He leído que en Ann Arbor, Michigan, territorio de los mohicanos, el doctor Pedro (Peter, para los gringos) A. Ubel, director del Centro para las Ciencias de Conducta y Decisión en Medicina de la Universidad de Michigan (UdeM), dijo que el aferrarse a la esperanza quizás no contribuya a que los pacientes se sientan más felices mientras que lidian con enfermedades o condiciones crónicas.
Según un nuevo estudio de investigadores del Sistema de Salud de la UdeM, "la esperanza es una parte importante de la felicidad, pero hay un aspecto negativo de la esperanza: a veces, si la esperanza hace que la gente postergue el seguir adelante con sus vidas, puede interferir con la felicidad", dijo Ubel, coautor del estudio sobre los desesperanzados felices.
Los resultados muestran que las personas no se adaptan bien a las situaciones si creen que son de corto plazo. Ubel y los otros autores estudiaron pacientes que tenían colostomía recientes: se les había extirpado el colon y debían tener los movimientos intestinales en una bolsa colocada afuera de su cuerpo.
Cuando se les practicó la colostomía a algunos pacientes se les dijo que la colostomía era reversible, esto es que habría una segunda operación para reconectar sus intestinos después de varios meses. A otros se les informó que la colostomía era permanente y que jamás volverían a tener una función intestinal normal. El segundo grupo, el de las personas sin esperanza, dio cuenta de una mayor felicidad en los próximos seis meses que el de las personas con colostomía reversibles.
"Creemos que estaban más felices porque seguían adelante con sus vidas. Conocían la suerte que les había tocado y reconocían que no tenían otra opción más que jugar con las cartas recibidas", explicó el Pedrón.
"El otro grupo seguía esperando que su colostomía fuera revertida: eso probablemente hizo que estas personas compararan su vida actual con la vida que esperaban tener, y no sabían aprovechar lo bueno de su situación presente", agregó.
La investigación se publicó en la edición del mes de noviembre (en inglés, eh) de la revista Health Psychology, y fue traducida al español y al alemán por el licenciado Óscar Polacas© Holguín con el fin de ofrecer conferencias en el interior de la máxima casa de estudios sonorense y en la mesa seis del Bar Pluma Blanca, con valor curricular y acreditación Culturest en ambos escenarios.
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