Trova y algo más...

domingo, 27 de marzo de 2011

Frankly, guys, I don't give a damn...

Leí en la prensa de hoy que ya está listo el pastel principal para la boda del que le dicen príncipe William y su novia Kate Middleton: dicha tarta será una obra maestra, creada con frutas y flores, y diseñada con ideas de la novia, aunque el hijo del Charles consiguió que también se sirva un pastel de chocolate, su favorito desde la infancia...

Aaaaayyyyyy...

Después de leer esa nota, sólo expresé: “Francamente, querida, me importa un bledo”, una de las frases más famosas del cine, popularizada en la película Lo que el viento se llevó, protagonizada por Clark Gable y Vivien Leigh.

La frase en cuestión fue dicha por Gable, interpretando a Rhett Butler, en lo que fueron sus últimas palabras a Scarlett O’Hara. Ocurre cerca del final de la película, cuando Scarlett le pregunta a Rhett "¿A dónde iré? ¿Qué haré?" cuando él está a punto de abandonarla. Él bigotón le responde la famosa frase antes de cerrar la puerta (en la versión en inglés: «Frankly, my dear, I don't give a damn»).

La línea no sólo se volvió famosa porque contenía una mala palabra para esa época (damn: literalmente «maldición»), sino porque en la trama de la película demostraba que Rhett había renunciado a la codiciosa Scarlett y ya no le importaba lo que le pasara a ella.

A menudo, informalmente, se asegura que la frase es el último parlamento de la película, cuando en realidad es «¡Después de todo, mañana es otro día!» («After all, tomorrow is another day), dicho por Scarlett, para dar paso al The End...

Así, a mí también “Frankly, guys, I don't give a damn” que estos zánganos coman o no coman pastel...

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