Trova y algo más...

miércoles, 16 de junio de 2010

Ahora no es así, ahora es asá…

Pablo Hiriart dice en Larazón.com que Felipe Calderón argumenta que no hay una guerra contra el narco, sino por la seguridad pública. O sea, ahora ya no es así, es asá…

Hiriart asegura que se trata, sin duda, de un cambio de enfoque.

Ya días atrás, Calderón ya había admitido que el narcotráfico es una actividad que nunca se va a acabar mientras existan consumidores. Ahora pone límites a esa lucha y la sitúa como la obligación del Estado de garantizar seguridad a la población.

Tiene razón cuando afirma que quienes proponen la retirada del gobierno parten de la falsa premisa de que los criminales por sí solos abandonarán sus actividades violentas y delictivas. Hay que combatirlos, en efecto, con toda la fuerza del Estado. Y ahí está el problema.

La fuerza del Estado ha sido ineficaz para realizar esa lucha que primero se planteó como guerra contra el narcotráfico, y por su propia dinámica derivó en una crisis de seguridad pública en el país.

Los 19 muchachos fusilados en un centro de rehabilitación en Chihuahua no pueden ser ubicados en la estadística de los malos que se pelean entre sí.

Los 70 ejecutados el viernes son mexicanos que murieron asesinados en territorio nacional. ¿Dónde están los homicidas? Quién sabe.

Y así por el estilo por dondequiera que se mire la geografía nacional.

Tenemos un Estado que no es capaz de dar seguridad a la población. Y el autor de todo esto que aquí se comenta es el Jefe del Estado.

Dice Calderón que al asumir el gobierno encontró una situación caótica, por lo que “había que actuar y actuar rápido. Ante esa situación era indispensable contener la expansión de las actividades criminales”. Dice la verdad. Él encontró una situación así de crítica. Nada más que él luchó a brazo partido por hacerse cargo de la situación. Es decir, por ganar la Presidencia.

Primero le ganó a Vicente Fox y luego a López Obrador. En lo electoral, aprobado. Manchándose las manos, pero aprobado. Pero ¿tenemos hoy un país más seguro que antes de su toma de posesión? La respuesta es no.

Cuando se aplica una solución a un problema y éste en lugar de reducirse se agranda, quiere decir que algo anda mal.

Hay que seguir en el combate contra el crimen, y hay que hacerlo con más fuerza todavía. Pero es preciso corregir errores. Y el Felipe ya reconoció el primero —y no es poca cosa—, pues dijo que la lucha no es una “guerra contra el narco”, sino por la seguridad pública.

Se trata de una corrección de fondo, y no un juego de palabras. A ver si así. Tenemos que preguntarnos cómo fue que, según Felipe Calderón, se salió de madre la criminalidad a partir de 1995. Y también ahí corregir… si todavía se puede.

Yo, en cambio, soy de los que opina que esta situación no necesariamente debe facturársele a Calderón, su ineptitud y el partido del que emergió, que ya no se le ve tan sólido.

Yo creo que, en gran medida, toda esta violencia desembocada que sobrevivimos a diario también debe cargársele a quienes quieren estar en Los Pinos el 2012.

Ellos se frotan las manos con el conteo de sangre derramada en las calles del país: es el mejor argumento que esgrimen como plataforma política, como bandera de campaña.

Ya han dicho y repetido hasta la saciedad algo que es una verdad relativa, como todas las verdades: “El PAN no sabe gobernar”. Sin embargo, en este país hemos visto que ningún partido sabe gobernar. Nos guste o no.

Así que es esta sangrienta cotidianidad, todos los partidos políticos, todas las autoridades de todos los colores y todos los tamaños tienen un poco de culpa. Nadie se salva. Nadie.

Pues sí. Ahora la lucha no es así, ahora es asá, como diría el Marro Almada en una de sus sabias intervenciones frente al maestro de matemáticas en aquellas viejas clases secundarianas, tratando de que las respuestas del examen parecieran correctas: “Ya no es así, ahora es asá…” Aunque en el fondo, las respuestas seguían siendo incorrectas. O sea, nada cambia.

En frase de película gringa, bien podría decirse: “Tomeiro… tomato…”

Es decir, lo mismo.

O como dijera mi abuela: "La misma gata, nomás que revolcada..."

O como lo cantaría el Silvio Rodríguez: “No es lo mismo, pero es igual…”

Ahora viene Calderón a decirnos que la lucha es de todos.

La lucha contra el narco o contra la delincuencia organizada o contra todo aquello que no esté de acuerdo con el gobierno.

Anoche nos hizo llegar un mensaje de ésos que la ciudadanía toma medio en serio medio en broma, porque al final de cuentas el sustrato semántico se redujo a esto: “las cosas ya no son así, ahora son asá”, simple y sencillamente.

El caso es que el Felipe Calderón aseguró noche que la lucha de su gobierno no es exclusiva en contra del narcotráfico, sino de toda forma de crimen organizado, por lo que insistió en que la ayuda de todos los mexicanos se necesita para superarla. Así me lo contaron, porque entre mirar el anuncio o el capítulo de Alf en Nick@nite, preferí al melmaquiano, que es por mucho más divertido que el chapito de Michoacán, matria de mi padre, por cierto.

Me dijeron que en un mensaje en cadena nacional por radio y televisión, el Calderón explicó su estrategia de seguridad y aseguró que se trata de “una lucha de todos los mexicanos, no sólo del Presidente, una lucha que vale la pena luchar”.

Según esto, Calderón reconoció que recuperar la seguridad "no será tarea fácil ni rápida, pero vale la pena seguir adelante para construir un país libre y seguro", pues señaló que lo que está en riesgo es el futuro de los mexicanos. Incluso reiteró que la lucha "costará tiempo, recursos económicos y, por desgracia, también vidas humanas" pero no por ello se dejará de lado. O sea, más pan con lo mismo.

"No es momento de bajar la guardia o claudicar. Debemos combatir sin tregua al crimen", dijo.

El Felipe de Jesús señaló que México una vez más "está a prueba", aunque no se supo si s refería al partido contra Francia, y aseguró que se podrá vencer al crimen organizado.

Sobre la muerte de inocentes a causa de esta lucha, el michoacano señaló que “no escatimaremos esfuerzos” para evitarlas.

Y a mí, que tengo ya muy gastadona la materia gris, pero en cambio el sentido del humor se me ha afinado tanto que me pica como si tuviera pulgas ahí donde ustedes se imaginan, ex timados y cochambrosos lectores, me llaman la atención dos cosas dos de este llamado calderoniano, a saber:

1. Que lo haya hecho aquí, en México, no en Sudáfrica ni en España ni en Alemania ni en Estados Unidos, y 2. Que no se haya dado cuenta en estos tres años que lleva en Los Pinos que casi 100 millones de mexicanos luchamos todos los días contra la delincuencia, que la sufrimos, que la vivimos a diario, que la hemos hecho parte de nuestra vida, cotidiana y que nuestra principal lucha no es por ese incierto y generalizado y politizado “futuro de los mexicanos”, sino por este presente que a pesar de que nos come toda esperanza, no nos ha hecho bajar la guardia ni nos ha hecho claudicar, como facilonamente lo cree este individuo para hacernos creer que gracias a él podemos salir adelante en una lucha contra todo lo que carcome nuestras vida política y social (incluído el mismo Felipe) y que nunca hemos dejado de lado porque nuestros hijos son el motor que nos mueve, no el sueño guajiro de llegar a Los Pinos, haiga sido como haiga sido…

Pues sí, a la mejor y tiene razón este tipo: las cosas ya no son así, son asá, y por eso mismo nuestra visión común, simple y ciudadana también tendría que cambiar para exigirle respuestas a quien debería de dárnoslas (también las respuestas, claro)…

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