Trova y algo más...

viernes, 28 de septiembre de 2012

Alma Parens...



Una idea venida sobre el ancho
azul del pensamiento,
tiene puerto en el alma de Sonora…

Una idea vestida como una
maravillosa carabela,
con un velamen trémulo de nubes
y jarcias como riendas conducidas
por las augustas manos de Minerva…

Una idea en camino con proa puesta en rumbo
desde el día remoto
en que, bajo el conjuro de Atenea,
brotó un olivo en Grecia…

Una idea en camino por los mares
indivisibles del espíritu,
ancló en este paraje… con sus mástiles
en un revuelo de gaviotas,
en mitad de la grimpola el dibujo
bordado de las horas, y
en el timón indicios vivos
de las celestes rosas de Tesalia…

En el bauprés tallado en una encina
arde, como diamante olímpico,
la mirada con vida de los tiempos…

Y con crecido júbilo se anuncias
afinidades presentidas,
entre las ondas de la sangre
y las hirvientes brasas de la espuma…

Una idea, un designio, una sonrisa
piden carne a la piedra
en la más íntima cantera;
el porvenir espeso como una
granada henchida de luceros…

Corre en las olas un surco
como si fueran trigo
en tibia amanecida de torcaces;
y el viento es un preludio;
numen meditativo de azahares
que convierten en un cántico el saludo.

Una paloma cae
como un papel sobre un tejado,
no tocada por dardo ni saeta;
vencida por la gracia, por el signo
invisible del éter, que promueve
la simpatía de los seres…

La arboladura es un convite
a bulliciosas romerías;
en ella el Sol fecunda,
el fuego de la inteligencia;
jamás, entre gavias,
una roja visión alzó una flama;
la ensangrentada túnica de César
no hiere las retinas de los Nautas…

¡Los Nautas! De la estrella
polar egregia servidumbre…
Es suya la potencia del consejo.
La equilibrada miel de sus palabras,
narra los sucedidos del planeta
desde Jasón a Magallanes…

Y en las reconditeces de la música
la sencillez obscura de las olas
de tiempo, ritmo y melodía,
el contrapunto está en el infinito!

Una nave venida sobre el ancho
azul del pensamiento
tuvo puerto en el alma de Sonora…

Su cargamento es oro limpio,
digno de los platillos
de las balanzas tenues del silencio…

Es pedrería, seda
urdida en los telares de la estirpe;
resinas, plumas y rimeros
de especias, cascos, áticas pinturas,
cerámica y vestigios epigráficos…

Policromías, un minuto
tocadas por los dedos de la Esfinge;
tierra cocida que se anima
con pistas de colibríes y de múridos;
alfarerías del espíritu
áreas como clámides y orquídeas…

Su cargamento. Escencia de los símbolos,
substancias ideales,
felicidad intelectual concreta
en las arduas imágenes del Arte;
líquenes en ascenso de oriflamas,
haces de luces con efluvios
en alianzas unánimes…

Su cargamento. Escudo
de hoplita ardido para el pueblo,
ese león que brama
con las garras hundidas en la presa…

La nave deja en medio
de bulliciosas romerías
su cargamento de milenios…

Alta el ancla en la aurora
como si fuese un lirio, se estremece;
y con ropaje idéntico
al de un rosal que se despierta,
emprende, no el camino de regreso
sino la ruta nueva, porque siempre,
tras de cumplir con la visita,
la nave de Minerva enfila
el rumbo de la Cólquide…

Como los ojos de los niños giran
para mirar la mano de las madres
a la nao se vuelven las colinas…

En el paisaje absorto se prolonga
la ondulación continua
de su velamen suntuoso…

Dibuja su contorno
deshilvanando nieblas con la proa,
el mástil de mesana como un brazo
que saluda en el aire;
en mitad de la grímpola el dibujo
bordado de las horas
y en el timón indicios vivos
de las celestes rosas de Tesalia…



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El domingo 12 de octubre de 1941, en la Ciudad de Hermosillo, Capital del Estado de Sonora, República Mexicana, en los terrenos de la Universidad de Sonora, en el marco de la ceremonia oficial de colocación de la primera piedra de los Edificios de la Universidad de Sonora, el poeta Leopoldo Ramos Cota, nacido en El Triunfo, Baja California Sur, el 8 de junio de 1896, leyó el poema de su inspiración titulado Alma Parens, dedicado a esa idea venida sobre el ancho azul del pensamiento y que tuvo puerto en el alma de Sonora: la Universidad.

Leopoldo Ramos falleció en la ciudad de México, el 5 de enero de 1957.
 
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Fuente:
• Archivo Histórico de la Universidad de Sonora (AHUSON).
 
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