Mientras se sueña en ganar algún día un mundial de fútbol de mayores y la gente se emociona por los cantos de los merolicos de la televisión, no existen responsables por la muerte de 49 bebés mexicanos en la guardería ABC de Hermosillo.
Tampoco nos importa mucho que la educación no sea un derecho pleno y permitimos que exista educación jodida para los más jodidos (parafraseando una expresión del otrora soldado de la revolución).
Veamos nuestra realidad:
El informe final del relator especial sobre el Derecho a la Educación de Naciones Unidas, Vernor Muñoz, revela que en México entre 1 y 2% de la población de seis a 11 años no acude a la escuela ante la incapacidad del sistema nacional para ofrecer formación primaria en comunidades rurales pequeñas o aisladas, así como a niños migrantes o discapacitados.
Subraya que la exclusión de la enseñanza en México tiene destinatarios precisos: las poblaciones pobres reciben una educación pobre.
Los servicios educativos en el país, alerta el documento difundido por la Organización de Naciones Unidas, no toman en cuenta que 70% de las comunidades rurales tiene apenas 100 habitantes, lo que deja a estas localidades sin oportunidades educativas o bien a cargo de facilitadores o promotores, contratado o becados por el Consejo Nacional de Fomento Educativo, quienes imparten clases en escuela multigrado, muchas veces en instalaciones en muy mal estado y sin servicio de saneamiento adecuado.
Además, el resto de los estudiantes mexicanos no escapan de las decisiones tomadas por los gobernantes de los últimos 40 años.
Somos un país que sabe pagar a las instituciones financieras globales, pero, nos importa un comino las escuelas públicas:
El deterioro de la infraestructura y del mobiliario escolar, la precariedad de los servicios básicos, la carencia de áreas verdes y los patios pequeños para los recreos e, incluso, la falta de higiene en las instalaciones sanitarias son factores que afectan el aprendizaje de los alumnos de primarias y secundarias públicas del país, revela el Informe nacional sobre violencia de género en educación básica en México.
En el documento, elaborado por la Secretaría de Educación Pública (SEP) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), se da cuenta que más de una cuarta parte de los estudiantes de educación básica considera que el peor lugar de su escuela son los baños, porque nunca están limpios y carecen de puertas.
A ello se suma la queja por las malas condiciones del mobiliario, en particular las bancas.
Al menos 20% de los alumnos de primarias indígenas señalaron que sus escuelas carecen de agua potable, mientras que a 16.5% les desagrada que los salones de clase sean de tamaño reducido.
(En fin, la lista de desgracias es interminable).
¿Falta dinero? ¿Inteligencia? ¿Capacidad?
No lo parece.
En realidad, nos gusta gastar más el dinero en las campañas políticas, en los comerciales de la tele, en gorritas y cachuchitas.
Falta un verdadero interés de los partidos políticos y los gobernantes.
Pero, ellos no cambiarán si la sociedad mexicana no lo hace primero:
En México existe falta de voluntad política para avanzar firmemente en el reconocimiento pleno del derecho a la educación, afirmó Vernor Muñoz, relator especial de la Organización de Naciones Unidas (ONU) sobre el derecho a la educación.
Señaló que un obstáculo central para dar cumplimiento a esta garantía es la desigualdad económica y social.
Llamó al gobierno federal para que las 15 recomendaciones incluidas en su informe final sobre el derecho a la educación en México se tomen con seriedad, pues, destacó, ante las profundas desigualdades y asimetrías del sistema nacional, no puede ser que su oferta castigue a los que menos tienen, cuando la enseñanza es un derecho fundamental que debe ser igualitario.
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Préstamo involuntario desde Educación café (educacioncafe.blogspot.com)
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