Años atrás, cuando todavía le
quedaba carga a la pila, yo solía trabajar mucho. Eran los tiempos en que la
Evelyn era compañera de trabajo, y como buena descendiente de Rocky Point, cada
miércoles llegaba la citada a la oficina con una cara de "Yo no fui"
y una sonrisa de pichel.
Les juro que a todos nos
desconcertaba esa sonrisa ladeada y socarrona, como de tiburona con sed, y ella
nomás respondía: “Hoy es miércoles y quiebra semana, morritos”, y después se
ponía a hacer guegueritos en la
maquintoch.
Lo mismo decía Jorge Enrique Montaño, en los
viejos tiempo del CAECH, del CIANO, en la Costa de Hermosillo.
Cada miércoles, el Jorgenrique llegaba vestido de una amarillo rabioso que hasta parecía
palúdico metido de lleno en una obra de Warhol.
Quienes lo veíamos nos quedábamos pensando en
qué le pasaría a este muchacho cada miércoles, a quién nomás le faltaba bailar
la canción Happy, del Pharrell
Williams ese, sombrero incluido.
“Los miércoles son como briznas que dios nos va
dejando para ser felices”, decía el Jorge antes de perderse en las cantinas del
centro de Hermosillo en busca de lo que el miércoles le tenía deparado.
Como sea, hoy es miércoles y, como cada
miércoles, hoy quiebra semana. Cada quién sabrá para qué le sirve esa fractura
semanal. Por lo pronto, yo los dejo con la canción Wednesday Morning (Mañana de miércoles) del inolvidable grupo
America.
Carpe diem, morritos…
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