Pues sí: ya podemos ver que el domingo se repetirá una jornada electoral basada en la mugre, la descalificación y la ausencia de propuestas reales. Será una jornada con batallas en varios estados, donde el estiércol llenará las urnas… como siempre.
Esa fue la conclusión a la que llegaron analistas políticos y especialistas en medios durante un foro organizado por el Dictamen Ciudadano de Vigilancia del Estado de México, encargado de dar seguimiento al proceso electoral en esa entidad, cuyos comicios se celebrarán este domingo 3 de julio.
En el panel organizado por el director de Dictamen Ciudadano, Bernardo Barranco, participaron los analistas John Ackerman, Sergio Aguayo, José Antonio Crespo, Alonso Zárate y Eduardo Huchim, así como los periodistas Jenaro Villamil y Ricardo Alemán.
Barranco, moderador del evento, señaló que el foro estaba dedicado a escuchar la voz de emergencia de los analistas del proceso electoral, a un día de concluidas las campañas electorales en suelo mexiquense.
Zarate, director general del Grupo Consultor Interdisciplinario, comentó que el proceso electoral mexiquense revela los abusos del poder, pues las elecciones estatales representan “la vitrina de las miserias partidistas”, por la irrupción de gobiernos estatales en el proceso.
Además, queda en evidencia la precaria división de poderes, debido al control del gobernador, Enrique Peña Nieto, en el Congreso local y los organismos autónomos, como el propio Instituto Electoral del Estado de México (IEEM).
También se evidencian el imperio de las maquinarias partidistas, las alianzas oportunistas entre partidos, las fallas de las alternancias opositoras, así como la violencia, crimen y narcopolítica que imperan en la entidad.
Ackerman, colaborador de Proceso, destacó que la estrategia del PRI en la elección mexiquense se basa en privilegiar el abstencionismo por conveniencia, para repetir el escenario en que Enrique Peña Nieto ganó la gubernatura.
“El fin es desalentar la participación ciudadana. Hay una razón fundada para que no salga a votar la ciudadanía”, dijo y explicó que el PRI le apuesta a que salgan a sufragar 2.2 millones personas, quienes representan el “voto duro” de ese partido.
Denunció que en las últimas semanas se registró un activismo ilegal a favor del candidato del PAN, Luis Felipe Bravo Mena, mediante la página de internet www.votocatolico.org en que, a través de símbolos católicos, como la Virgen de Guadalupe, se llama a votar el próximo 3 de julio.
“Hay que denunciarlo y que el IEEM retire esta propaganda que beneficia al PAN. Deben PRI y PRD pedir medidas cautelares para retirar esa publicidad”, indicó.
Además, deploró los actos anticipados de campaña del candidato del PRI, Eruviel Ávila, porque ya existe una resolución del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) que obliga al IEEM a sancionar esa irregularidad.
Después, Ricardo Alemán consideró “poco serias” las posibles sanciones al priista, ya que éstas parten del supuesto de que las instituciones electorales mexiquenses son confiables, y eso es mentira, pues –según él–, el candidato de la coalición Unidos Podemos Más, Alejandro Encinas, no cumplía con los requisitos para el registro y, pese a ello, siguió en la contienda electoral.
Luego, Eduardo Huchim reviró que el PRI quiso monopolizar la postulación de candidatos, pero no lo logró, y destacó que sería difícil concebir una democracia sin partidos políticos, “pues con estos bueyes hay que arar”.
Resaltó la desmesura en los gastos de campaña del priista, pues “son un gran insulto a los núcleos marginales del Estado de México”, y criticó que el gobernador Peña Nieto haya echado a andar “la maquinaria gubernamental” a favor de su candidato. “Es un neocaciquismo”, remató.
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En su oportunidad, el investigador de El Colegio de México, Sergio Aguayo, resaltó la actual crisis de los partidos políticos y cuestionó a Encinas, candidato del PRD, PT Convergencia, que hace cuatro meses tenía la oportunidad de ser una opción para ganar la alternativa de gobierno en la entidad, y hoy en día anuncia una derrota anticipada, ya que el PRI actúa “con las mismas tropelías de siempre”.
Destacó que Encinas acusa a los priistas de avalar la llamada ley Peña Nieto, pero no recuerda que los diputados locales de Convergencia también la respaldaron.
“Este es el anticipo de lo que veremos en el 2012” con la elección presidencial, previó. “Se debe trascender la contienda electoral del cochinero”, advirtió.
Por su parte, el periodista de Proceso Jenaro Villamil destacó que el proceso mexiquense ha enviado un mensaje claro hacia las elecciones del 2012, ya que los priistas quieren evitar la repetición del “voto cerrado”, construyendo la percepción pública de que el triunfo del PRI en el Estado de México y en la presidencial del 2012 “son inevitables”.
“Hay intereses en promover que no vale la pena la participación ciudadana porque de cualquier manera ganará el PRI y eso genera una alta abstención”, previó, porque de los 10 millones de electores que hay en la entidad, el PRI sólo cuenta con su “voto duro”, con lo que confía ganar por arriba de 7 puntos porcentuales frente a Encinas, candidato de la coalición Unidos Podemos Más.
Villamil dio cifras de las encuestas, en las que destacó que pese a los debates entre los candidatos, no se modificaron las preferencias electorales y deslizó que quizás las encuestadoras “pueden ser factor de división consciente o inconsciente del voto”, y recalcó: “Estamos ante el riesgo de que el sufragio no sea efectivo”.
El último ponente fue el analista José Antonio Crespo, quien destacó el alto precio de las campañas y la falta de decisión del Congreso de la Unión para decidir quiénes serán los tres consejeros que se sumarán al Instituto Federal Electoral, hecho que podría apuntar a una inequidad de cara al 2012.
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Uno, que ve de lejos todo el estercolero del domingo próximo, después de haberlo vivido no hace mucho en Sonora, en Hermosillo y en el distrito electoral federal y local que nos toca, no podemos prever algo distinto a lo que predicen los videntes de la política: que el PRI volverá a la Presidencia.
Según algunos analistas, en el 2000, el “hartazgo ciudadano” sacó al PRI del poder y ahora, 12 años después, el voto popular echará al PAN de Los Pinos por la misma razón.
No estoy muy seguro de eso, porque si fuera cierto aquello del “hartazgo ciudadano”, ya hubieran desaparecido muchas instituciones mantenidas por el gobierno federal para uso particular del presidente en turno y sus amiguitos, cientos de personajes vivieran en el extranjero, existieran sólo dos partidos políticos —y ninguno de esos se llamaría PRI, PAN, PRD, PVEM ni demás porquerías— y hasta de seguro ya hubiéramos cambiado de sistema político: quizá fuéramos una mezcla extraña de marxistas-onanistas-guadalupanos-futboleros… ¿o será que tal vez ya los somos?
Si fuera cierto lo del hartazgo ciudadano el PAN ya no gobernaría, y el PRI tampoco ni el PRD, ni los partidos híbridos fundados por tránsfugas del Revolucionario Institucional, que viene a ser la madre de todos los cochineros que en este país han sido…
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