Trova y algo más...

domingo, 8 de mayo de 2011

El hombre sin rostro...

Dallas Wiens, de 25 años, que resultó gravemente herido con un cable de alta tensión en 2008, recibió el trasplante de cara más completo realizado hasta ahora en Estados Unidos, según informó hoy el Brigham and Women’s Hospital, que realizó la intervención.

La operación, en la que participaron 30 médicos de distintas especialidades, se llevó a cabo la semana pasada en el Brigham and Women’s de Boston (Massachusetts), una prestigiosa institución afiliada a la escuela de medicina de Harvard y pionera en materia de trasplantes.

Durante las 15 horas que duró la cirugía, los médicos reemplazaron el área facial del paciente, incluida la nariz, los labios, la piel, los músculos y nervios que le devolverán la sensibilidad.

Esta gran noticia marca una nuevo hito para el legado del Brigham and Women’s Hospital en trasplantes”, indicó Betsy Nabel, presidenta de la institución en un comunicado.

Un trasplante que, según recordó Nabel, ha sido posible gracias “al acto más generoso que puede hacer cualquier ser humano por otro: la donación de órganos”.

Wiens ha recibido el tejido de un donante, cuya identidad no ha trascendido para proteger su intimidad y la de su familia, aunque su rostro no se parecerá al del donante.

El joven, natural de Forth Worth (Texas), sufrió graves quemaduras hace dos años tras un accidente con un cable eléctrico de alto voltaje, que lo dejó en coma tres meses.

Él estaba pintando una iglesia cuando sobrevino el accidente, y al despertar descubrió que no tenía rostro.

Después de 22 operaciones, fue elegido por el hospital para someterse a esta difícil intervención que le devolverá el olfato y la sensibilidad, aunque no la vista, aunque, según dijo en una entrevista con la cadena de televisión ABC, no le importa y se siente afortunado de poder vivir y de volver a sentir los besos de su pequeña hija en el rostro.

“Tengo mucha vida por delante”, aseguró Wiens, que aseguró que poder continuar adelante “es un regalo de Dios”.

Wiens está ahora en el camino de la recuperación, según han indicado los médicos a la prensa, que han destacado que en los esperanzadores trasplantes de rostro el paciente se expone a muchos riesgos.

En un estudio publicado en la revista especializada American Journal of Transplantation en 2010, la doctora Siemionow señaló que “el trasplante de cara es todavía experimental y su valor terapéutico está pendiente de ser validado”.

Siemionow recuerda que desde 2005 hasta 2010 se han hecho contadas intervenciones de este tipo, en Francia -la pionera-, España, China y Estados Unidos, y pide a los equipos quirúrgicos que “deben aceptar la responsabilidad de publicar sus resultados de manera transparente con el fin de contribuir al ámbito internacional.

Esta cirugía marca un nuevo hito en los trasplantes de rostro total o parcial que se han hecho hasta ahora en el mundo.

En 2008, la doctora María Siemionow, de la Clínica Cleveland, dirigió una complicada operación con un equipo multidisciplinar en la que trasplantaron el rostro a una mujer que cuatro años antes había recibido un disparo en la cara por parte de su marido.

La paciente no podía oler, comer alimentos sólidos, beber de un vaso, no tenía gusto y respiraba a través de un orificio en la tráquea.

En la operación, que duró 22 horas, fueron reconstruidos parte de los huesos de la cara y recibió el rostro de una donante, cuya identidad permaneció también en el anonimato.

Meses más tarde, el Brigham and Women’s Hospital llevó a cabo otra compleja intervención dirigida por el doctor Bohdan Pomahac, que duró 17 horas, en la que trasplantaron la nariz, el paladar, el labio superior, parte de la piel, algunos músculos y nervios de un hombre que cayó accidentalmente a unas vías de tren electrificadas.

Ya sabemos que esto no les importa a los gringos fanatizados que se hicieron bola frente a la Casa Blanca o lo que llaman la Zona Cero para festejar el asesinato de Bin Laden: ellos están en lo suyo, enalteciendo el juego de la guerra de Obama y sus secuaces.

Pero es un gran logro para la medicina en busca de la dignificación de los individuos que tienen la mala fortuna de sufrir desgracias como la de Dallas Wiens.

Ahora nomás falta que todo esto se socialice y llegue a todos los que necesiten este tipo de intervenciones, que no son pocos en el mundo...

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