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lunes, 2 de mayo de 2011

Denuncias sin pruebas: una mancha más al tigre…

La embajadora de Estados Unidos en Naciones Unidas, Susan Rice, ha declarado ante el Consejo de Seguridad que las tropas leales al mandatario libio, Muamar Gadafi, cometen cada vez más agresiones sexuales gracias al consumo de Viagra, según informan fuentes diplomáticas.

No obstante, no expuso ninguna prueba que respaldara esta información.

La embajadora añadió que los altos mandos suministran Viagra —un estimulante sexual— a los soldados para que violen a mujeres. Concretamente, citó las informaciones que acusan a las fuerzas libias de disparar en las mezquitas y alcanzar a niños, y de "repartir Viagra entre sus soldados, de tal modo que salgan y violen", relató un diplomático presente en el encuentro.

Los diplomáticos del Consejo de Seguridad matizaron que la embajadora no presentó ninguna prueba para demostrar estas informaciones, aparecidas el lunes en el periódico sensacionalista ‘Daily Mail’, algo así como El Imparcial, de Hermosillo, nomás que escrito en inglés.

Este medio británico citaba a Michael Mahrt, de Save The Children, quien hablaba de multitud de testimonios de agresiones sexuales a menores, si bien no habían sido confirmados. El portavoz rebelde Abdelbaset Abumzirig, destinado en Misrata, recibiendo órdenes directas del Pentágono, agregó que los soldados de Gadafi habían recibido la orden de cometer violaciones.

“Rice lo planteó en la reunión pero nadie respondió”, dijo un diplomático citado por Reuters, bajo condición de anonimato.

Con este dato, Rice quiso justificar la postura que mantiene la misión internacional en el conflicto.

Hartos del intervencionismo estadunidense, antes de que la embajadora gringa dijera lo que dijo, los representantes de algunos miembros del Consejo habían criticado que, en la práctica, la coalición se ha alineado con las fuerzas rebeldes, informa el semanario ‘Foreign Policy’.

Así, varios países encabezados por China y Rusia afirman que la OTAN se ha extralimitado en sus funciones, con lo que se ha convertido en una parte activa de la contienda.

Rice, por su parte, consideró “ridículo” definir el conflicto libio como una guerra civil ordinaria y tratar de comparar moralmente a las fuerzas de Gadafi con los rebeldes. La embajadora recordó que los opositores sólo se levantaron en armas cuando las tropas gubernamentales abrieron fuego contra manifestantes pacíficos.

Como sea, según la óptica gringa, cualquier conflicto que viole los derechos humanos y que les sea de conveniencia para intervenir y sacar ganancias (el simple hecho de intervenir ya les genera ganancias, pues la economía norteamericana se basa en gran medida en su industria bélica: armamento, equipo, alimentos, transporte, estudios de estrategia y todas las pequeñas industrias que viven alrededor de las guerras promovidas por los estadunidenses) debe ser considerado como “conflicto especial, no ordinario”, y ya con eso obtienen el derecho moral de intervenir bajo el concepto de coalición internacional, en el que los gringos son los dueños del bat, las pelotas, las bases, el estadio, los jugadores, los uniformes, la cerveza y hasta del público mismo…

Según se dijo fuera de libreta (off the record, diría López Dóriga después de su curso intensivo de inglés), la embajadora Rice para documentar su denuncia tomó como ejemplo lo que hicieron los soldados norteamericanos en las guerras de Corea y de Vietnam (y según se ha dicho, en todas las guerras y campañas en las que han intervenido), en las que los efectivos utilizaban marihuana, ácido y demás drogas recreativas para mantenerse en una alerta sin inhibiciones y poder enfrentarse con su mayor enemigo, que ha sido siempre su gobierno, y poder atacar a los ejércitos a los que se enfrentan, irónicamente armados por sus propias fábricas o por traficantes gringos aliados con la mafia rusa…

De ese pelo las denuncias…

Recordemos que en otras partes del mundo, las fuerzas armadas no han requerido de Viagra ni ningún otro tipo de estimulante sexual: los gringos lo han hecho hasta en las cárceles instaladas en Medio Oriente (recordemos Abu Ghraib) sin que la Rice se desgarre las vestiduras, y en México han sido reiteradas las denuncias contra miembros del ejército que después de someter a la población civil, cometen violaciones, incluso masivas, contra las mujeres de todas las edades, sobre todo contra las mujeres indígenas, y no se ha sabido que el gobierno mexicano le entregue dotaciones de Viagra o de ostiones a los soldados…

Así nomás…

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