Trova y algo más...

domingo, 14 de noviembre de 2010

Y sigue el teatro de Cachirulo...

Ésta más bien parece la segunda parte —tardía, pero igual de jocosa— de la lucha fast track contra la corrupción que a cuatro años de gobierno ha emprendido la administración federal: hace un par de semanas descubrieron que —bilivitonot, lo crea usted o no lo crea— hay corrupción en el IMSS, pues una grabación ilegal puso al descubierto las tranzas que un empleado de tercera hacía para embolsarse el dinero que, si no se lo echa él, se lo queda el monaguillo Káram.

No, las tranzas que de por vida se han hecho en el IMSS, incluída ésa grandiosa de concesionar las guarderías para que buitres como los dueños de la ABC —y otros más que andan pululando por Hermosillo bajo la imagen de prohombres de la virtud disfrazada de santaclaus— comentan atrocidades que van desde la mojigatería avalada por el arzobispo emérito hasta el asesinato de 49 bebés... y que todavía estén libres, viajando libremente por Canadá, lejos del mundanal rüido de las marchas que exigen justicia... ésas tranzas no existen ni para Káram ahora ni para el imbécil de Horcasitas, el alter ego de la grisedad y torpeza del Felipe Calderón...

Ahora, en un intento de transparentar un gobierno que ha hecho de todo, menos gobernar como la Constitución mandata, los genios del 2010, en medio de los festejos del Bicentenario de una independencia sometida y del Centenario de una revolución inacabada, están sacando sus propios trapitos al sol como para decirle a la gentil perrada de México y futboleros circunvecinos que la corrupción no nació hace diez años, sino que es herencia de un grupo emanado de la revolución para tristeza y agonía de un país que nació bien, que creció más o menos en medio de guerras floridas, un país al que la conquista vino a traerle la sífilis y el resfriado, en el que la Independencia oficializó las castas miserables y la Revolución institucionalizó el crimen inmortalizado en el bronce borroso de la historia... un país en el que la democracia ha sido secuestrada por los mismos que han sido secuestrados por la demagogia infeliz de un discurso agónico secuestrado a su vez por la búsqueda de un presente cuyo futuro es pasado imperfecto desde le momento mismo en que es invocado por los mismos de siempre, en una espiral inacabable que nos entierra cada día más en el masiosare de las pesadillas...

Y ahora es Pemex, la caja chica de la administración federal, una paraestatal del gobierno, la que encontró —como preámbulo de otra cortina de humo, cuando ya no se pueda sostener la del IMSS y sus corrupciones autorizadas por los mismos que la persiguen— la fórmula para convertir una planta petroquímica productora de amoniaco en un “elefante blanco” que durante casi siete años ha pagado sus sueldos íntegros a 230 empleados por hacer... ¡nada!

Eso ha dicho la prensa servil, y no tardan en convertirla en nota del día para seguir atontándonos con sus voces como rehiletes que engañan la vida al girar, aunque hoy por hoy no hay necesidad de esas cortinas: la próxima semana inicia la liguilla del futbol mexicano y en la costa del Pacífico como en Veracruz y otras costas ya está ese otro opio del pueblo a todo lo que da: el beisbol y sus merolicos de la televisión, que todo defienden menos las causas sociales...

Y la siguiente semana viene esa otra estafa, que es peor que todas las corrupciones juntas: el Teletón...

El caso es que la prensa vendida —¡Jamás será vencida!— ha "descubierto" que Pemex es un nido de corrupción, y que las pérdidas no paran en aquella planta de Chihuahua, porque mientras que 230 empleados están de huevones —bueno, no es por nada, pero en las cámaras legislativas hay como el triple de talegones que le cuestan millones de pesos al país, y eso nomás por nombrar las federales, porque en las estatales habría que sumarle otros miles de ociosos improductivos, con su consabido costo al erario— matando el tiempo, los que sí laboran son los empleados de una fundidora de Monterrey, quienes desmantelan un equipo valuado en 15 millones de pesos, y que la paraestatal —o sea, Pemex, pues— vendió en el 2008 como chatarra a un centavo el kilo.

En el 2003, el Consejo de Administración de Pemex dispuso que la petroquímica de Camargo, Chihuahua, fundada hace 43 años, era incosteable, pese a producir más de 400 toneladas diarias de amoniaco para la elaboración de fertilizante y que surtió por décadas al agro de todo el País.

El sindicato petrolero con amenazas de realizar un movimiento nacional logró resistir y conservar sus tres turnos y que no se despidiera a ningún empleado, pese a que la paraestatal no produce ya ni un gramo del químico y a que sus empleados, en el mejor de los casos, sólo efectúan labores de mantenimiento.

Los 230 obreros cumplen religiosamente con sus “turnos” y hasta descansan un día a la semana. Muchos de los empleados dedican gran parte de sus horas de “trabajo” a jugar cartas, damas o a simplemente esperar que el reloj marque la hora de salida.

“Los sueldos varían por categorías”, explicó Pedro, un universitario que hace doce años heredó la plaza de obrero de su padre, pero que desde hace seis sólo se dedica a cumplir su horario y que, gracias a un ascenso que recibió cuando ya estaba parada la planta, está asignado al área de Finanzas de la paraestatal.

“Van de obreros, ayudantes y oficinistas a profesionistas, con sueldos de hasta 15,00 pesos mensuales como máximo y 8,000 como mínimo”.

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Ciertamente, es necesaria la lucha contra la corrupción y contra la impunidad. Pero lo que estamos atestiguando es una comedia de enredos en la que sólo un par de individuos irán a la cárcel mientras que los mayores corruptos, los capos de la impunidad, buscarán acomodo en el siguiente sexenio, gane quien gane...

Al final, ¿no que los gobiernos no le temen a los sindicatos en México…?

¿O será que las autoridades federales no se habían dado cuenta de este caso?

¿Qué dirá Lozano y demás carroñeros del presente? De seguro que pedirán que Pemex se cierre, que sea privatizado o que la Comisión Federal de Electricidad le entre al quite...

Pues que conteste la ciencia, que ahorita no estamos como para nuevas revoluciones, dirán los fanfarrones de clóset... o la citada prensa vendida, que para eso es muy buena...

En fin: así está el mundo...

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