La frase de la controversia está escrita en
letras grandes en cuatro vallas gigantes colocadas en sitios transitados de
Quito, y también ha aparecido en exteriores de varios buses de transporte
público.
"Si puta es ser libre y dueña de mi cuerpo
soy puta… ¿y qué?”, se lee.
Junto al texto consta una cruz de color rosa, la
silueta de un rostro femenino y las palabras: “NO MAS”.
Al final de la valla aparecen las direcciones de
las cuentas en Facebook y Twitter de la concejala de Quito, Carla Cevallos, y
el hashtag #nomascrucesrosadas.
Se trata de un mensaje que es parte de una
campaña impulsada por Cevallos, de 24 años, para alertar sobre los problemas de
la violencia contra la mujer y el feminicidio en Ecuador.
Seis de cada diez mujeres han sido víctimas de
algún tipo de violencia de género en el país, según datos oficiales a 2011 del
Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC).
La campaña de Cevallos, de la Alianza SUMA-VIVE,
ha incluido colocación de cruces rosadas en el parque La Carolina, el más
visitado de Quito, y en el volcán Pichincha.
Pero la polémica se ha encendido con el uso de
la palabra "puta" en las vallas.
"La palabra"
Cevallos no ha parado estos días de atender a
medios de comunicación para explicar los alcances de su campaña.
En diálogo con BBC Mundo, señaló: “No se asusten
por la palabra, asústense por las muertes que están ocurriendo, por la
violencia de género que tiene índices tan altos en nuestro país”.
Cevallos recordó que apenas la semana pasada una
mujer embarazada y su hijo de 3 años fueron asesinados en una comunidad en la
provincia de Chimborazo, al centro del país.
“¿Por qué la gente no reacciona frente a eso, y
una palabra que está en el vocabulario diario de los ciudadanos les asusta más?”,
dijo la concejala.
Para Cevallos, en varios casos de feminicidio la
sociedad llega a acusar a las mujeres asesinadas de haber provocado la
violencia en su contra “por estar en un auto con hombres, por irse a una fiesta
con hombres”.
“Todos hemos escuchado que un hombre se refiere
con esa palabra (puta) a una mujer”, manifestó.
Concejal Carla Cevallos
Como seguimiento a su campaña, Cevallos prepara
la colocación de cruces gigantes rosadas en sitios públicos de Quito, con la
presencia de familiares de víctimas de feminicidio.
Por su parte, organizaciones como la Red Vida y
Familia prevén este viernes entregar unas 5,000 firmas de ciudadanos al alcalde
de Quito, Mauricio Rodas, para pedirle el retiro inmediato de las vallas en
controversia.
La presidenta de la Red, Amparo Medina, señaló
que el contenido de la campaña es “tan mal intencionado y tan mal estructurado,
que termina siendo una ofensa para la mujer, violenta y agrede a la dignidad de
todas nosotras como madres, esposas e hijas”.
Elaboración del mensaje
En medio del debate, el diario El Comercio
preguntó en su sitio web sobre la campaña, a la que un 62.3% (2,169 votos al
cierre de esta nota) la calificó como “ofensiva”, frente a un 37.7% (1,311
votos) que la consideró como “creativa”.
En redes sociales la discusión estalló a favor y
en contra de la iniciativa, empezando por el propio perfil público de Cevallos.
Allí, María Velasco escribió: "Comparto el
objetivo de la campaña, pero el mensaje está muy mal comunicado. Están
consiguiendo el efecto contrario. Hay maneras más creativas, menos violentas y
más efectivas de expresar lo mismo”.
Verónica Oquendo, por su parte, señaló: “Felicitaciones
por esta campaña!!! Siga adelante… a la gente le cuesta comprender pero es
importante que se abra el debate”.
Ana Belén Cordero, profesora de Elaboración de
Discurso en el Programa de Consultoría Política y Gestión de Gobierno de la
Universidad San Francisco de Quito y la Universidad Camilo José Cela, de
España, le dijo a BBC Mundo que la campaña de la concejala presenta problemas
en la configuración del mensaje.
Cordero señaló que la controversia por la
utilización de las palabras en las vallas ha opacado la discusión sobre la
propia violencia de género y el feminicidio.
“Terminamos discutiendo la forma de la campaña,
en lugar de discutir el fondo. Se está más hablando del uso de la palabra “puta”
que de la violencia a la mujer en sí mismo”, manifestó.
“No está bien elaborado el mensaje para el
objetivo de la campaña”, añadió.
Cifras preocupantes
Pero más allá de la controversia, hay una
realidad latente de violencia contra la mujer en Ecuador.
El 19 de febrero se cumplen dos años de la
muerte de la joven Karina del Pozo, un caso de feminicidio que conmovió a
Ecuador. (Lea: El feminicidio que conmueve a Ecuador: http://www.bbc.co.uk/mundo/noticias/2013/03/130325_ecuador_karina_delpozo_feminicidio_nm.shtml)
Y hace unas semanas la justicia impuso sentencia
para involucrados en otro caso que inquietó al país. La violación de la
estudiante de enfermería Gabriela Díaz, quien meses después de ese hecho
decidiera suicidarse.
Una de cada cuatro mujeres en Ecuador ha vivido
violencia sexual, según el INEC.
Entre enero y diciembre del 2013 se registraron
336 homicidios por violencia de género, de acuerdo con la Comisión de
Estadística de Violencia de la Fiscalía General del Estado.
En los últimos años se ha tipificado el
feminicidio y se han realizado algunas campañas.
Tal es el caso de la organización Plataforma
Justicia para Vanessa, que surgió hace un año y medio tras otro caso de
asesinato a una mujer, y que efectúa arte callejero para evidenciar la
violencia contra la mujer y realiza un acompañamiento a los familiares de
víctimas del feminicidio.
“El tema de la violencia contra la mujer es muy
complejo, pues tiene muchas aristas. En varios países la tipificación del
feminicidio no ha hecho que se reduzcan los casos”, dice Leandra Macías,
integrante de la Plataforma.
“El trabajo de concientización que podemos hacer
en la calle con diversas iniciativas es muy importante —añade—, pero
principalmente hay en esto una responsabilidad del Estado en su conjunto”.
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Y
aquí os dejo con la canción “Lo que Ana no ve”, del grupo Revólver, que toca el
tema… escúchenlo, medítenlo, apréndanlo…
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