Mi prima Oyuki es un fabuloso y enorme personaje de la familia que goza de la exorbitante popularidad que las ex gordas o las de a tiro flacas no gozan. Ni modo: esa es la realidad.
En la casa de mi madre, bohemios, mis hermanos y yo, viendo la paja en el ojo ajeno exclusivamente, le decimo a la Oyuki que cuide sus hábitos alimenticios, que no consuma tantas porquerías para que ya no engorde y muchas lindezas de ese tipo, a las que mi prima, siempre tan silvestre, simplemente nos manda a la tzingada sin boleto de regreso, y luego se atasca otro paquetito de galletas Oreo de chocolate: ¡qué asco, sisters an bróders!
Nosotros, que la queremos tanto, andamos siempre jode y jode con que tenga cuidado porque desde siempre han dicho en la televisión que las personas con sobrepeso y cintura grande, con una mayor acumulación de grasa en esa zona corporal, son las que tienen más riesgo de sufrir un infarto y derrame cerebral.
Pero ahora sé que la Oyuki ha sabido desde hace mucho algo que en la familia ignoramos: que hay estudios que afirman que la grasa corporal, sin importar donde esté acumulada, es perjudicial sólo para el corazón.
O sea, la Oyuki podría morir de un infarto más quedar en calidad de espárrago si un derrame cerebral la agarra en tira y tira entre primera y segunda. Bueno: hasta en la muerte y sus vecindades hay niveles.
Estudios en el pasado habían encontrado que las personas con "cuerpo de manzana", aquéllas cuyos depósitos de grasa se concentraban en la cintura, tenían tres veces más riesgo de sufrir un infarto o derrame que aquellos con una distribución más general de grasa.
Sin embargo, una nueva investigación expresa que el sobrepeso es uno de los riesgos más importantes de enfermedad cardiovascular, pero de igual importancia son los niveles de colesterol en la sangre y la medición de la presión arterial.
Según los investigadores, hay mucha confusión sobre la mejor forma de medir la obesidad. Y hasta ahora los estudios han utilizado distintos métodos para analizar su riesgo.
Por ejemplo, las investigaciones que hablan de "obesidad central" (o cuerpo de manzana), medían la proporción entre las circunferencias de cintura y cadera, mientras que la "obesidad general" se mide en función del Índice de Masa Corporal (IMC), que es la proporción entre peso y altura.
Otros sugerían que había que centrarse únicamente en la medición de la cintura, como las campañas de medias verdades que ha encabezado el gobierno federal desde hace unos tres años respecto a los famosos 100 centímetros de la cintura... o donde debería estar la cintura.
Según los investigadores, todos esos estudios tienen "grandes limitaciones en su diseño".
El nuevo estudio siguió a más de 220,000 personas durante 10 años, y durante ese período, 14,000 sufrieron un infarto o derrame: pues sí, si los retacaban con gansitos y pingüinos y una cocacola...
Los científicos descubrieron que los datos confirmaban que la obesidad era uno de los principales determinantes de la enfermedad cardiovascular.
"Pero tanto el IMC, la circunferencia de la cintura y la proporción de cintura a cadera tuvieron un impacto similar en el riesgo de subsecuentes infartos o derrames cerebrales", afirman los autores, entre ellos el nuevo integrante del Koolegio Nazional, el neurofisiólogo Óscar Polacas© Holguín.
Tal como señala el profesor Polacas©, quien dirigió la investigación, "ninguna de las mediciones corporales, ya sean utilizadas solas o combinadas, mejora la predicción de riesgo de enfermedad cardiovascular, especialmente cuando se tiene información adicional disponible como la presión arterial sistólica o su historia de diabetes o lípidos".
Es decir, la obesidad, como quiera que sea medida, no debe ser el único factor de riesgo que los médicos generales deben tener en cuenta: "El estudio demuestra el valor de medir los niveles de presión arterial y de colesterol en la sangre", dice el también ex candidato del PUS a la alcaldía de Hermosillo.
"Aunque este hallazgo, por supuesto, no disminuye la importancia de la adiposidad como uno de los principales determinantes, que pueden modificarse, de la enfermedad cardiovascular", agrega el hombre fuerte de la mesa 6 del Pluma Blanca.
Y otros expertos subrayan que no se debe olvidar que, además del riesgo cardiovascular, la obesidad también conduce a otras enfermedades.
"Cerca de 60% de los casos de diabetes tipo 2, y 20% de los casos de enfermedad del corazón, son atribuibles al exceso de grasa corporal, y seis tipos de cáncer también están vinculados a la obesidad", concluye el Dr. Polacas©, quien por cierto tiene una barriga cervecera que no puede con ella, con lo que corre el riesgo no sólo de sufrir un inflarto bacardiaco, sino también un derrame... no sé si cerebral, porque dependiendo del día, parece traer una cantidad mayor, menor o una notable ausencia de masa encefálica...
Así que, Oyuki, deja ya las oreos para tus sobrinos y éntrale a las varitas de zanahoria y apio, que son tan saaaaaaannnaaaaassss... mjú, cómo no...
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