¿Qué cosas, no?
Al triunfo de la revolución cubana, Celia Cruz se fue más rápido que volando a los Estados Unidos. Yo, que soy de naturaleza noble y de solidaridad medio enredada, no voy a emitir un juicio de valor a lo que hizo Celia: al fin que ya murió.
Además, cada quién, si quiere o si lo dejan, puede hacer con su vida un papalote, como dice la primera parte de la vieja y conocida máxima oriental.
El caso es que estando en Estados Unidos, cantaba las canciones que la hicieron famosa en Cuba, entre ellas, Guantanamera, que todos alguna vez en nuestra vida hemos entonado o bailado ya medio borrachones.
Según me dijo una vez don Víctor Lay, Guantanamera es un son de corte campesino, y yo, que en eso de la música soy más ignorante que un gorila frente a un mapa de la ciudad, nomás me quedé callado, haciendo un cigarro de hoja para estar a tono con el isleño, que a esas alturas ya era más hermosillense, por cierto.
Y con todo que la mayoría de este pueblo fiestero y borrachón que somos hemos participado en la espiral festiva de ese son guantanameresco, por decirle de alguna manera, muy pocos se han detenido a reflexionar sobre la letra, particularmente de dónde proviene la palabra guantanamera.
La canción, con versos de José Martí, al menos la versión que he rescatado de la memoria del alcohol, y que se dice que fue adaptada por Julián Orbón sobre la música que se atribuye oficialmente a José Fernández Díaz, más conocido como Joseíto, dice así:
Guantanamera, guajira guantanamera;
guantanamera, guajira guantanamera.
Yo soy un hombre sincero de donde crece la palma.
Yo soy un hombre sincero de donde crece la palma.
Y antes de morir yo quiero cantar mis versos del alma.
Guantanamera, guajira guantanamera;
guantanamera, guajira guantanamera…
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Claro que al principio, en medio y al final hay un carnaval de sonidos trompeteros y claves mil que hacen que el cuerpo se suelte y comience el baile para llegar inclusive a las últimas consecuencias: hasta que se pierda el sentido o la dignidad... lo que ocurra primero, considerando el montón de cubas, mojitos y cerveza consumidos a lo largo de la celebración... en fin...
Aunque se habla de muchas versiones sobre el origen de este son, la que parece tener más validez es la que da a conocer Karina Rodríguez en su artículo "La Guantanamera: historia ¿conclusa?": la canción surgió en Guantánamo un sábado de julio de 1929, durante el cual un grupo de amigos se encontraba trabajando, mientras cantaban. Entre ellos se encontraba Herminio García Wilson, panadero de profesión, al que apodaban “El Diablo”.
El grupo de amigos vio pasar a una mujer hermosa y la piropearon, según dijo el propio Wilson, de forma completamente cortés (mjú), pero ésta respondió ofendida, por lo que uno de ellos exclamó "¡Eh, qué se habrá figurado la guajira guantanamera esta!".
Wilson buscó una música para acompañar la exclamación de su amigo, y la tocó esa misma noche durante una fiesta en casa de Silverio Bosch Dubois.
La canción, con su ritmo pegadizo y fácil, dada la estructura: A-B-A-B (o A-B-B-A), en versos octosílabos, se prestaba a las improvisaciones, (como ocurría con otras canciones, como "La Bamba"), prendió, y comenzó a emplearse en los festejos y en las calles, siendo la letra adaptada en cada ocasión por el cantante, respetando únicamente el estribillo. Dice Rodríguez que por entonces la gente solía advertirse: “Cuidado, que te van a cantar La Guantanamera”, pues la tonadilla se prestaba a la ironía, la protesta, "los líos de faldas y la crónica roja".
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Y, bueno, a lo que yo quería llegar con todo esto es a decir que muy poca gente se imagina que la canción Guantanamera proviene exactamente de Guantánamo, una ciudad al sudeste de Cuba, capital de la provincia de Guantánamo, en la que se encuentra la base estadounidense de Guantánamo desde 1903.
La historia señala que durante la Intervención de Estados Unidos de 1898 a 1902 la bahía cercana a la ciudad comienza a llamar la atención al gobierno interventor por sus grandes potencialidades estratégicas para el control militar del Caribe occidental.
La Enmienda Platt, ley del Congreso de EE.UU., impuesta a la 1ª Constitución cubana a principios del siglo XX, bajo la amenaza de que de no aceptarse la isla permanecería ocupada militarmente, estableció la obligación de ceder porciones de territorio para instalaciones militares a Estados Unidos. Y no tardó en ponerse en práctica esa exigencia.
En diciembre de 1903, EE.UU. tomó posesión "hasta que lo necesitasen" de la bahía de Guantánamo, mediante un tratado. Desde entonces y hasta la Revolución cubana (más de medio siglo después) fue centro para una marcada influencia de EE.UU., y estímulo, por la presencia de ciudadanos norteamericanos (ávidos en sus francos militares, y con poder adquisitivo), de la prostitución, el juego y las drogas en la región.
En esta base existen campos de prisioneros de supuestos combatientes ilegales capturados en la "Guerra contra el terrorismo" que mantiene la administración estadounidense, que proclama que la condición de extraterritorialidad impide a los prisioneros tener acceso a los tribunales, pero algunos de ellos, incluyendo la Corte Suprema han denegado esta interpretación.
La base en principio fue un terreno alquilado a Cuba por los EE.UU.
Desde hace décadas, el gobierno de Cuba considera el enclave ilegal, y desde 1960 se niega a recibir el simbólico pago anual del arriendo de 5,000 dólares.
El 22 de enero de 2009, a dos días de asumir su cargo, el presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, firma la resolución para cerrar en el plazo de un año la prisión de Guantánamo.
Pero esa, como dice la Nana Lencha, es otra historia que veremos enseguida.
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