El pasado fin de semana, en Hermosillo se realizaron dos marchas tan iguales y tan distintas que uno fácilmente las pudo haber confundido: la programada dentro de Diverciudad, en la que marcharon homosexuales, en su mayoría, y el desfile de la expo ganadera, con reinas de belleza, vaqueros, caballos, boñiga, payasos de rodeo y payasos nomás: es decir, la rancia aristocracia de la zoociedad zoonorense.
Sobre la primera marcha, la prensa hermosillense, católica y ultraconservadora como es, publicó notas de manera epidérmica, que en sí ya fue ganancia para los organizadores. Señaló que luego de que el año pasado se suspendiera la marcha gay en Hermosillo, cerca de 300 personas marcharon como parte del Festival Diversidad Amorosa y Sexual. Dijeron que por séptima ocasión, las calles de la capital sonorense se iluminaron con banderas de arcoiris que homosexuales, bisexuales, personas trans y heterosexuales cargaban al grito de consignas a favor de la igualdad y el respeto a los integrantes del colectivo LGBT. Eso dijeron de manera escueta.
En cambio, sobre el desfile de la expo ganadera, la feria del pueblo, como ridículamente comercializan, se publicaron planas y planas de comentarios, el programa del palenque, fotografías de las representantes de los corrales engordadores de la localidad y demás recursos idiotizantes que han hecho del periodismo un peligro latente en manos de los capos de la información, que lo único que quieren es vender hasta su alma envuelta en un periódico. El caso es que no faltaron gráficas de las reinas de belleza, del público festivo, de los carros alegóricos y de los caballos, claro, porque no hay que olvidar que los sonorenses somos una especie que desciende de los semovientes, según han tratado de hacernos creer con tantas cabalgatas y demás cuestiones de la equinidad regional.
No hace mucho, Porfirio “La Jacaranda” Rodríguez, presidenta del club de fans de Óscar “Polacas”© Holguín, y principal impulsora estatal del Gay Day Sonorense reprochó que las mujeres hasta su día tienen: “¡Ay sí! Como ellas tienen unas curvotototas y unas bolotas por aquí y por allá, ni modo de que no les inventen su día: El Día de la Mujer. ¡Ay sí!... En cambio nosotras —agregó—, a fuerzas tenemos que rasurarnos a diario la barba y el bigote para no parecer machos. ¡Guácala! Y en ocasiones, cuando hay cita romántica en puerta, hasta tenemos que rasurarnos dos veces: en la mañana y como a las siete de la tarde, para que no se nos ponga morada la barbilla a eso de la medianoche y tengamos que huir como La Cenicienta”, subrayó con cierta indignación en una rueda de prensa ofrecida en las escalinatas del edificio del Museo y Biblioteca, a pleno raso del sol, el 8 de marzo pasado.
Justo en el Día de Mujer, que muchos comunicadores aún tienen confuso su origen, pero que exaltan como si lo hubieran acabado de inventar, Porfirio “La Jacaranda” Rodríguez atizó el bitachero, y lo atizó como ella sabe hacerlo: De frente y con la cara levantada, así como dice “El Polacas”© que le gusta verla porque es la expresión del orgullo y del espíritu indomable de nuestras raíces (Según su biografía, Porfirio nació en Bacadéhuachi el 30 de febrero de 1969).
Anteayer, en una de los bulevares por donde pasó el desfile de le expogan, y ante una decena de reporteros, al ver la multitudinaria respuesta de los hermosillenses para ir a ver a sus ancestros equinos, comparada con la modesta participación en el desfile de Diverciudad, “La Jacaranda” Rodríguez indicó que ya basta de atropellos en contra de los representantes del llamado tercer sexo. “Nosotras ya sabemos que no somos bien vistas por los representantes de la iglesia ni por algunos partidos políticos como el PAY (Partido de Acción Yucateca), que no se ha cansado de hostigarnos salvajemente. ¿Qué les pasa? Si nosotras también le vamos a Hermosillo como Lola la trailera”, señaló con coraje, y después lanzó el grito de guerra gay: “A ver, chicas —gritó—: A la una, a las dos y a las tres: ¡Fffffffff!”.
Después, “La Jacaranda” emitió un discurso que hizo estremecer los gruesos pilotes del sistema de gobierno estatal y casi casi los centros de la tierra, como dice el himno del que se ha apropiado la selección de futbol, y provocó que algunos reporteros se volvieran hacia sus compañeros con ojos de borrego enamorado para declararle ese amor callado que la sociedad reprime como si fuese un sentimiento apestado, podrido, leproso; de hecho, varios reporteros se tomaron de la mano y se fueron yendo despacito hacia los rincones oscuros, como el pañuelo que Julio Iglesias tirara al río hace ya varios años.
Haciendo gala de una oratoria digna de un video, mínimo de algún candidato del Panal, que son los más silvestrotes, por no decir brutos, “La Jacaranda” dijo: “Nos sabemos diferentes a los demás porque ellos y ellas nos han colocado en un lugar diferente, pero no por eso somos animalitos de circo. Somos alternativos porque no jugamos a los roles establecidos como en los comerciales de cereal. En ese sentido somos mucho más funcionales que los miembros y las miembras de las familias tradicionales, y es que partimos de la honestidad, no de simulacros o tarjetas postales de nosotras mismas”.
“Nosotras tenemos una gran ventaja sobre ellos y ellas, y esa ventaja es que somos mucho más democráticas, con mayor participación en los asuntos familiares, sin estar relegadas a las decisiones del otro o de la otra. Nuestras relaciones son sencillas: simplemente aclaramos lo que nos gusta y lo que no y así llegamos a un consenso”, indicó con vehemencia quien fuera también la vocera de la campaña del “Polacas”© Holguín en la búsqueda de la alcaldía de Hermosillo durante los últimos tres procesos electorales y un intento en búsqueda de la rectoría de la Universidad.
“Que se oiga en todo el estado —señaló la Rodríguez—: Queremos salirnos del clóset porque nos consideramos seres propositivos y de hecho somos las mejores colaboradoras que cualquier persona pueda tener: Somos amables y cariñosas, gentiles y serviciales, no como esas secretarias que luego contratan los jefes de la oficina nomás porque espantan con su trasero de tren carguero y con sus bubis de silicón implantados en clínicas caras. ¡Ay, no, qué horror… es horrible… es horrible!”, subrayó, y luego se acomodó sus propias bubis hechas, según alguien que escuchó decírselo al Polacas©, de papel sanitario… y Charmín. ¡Ya ni se usa!, dicen que dijo un maestro de Psicom, así como chapo y gordito…
“También queremos tener nuestro día porque es un lujo que nos merecemos. Nosotras hemos sido comprensivas con los maridos de muchas de ésas que andan por ahí moviendo el nalgatorio sin satisfacer a sus hombres, hemos callado serenas cuando los demás hablan, hemos perdonado dulces cuando los demás odian, y de seguro que nuestro recuerdo permanecerá en pie cuando muramos. Merecemos un día para nosotras solitas”, reclamó a los periodistas.
“Ustedes tendrían que ser los voceros de nuestras demandas porque no exigimos más de lo que creemos merecer. Tú y tú y tú también, Martina, tendrían que apoyar nuestras demandas porque, ¿para qué hacernos locas?, muchas y muchos de ustedes también lo están deseando. Así podríamos marchar por las calles codo a codo, construyendo junto a los hombres y las mujeres el México que todos hemos soñado, el que queremos para vivir en paz”, dijo visiblemente agotada por el esfuerzo.