Foto tomada durante la última presentación de Cabral, realizada el jueves en Quetzaltenango,
ubicada a unos 200 kilómetros de la ciudad de Guatemala.
Mi abuela decía:
"¡Habría que acabar con los uniformes que le dan la autoridad a cualquiera! ¿Qué es un general desnudo?” ¡Y tenía razón!
Y tenía derecho a hablar de esto, porque estuvo casada con un coronel que era realmente un hombre valiente, sólo le tenía miedo a algo: a los pendejos.
Un día le pregunté por qué, y me respondió:
“Porque son muchos y no hay forma de cubrir semejante frente”.
Y por temprano que te levantes, a donde quiera que tú vayas, ya está lleno de pendejos.
Y son peligrosos, porque al ser mayoría ¡eligen hasta al presidente!
Los hay de toda categoría, por ejemplo:
El pendejo informático, que es un pendejo computado.
El pendejo burócrata, que es oficialmente pendejo.
El pendejo optimista, que cree que no es pendejo.
El pendejo pesimista, que cree que es el único pendejo.
El pendejo esférico, que es pendejo por todos lados.
El pendejo fosforescente, porque de noche se ve que por allá viene un pendejo.
El pendejo de referencia:
—Alberto, ¿donde estas? Ah ya te vi, al lado del pendejo de la chaqueta gris.
El pendejo consciente, porque el sabe que es pendejo.
El pendejo de sangre azul, porque es hijo y nieto de pendejos.
Y el más peligroso de todos:
El pendejo demagogo, que cree que el pueblo es pendejo…
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