Trova y algo más...

lunes, 25 de octubre de 2010

Siguen yéndose de lado...

Ahora fue en Tijuana: matan a 14 personas en un centro de rehabilitación para adictos.

Integrantes del crimen organizado ejecutaron de forma sumarísima a 14 personas recluidas en un centro de rehabilitación para drogadictos y a través de la frecuencia de radio de la policía municipal amenazar con que "la fiesta apenas va comenzando".

La cobarde masacre se perpetró alrededor de las 20:00 horas de ayer en el interior del inmueble que se localiza en la esquina que forman las calles Isla Tiburón y Javier Mina, de la colonia Buenos Aires Sur, en la delegación La Presa.

En dicho lugar opera el centro de rehabilitación para drogadictos con la razón social "El Camino", a donde en forma extraoficial se supo que arribó un número indeterminado de hampones a bordo de dos vagonetas descritas sólo como de color oscuro y modelo reciente.

De las mismas descendieron cuatro sujetos que empuñaban rifles de alto poder y tras allanar las instalaciones sometieron a todos los presentes e ingresar a 14 de ellos a una habitación y ordenarles que se tiraran de cara al suelo.

Se confió que luego sin piedad alguna los "rafaguearon" por la espalda. "Los disparos —asegura un sobreviviente—se prolongaron por espacio de dos minutos", lo que hace presumir la cantidad de proyectiles que utilizaron los sicarios para privarlos de la vida.

Minutos después del ataque, desconocidos interfirieron la frecuencia de radio policíaca para advertir que esto es una prueba de lo que es el Cartel de Juárez, y amenazaron con que serán 136 asesinatos, en posible alusión a las 135 toneladas de marihuana que autoridades bajacalifornianas decomisaron el pasado 18 de octubre.

"Somos del Cártel de Juárez y la fiesta apenas va empezando", repetían constantemente.

Y también subrayaban: "Esto es sólo una probadita de lo que va a pasar", al adelantar que ajusticiarán a 136 personas en los próximos días en la ciudad de Tijuana.

De manera intermitente retomaban la señal policíaca para tocar una música, al parecer narcocorridos, mientras insistían que esto "apenas empieza".

Una persona que sobrevivió al ataque armado relató que salvó la vida porque se ocultó en un cuarto y pasó desapercibido por los criminales y afirmar que el tiroteo se escuchó por espacio de dos a tres minutos, en un estado de ánimo visiblemente alterado por la situación emocional que vivió.

Comentó que en el sitio se atiende a un promedio de 45 personas que momentos antes se reunieron para presenciar un partido de fútbol en la televisión y tras concluir procedieron a retirarse y luego suscitarse la masacre, que sentará un precedente en la historia de Tijuana.

Lo inexplicado de la cuestión es que dos horas después de ocurrida no arribaba el agente del Ministerio Público del Fuero Común para llevar a cabo las diligencias de ley, por lo que agentes de la policía municipal acordonaban la zona y no permitían el paso de peatones y vehículos en el lugar.

Quizá, de acuerdo a las torpes palabras de Felipe Calderón al querer regañar a la sociedad mexicana, el funcionario nomás se agachó y se fue de lado: así están las huestes del michoacano, por lo que agentes de las diferentes corporaciones policíacas rodearon la propiedad, en cuya fachada se colocó una veladora.

Poco antes del múltiple homicidio, dos cuerpos fueron encontrados en la cajuela de un vehículo que se encontró abandonado en el fraccionamiento popular "El Pípila", aledaño a la colonia Buenos Aires Sur, donde se ubica el centro de rehabilitación; estaban en la parte trasera de una camioneta Cherokee, con huellas de violencia y un tiro en la cabeza, y junto un letrero que advertía "Por andar de ratas".

Cabe decir que es la primera ocasión en la historia criminal de Tijuana que se documenta un suceso de esa envergadura, que ya son tristemente comunes en Ciudad Juárez, Chihuahua, en donde se han perpetrado cuando menos cuatro incidentes de esa naturaleza.

Como se recordará, apenas el viernes pasado, en esa ciudad fueron ultimados con armas de grueso calibre 15 jóvenes que se encontraban celebrando una fiesta en un domicilio particular.

Y como ha sido el sello de la administración federal, sobre todo los últimos tres años: las autoridades de las corporaciones de seguridad, sus voceros, sus elementos y hasta las madrinas que todavía mantienen, no dan pie con bola, y se andan echando la culpa de lo que sucede en el país, que cada día se desmorona lenta, pero ciertamente...

Nomás falta que digan que vinieron a buscar a Tribilín o a cualquier personaje de Disney...

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