Trova y algo más...

domingo, 22 de noviembre de 2009

Filariasis en el Congreso...

No, no crean que los chicos de la foto son de alguna fracción parlamentaria del Congreso —de aquí, de allá, de más allá... yo qué sé...—, aunque algo nos dice que bien pudieran serlo...
Lo que pasa con ellos es que ellos, varones de la tribu africana de los Bubal, que habita en la frontera entre Kenia y Somalia, exhiben unos testículos anormalmente grandes —si, ya sé, como muchos legisladores, ciertamente— porque tienen por costumbre chupar la vagina de las vacas, pues creen que eso les aporta coraje y valentía.
Además, a los niños Bubal se les da de comer, entre otras cosas, el flujo menstrual de estos animales, lo cual no dejan de hacer hasta que se casan.
Debido a ello, se libran de padecer anemia: este liquido menstrual es rico en vitaminas B6, B12, E y D.
Pero la ingestión de hormonas les lleva a, pasada la adolescencia, sufrir un aumento en el tamaño de sus testículos, que llegan a alcanzar diámetros de hasta 80 centímetros… poco menos que algunos diputados plurinominales, según dicen.
Como sea, yo creo que el motivo del desarrollo anormal se debe realmente a la Filariasis Linfática, que afecta a 120 millones de personas en todo el mundo y está reconocida como la segunda principal causa de discapacidad permanente.
La Filariasis Linfática se transmite por mosquitos, normalmente en zonas rurales remotas o en zonas urbanas y periféricas desfavorecidas, por lo que primariamente es una enfermedad de la pobreza cuya incidencia se ha incrementado en los últimos años en los barrios pobres de África y la India.
Está causada por un parásito, el gusano de la filaria, que vive casi exclusivamente en los seres humanos.
Dicho parásito se aloja en el sistema linfático, en la red de nudos y vasos que mantienen el balance de flujo entre los tejidos y la sangre.
¿Sus síntomas? Sí, cómo no: La que también se conoce como elefantiasis está reconocida como segunda principal causa de discapacidad permanente y de larga duración.
Puede deformar y mutilar los miembros y genitales, por lo que aparte de la incapacidad física, también supone un grave problema psico-social.
Los expertos resaltan que la lucha contra la Filariasis, es también una lucha contra la pobreza y la discriminación social a la que va ligada.
Y en el caso de los diputados y senadores… pues ahí sí, no hay nada qué hacer: ya vienen con ese mal, que desarrollan hasta que se mueren, porque siempre existe la posibilidad de cambiar de partido y seguir incrementando el tamaño de sus testículos… con lo que de viles huevones se convierte en colosalmente huevones
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