Trova y algo más...

miércoles, 19 de enero de 2011

Perro no come perro...

Entre gitanos no se leen las manos, dice la conseja popular, por eso la declaración del motejado JJ, célebre presunto disparador contra el higadito Salvador Cabañas no deja de tener una cierta dosis de verdad.

“Caí por un chismoso, no por el trabajo de inteligencia de las autoridades”, dicen que dijo el JJ, quien al momento de su detención estaba con una modelo colombiana, ex reina de belleza, que les quitó el hipo a más de tres presuntos y supuestos policías.

Y es que a estas alturas, ya podemos asegurar que todo es pura presunción y suposición, que no es lo mismo pero es igual.

El caso es que José Jorge Balderas Garza, el JJ, aseguró que su aprehensión se dio por traición de algún integrante de la organización criminal que dirigía y no por una labor de investigación de las autoridades federales.

“Los agentes federales llegaron como suele suceder: de chiripa. No creo que ellos, por la buena investigación que hacen, me hayan detenido, fue por algún chismoso”, dijo tajante, con la sonrisa ladeada y socarrona, como de tiburón en celo.

Señalado como responsable del ataque contra Salvador Cabañas, el JJ indicó que el futbolista paraguayo —estrella del club América, equipo propiedad de Televisa— estaba alcoholizado cuando se dio el percance en el baño del Bar-Bar el 25 de enero de 2010.

“Estaba hasta su madre el güey. No sé si con drogas, pero el Cabañas igual pudo haber andado hasta drogado”, señaló.

Incluso dijo que el arma con la que disparó José Francisco Barreto, El Contador —su escolta, a quien pagaba 50,000 pesos al mes—, pudo haber sido del delantero americanista.

Aseguró que no fue él quien disparó contra el futbolista, como lo señalaron el empleado del bar que en ese momento se encontraba en el baño y El Contador en sus primeras declaraciones.

El JJ aceptó que después del incidente pidió ayuda a Édgar Valdés Villarreal, La Barbie, quien le prestó una casa en Interlomas, aunque luego se cambió a una de Atizapán, Estado de México.

O sea que nunca huyó ni de la ciudad ni del país, como habían asegurado las autoridades.

Sobre su relación con el narcotraficante, dijo que sólo eran amigos y que no le surtía cocaína. También señaló que tenía su propia organización criminal y que compraba la droga que traficaba en la frontera sur del país.

Cuestionado sobre el hecho de que durante un año fue una de las personas más buscadas por la justicia, ironizó: “Como si no tuvieran mejores cosas que hacer esa bola de güevones”.

Y aquí nos queda la duda: ¿entonces a quién le creemos: a las autoridades, al JJ o a Televisa?

Porque, si recordamos, cuando detuvieron a la Barbie y luego que los federales anunciaran el hecho con toda pompa y boato, se supo después que el narcotraficante se había entregado él solititito himself para que después lo extraditaran a los Estados Unidos, donde podría pasársela más a gusto, y si hacemos un ejercicio de memoria, el muchacho vestía una camiseta polo igual que la que mostrara ayer ante las cámaras el JJ.

Así que, si coincidimos en que la perrada mexicana tenemos la imaginación más suelta que un diputado al momento de autorizarse un auto aumento, podemos concluir que todo esto de la detención y la entrevista es puro show... puro pancho, pues...

Y esto nos lleva directito a la respuesta que se ampara en la opción d) es a nadie le creeremos… y que siga la fiesta de la sobrevivencia… es decir, la fiesta de toda la vida…

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