Trova y algo más...

sábado, 29 de agosto de 2009

¡Japiverdituyú... Japiverdituyú...

Justo este día, míster Michael Jackson llegaría a la edad del quorum: 50 más uno. 51, pues, para aquellos que anden crudos y con resaca, que no es lo mismo pero es igual...

Pero Jacko no contaba con la triple dosis de medicamentos que le aplicó su médico personal y hasta ahí llegó su historia, y a partir de ahí comenzó la leyenda: como verán, ando más lúcido que Carstens. En fin...

Según consta en su acta de nacimiento, Michael Joseph Jackson nació el 29 de agosto de 1958 en Gary, Indiana, Estados Unidos, en el seno de una familia de músicos negros, aunque con el paso de los años fue cambiando su pigmento a decolorado insulso, perdiendo de a poco esa tonalidad oscura que le da un cierto aire de malditez a la mayoría de los afroamericanos gringos, y a casi todos los afrolatinos que en esta América nuestra convivimos como esclavos de la posmodernidad, con sus excepciones, ciertamente.

La declaración de independencia norteamericana, base de su Constitución, considera como verdades evidentes por sí mismas, y que por lo tanto no necesitan demostración, que todos los hombres han sido creados iguales, que todos han sido creados por el mismo Dios el Creador, con ciertos derechos inalienables e imprescriptibles, entre los que se encuentra en primer lugar la vida, la libertad y la procuración de la felicidad… y así fue que como todos, Michael nació bebé y con los años se fue haciendo adulto.

Según la Wikipedia, la enciclopedia de los holgazanes, según manifiestan los intelectuales, Jackson fue catalogado como un genio musical y artístico, lo que demostró desde sus inicios como un niño-prodigio con un nivel interpretativo realmente extraordinario.

Pero también fue un personaje polémico, con defensores y detractores, al que rodearon innumerables leyendas y rumores (muchas veces alimentados por él mismo) y que se vio envuelto en acusaciones de pederastia con dos niños, que tuvieron repercusión mundial y que le mantuvieron apartado en los últimos años de la primera fila de la popularidad.

Poco después de su muerte, acaecida el pasado 25 de junio, y 16 años después de los supuestos sucesos delictivos, uno de los niños implicados declaró públicamente que el cantante era inocente, y que mintió porque su padre le obligó a hacerlo para salir de la pobreza con el dinero que, efectivamente, el artista entregó a cambio de evitar el juicio.

Las acusaciones con el otro niño sí habían acabado en juicio, del que Jackson fue absuelto en su día.

Michael Jackson fue una figura de fulgurante carrera pues alcanzó su cúspide comercial y de fama antes de cumplir los 30 años de edad. Pero en él se mezclaron (como opinó el presidente todavía negro Barack Obama) el éxito y tristes circunstancias personales.

Las exigencias de su profesión, su afán de perfeccionismo y superación, y el acoso de la prensa, fueron factores que unidos a su timidez y sensibilidad extremas, le causaron un estrés y demás problemas de salud que se agravaron en la década de 1990 por problemas judiciales.

Toda esta problemática se sumó a los traumas que Jackson arrastraba por una infancia demasiado volcada en el trabajo, y ayudan a explicar su comportamiento extraño y huidizo, sus gustos excéntricos, sus obsesiones y su deterioro físico final... al grado de que ya no tenía nariz propia... ni pitirrín, según declaró el Fabiruchis Olmedo, un amigo muy cercano y de muy atrás de mi primo el Chato Peralta.

En cualquier caso, su genialidad artística es indiscutible al igual que su éxito a nivel mundial, plasmado en cientos de millones de discos vendidos.

Apoyado por la espectacularidad de sus campañas de promoción, videoclips y conciertos, en ellos hizo gala de su enorme talento como cantante y bailarín, y fue pionero en múltiples novedades coreográficas y visuales que han marcado tendencia en el mundo del pop.

Hoy, como homenaje japiverdituyusesco al Rey del Pop, comparto acá el video Thriller, grabado por monitos hechos con figuras Lego, que es toda una rareza, porque como tenemos entendido, los monitos Lego no tinen vida propia...

Eni, wey...

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