Trova y algo más...

jueves, 18 de junio de 2009

Tú eres el agua blanca...

¿Y qué hacer en esta noche de tantos años en que tu nombre me suena como a jirón de lluvia que humedece el bajovientre de mis sueños con su fragancia amarilla, simple, discreta de nostalgia y pétalos secos entre las hojas silenciosas de los libros de mis sueños? ¿qué hacer en este rabioso estar detrás de la noche, agazapado, esperando un tímido resplandor en la ventana oscura de tus ojos distantes, alma mía, sola, siempre sola, entregada a la melancolía del tiempo perdido en algún rincón del pasado, irrescatable, oscuro, prendido en la agonía de la entrepierna con un herido "quizá...", un sangrante "quizá...", un dolorido, fantasioso, enamorado "quizá..."? ¿qué hacer en esta lluvia de miércoles que moja las calles sombrías de una ciudad que el futuro deparaba nuestra, y que la distancia estrelló en pedazos de un cristal empañado por una despedida sin adiós, un puente caído al precipicio de las horas muertas en que te observaba limpia y feliz devorando letras indescriptibles, palabras intraducibles, páginas de caracteres oscuros que alimentaban tus días y me mirabas de reojo y reacomodabas lenta los paños del pudor que cubrían tus pechos simples de mujer simple que en los glóbulos azules de mi pasión crecía inconmesurable hasta el volumen que las diosas deben de tener...? ¿cómo morder tus labios amoratados por el silencio alrevés que balbuceas en mis recuerdos? ¿cómo viajar por las distancias celestes de tu cuerpo tibio y firme bajo la espesura rugosa de mis manos sucias y cansadas de manipular la espera en jadeos infames y estériles? ¿cómo sorber tus ojos húmedos y tristes, avejentados por la fatiga? ¿cómo entrar a tus entrañas y amarrar uno a uno los filamentos de la felicidad, los rasgos del espasmo, abrir el chorro salado y pegajoso, amariscado por entre las paredes del deseo, fragante a mar adentro, con vagas emanaciones de brisa de náufragos gritándote un S.O.S. de ternura, una cuerda de besos para subir a tu nave y fatigarse para siempre en tu cuerpo blanco y salino y extraviado entrre las cruces del silencio...? Si yo encontrara un alma como la mía, cuántos secretos tuyos le contaría: el mutuo temor de desatar los dolores de la aurora, tu estar descalza junto a los cristales esperando que pasara la lluvia para empezar a llover desde tu entrepierna ríos de felicidad, peces de los sueños, rocas oscuras que de algún modo se enquistaron en tus ojos para iluminar mis pasos animales y errantes y fútiles por los cincuentaytantos calendarios que cargo rumbo al Gólgota de la soledad, tu furibunda esperanza en los demás, tu pacífico multiplicar tus manos en las horas más agrias del día, tu ser mujer y nada más, ni reina ni semilla ni esclava, sólo mujer que abarcas mis sueños y erradas pasiones con una sonrisa desde la distancia donde la vida te ha puesto, ahí donde mi recuerdo apensa te vislumbra, donde quizá ni te alcanza esta voz rabiosa que se quiebra entre las espinas amargas de la noche y que te invoca con sólo recordar tus ojos oscuros, tu boca simple, tu nariz extraña, tus labios largamente deseados, tu fragancia imperceptible, tu cuerpo blanco que estas manos de miseria jamás descubrirán: tú eres el agua blanca que moja todos los sueños, yo soy aceite quemado, yo soy el aceite negro que ensucia cuanto toca, que te desea en secreto...