Trova y algo más...

jueves, 9 de julio de 2009

Aquí está sentado Kafka...

Yo vide ayer a Daniel Káram esquivar (funcionario de primer nivel, al fin de cuentas), como buen discípulo de los dioses federales, todos los cuestionamientos que Primera Comisión de la Permanente en el Senado (un puñado de legisladores que estaban más bien apurados por irse a ver el juego de Estados Unidos contra Guatemala en la Copa Oro), y salir indemne de un asunto que, como bien se dijo ahí, en cualquier otro país hubiera pedido no sólo su cabeza sino la de la mitad de la plantilla del IMSS que tiene que ver con las guarderías, la de todos los responsables de protección civil municipales y estatales (anticipados, remisos y cobardes), la del procurador y hasta la del gobernador del estado y la del presidente municipal, nomás para echar a andar las investigaciones sin que estorben.
Al menos en los países civilizados así se estila, pero aquí no.
Aquí 48 niños muertos no significan gran cosa para el sistema político.
Quizá por eso José Murat, aquel inolvidable ex gobernador oaxaqueño que en sus tiempos se pasó todo el sentir del pueblo por el arco del triunfo (cuando eso indefinido que los políticos llaman despectivamente “el pueblo” o “la gente” lo que realmente queremos es que nos pasen por las arcas del triunfo), dijo arrellanado en su curul: Aquí está sentado Kafka.
Y es cierto:
La escena de buenas maneras, de cortesía extrema, era kafkiana en grado sublime.
Si bien es cierto que lo ideal es que la clase política no debe perder las formas, también es cierto que esas formas llevadas al extremo caen en el cinismo de la protección corporativa, de ese acuerdo del no tocarse ni con el pétalo de una amenaza, de una exigencia, de un reclamo.
Ni siquiera estando frente a los padres de familia que pudieron observar el juego de la simulación absurda de los discursos vacíos, de promesas que nunca se van a cumplir, de un listado que sirvió de pretexto para una cena de negros en ausencia, del canibalismo político que les dio la oportunidad de salirse por la tangente cuando el punto era qué hacer con el caso de la Guardería ABC, de darle curso a una investigación que arroje culpables; en cambio, se perdieron en el chisme barato del: “Yo veo ahí a un hermano de Fox”, “Ahí está un primo de Calderón”, “En la lista aparece una diputada perredista”, “Ahí está el Mágalo Figueroa con sus récords Guinnes”, y así durante un largo rato del juego aquel de “A ver quién escupe más lejos…”
Y Káram gustoso escuchaba a los miembros de la permanente ponerse zancadillas con una caballerosidad propia de otras empresas.
Káram, el que salvó su pellejo.
El que se adelantó a los acontecimientos y anunció, con bombo y platillo, que los chivos ya aparecieron: “el incendio fue causado por la negligencia de los responsables de la bodega utilizada por el gobierno del estado de Sonora, y sus consecuencias se agravaron por el incumplimiento de las medidas de seguridad por parte de los operadores de la Guardería ABC… Por tal motivo, el Instituto Mexicano del Seguro Social ha tomado la decisión de entablar una demanda por responsabilidad civil en contra de la Secretaría de Finanzas del estado de Sonora. Asimismo, el IMSS también ha decidido presentar una demanda en contra de los propietarios y administradores de la guardería, que omitieron cumplir medidas de seguridad que les fueron ordenadas” (una demanda civil, no penal, por supuesto).
El que al día siguiente del incendio (6 de junio) aseguró que la guardería ABC de Hermosillo cumplía con los lineamientos en materia de seguridad y aparentemente estaba dentro de lo que señala la normatividad correspondiente.
El que precisó en aquella fecha que la última evaluación a la guardería, realizada en mayo, indicaba que contaba con salidas de emergencia y extintores, aunque todos se dieron cuenta que no existían unas y otros.
El que todo lo sabe, pero que dijo no tener información sobre el parentesco de Marcia Matilde Altagracia Gómez del Campo Tonella, una de las propietarias de la guardería ABC, y prima de Margarita Zavala, la inquilina de Los Pinos.
Pero, como dicen: Para uno que amanece temprano, otro que no duerme, y Eduardo Bours, le refrescó la memoria al flamante director del IMSS:
“Marcia Gómez del Campo tiene un parentesco, entiendo, con la señora Zavala, efectivamente. Cuando ha venido aquí, a Sonora, la saluda. Hay una identificación familiar”, aunque omitió el pequeño detalle de que otra de las socias de la ABC es pariente de la primera dama sonorense: Pelillos a la mar, decía Joaquín Pardavé.
Y en medio del grotesco, inmundo peloteo, la impunidad y la cacería de chivos federales y sonorenses, el saldo real acumula 48 niños fallecidos, muchos heridos y con secuelas sicológicas, los desolados padres de familia y una sociedad igual de ofendida y ninguneada que de efervescente, mientras los legisladores se suman al muro de la impunidad al hacer de la comparecencia de Káram una pasarela en la que defendieron como gatos panza arriba a los de su propia jauría, y permitieron que el director del Seguro Social saliera con la promesa juvenil de volver cuando ustedes quieran, amables y brillantes señores legisladores… mientras los padres de familia, cuyo dolor no sabe de politiquerías baratas ni de contubernios pasajeros simplemente exigieron la renuncia de Káram por inútil para que Kafka descanse en paz.
-
-