el fanatismo religioso ha
cambiado radicalmente sus vidas.
Todo lo occidental es una contaminación para la
vida del buen musulmán: reír, fumar, escuchar música o bailar... son
actividades consideradas pecaminosas.
Kidane y su familia viven felices hasta que se
desarrollan los desafortunados acontecimientos.
Basada en los terribles hechos reales que
acontecieron en la pequeña ciudad maliense de Aguelhok durante 2012, Timbuktu es
un conmovedor drama que refleja el terror que infringió la yihad islámica en la
región de Tombuctú.
El director mauritano, maliense de adopción y
residente en Francia desde la década de los 90, Abderrahmane Sissako (Bamako) ,
capta a la perfección en imágenes la división civil de un pueblo en dos
facciones: los fundamentalistas, que
pretenden castigar cualquier acción que atente con su extrema interpretación
del Corán, y los pacíficos, que
quieren vivir en amor y en paz, representados por la pareja protagonista Kidane
y Sátima, castigados por un Tribunal de Justicia dominado por el odio y la
violencia.
El odio religioso, el papel nulo de la mujer, la
ausencia de libertad para poder vivir como uno quiere y el yugo de sometimiento
(a través del terror) que establece una casta fundamentalista en sus creencias
sobre el pueblo, son algunos elementos que se encuentran en este drama
realista, con elementos trágicos griegos, que Abderrahmane Sissako resuelve con
maestría.
Ganadora del reconocimiento y de una mención
especial del Jurado en el último Festival de Cannes, Timbuktu está protagonizada
por Ibrahim Ahmed, Abel Jafri (La pasión de Cristo) y Toulou Kiki en sus
papeles principales.
La cinta ha sido nominada al Oscar a la Mejor
Película en Habla no Inglesa de 2014.
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