Trova y algo más...

miércoles, 19 de septiembre de 2012

Nadie sabe para quién trabaja...


Cecilia Giménez, la peculiar restauradora más famosa de los últimos tiempos, ha retomado la voz, dice este día la prensa española. La octogenaria artista de la localidad de Borja, España, quiere una parte de los recursos está generando Ecce Homo, una obra desconocida del Siglo XIX que obtuvo fama global gracias a su intervención.

De acuerdo con el diario español Correo, la Fundación Hospital Santi Spiritus, propietaria del santuario donde está colocada la pintura, decidió cobrar desde el pasado sábado por acceder al templo. Los ingresos en apenas cuatro días suman ya 2,000 euros. Y ella, que es la causante del fenómeno y es quien se ha llevado todas las críticas, quiere su parte.

Los responsables del Santuario de Misericordia vieron que, desde que en agosto se hizo público el estropicio, el número de visitantes que han pasado por esta localidad se ha multiplicado, pero los ingresos por ver el cuadro eran ínfimos. Entonces, ni tarda ni perezosa, la iglesia había optado por poner una urna para que los curiosos dejaran su voluntad.

Sin embargo, los turistas no mostraban su piedad. “De veinte personas que entraban sólo echaba una, así que han decidido poner entrada. Aunque también es verdad que un día encontramos un billete de cincuenta euros dentro”, explicó José María Aznar, uno de los responsables del templo.

La decisión ha enfadado a Cecilia y a su familia, que ha puesto el caso en manos de los abogados. Entienden que la octogenaria, que no sale casi de casa abrumada por la repercusión mundial que ha tenido su trabajo, debería cobrar derechos de autor por la obra, ya que la fundación recibe unos ingresos por su trabajo. El Santuario de Misericordia ha puesto el caso también en manos de sus letrados para cubrirse las espaldas.

El Ecce Homo no ha dejado de ser noticia. La imagen se ha publicado en periódicos de 160 países del mundo, entre ellos en algunos tan lejanos como Irán, Afganistán, China, Japón e incluso las Islas Vírgenes. (Y en este blog, no me lo hagan menos, por favor).

La anciana saltó a la fama cuando decidió restaurar un Ecce Homo del artista Elías García Martínez pintado en un muro de la iglesia de Borja y que presentaba un grave deterioro. Inocentemente, la mujer, que ha obsequiado a cientos de vecinos de la comarca con sus lienzos de paisajes y naturalezas muertas, se puso manos a la obra para paliar esta situación.

El resultado fue una obra nueva. Un Ecce Homo que es tan famoso como casi cualquier obra de artistas consagrados.

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