Trova y algo más...

lunes, 3 de mayo de 2010

Mejor vayan a Dallas…

Como siempre que viaja al extranjero y quiere dar la nota para la prensa vendida, el Felipe Calderón llamó a los mexicanos, desde su cómoda comodidad alemana, a abstenerse de viajar a Arizona —“mejor vayan a Dallas…”, dicen que dijo, pero no estoy seguro de ello— en protesta contra la Ley SB 1070, porque sus disposiciones vulneran los derechos humanos que corresponden a cualquier persona, mjú, independientemente de su calidad migratoria.

“Subrayamos la necesidad —dijo el hombre— de que se actúe con precaución, se omita en lo posible la realización de viajes innecesarios hacia ese estado”, y recordó que se ha emitido una alerta de viaje para que los connacionales conozcan los alcances de la legislación y eviten sufrir un trato discriminatorio y de vejación. Me imagino que el tipo también imaginó como yo el trato discriminatorio y las vejaciones que ya de por sí sufren los connacionales en el propio suelo mexicano como para que anden batallando lo mismo en otro país. No, señor…

Según la prensa, el michoacano sostuvo que el gobierno de México —aunque no precisaron a qué se refierieron con eso de “gobierno de México”— ve con beneplácito la preocupación expresada por el presidente estadunidense Barack Obama respecto a dicha norma, y consideró que las marchas celebradas el sábado en ese país “reflejan el enorme rechazo que esa legislación ha generado”.

En rueda de prensa conjunta con la canciller alemana Angela Merkel, quien en todo momento lo miraba para abajo, dijo que el gobierno de México ha sido enfático en su condena a la Ley SB 1070 de Arizona, porque contiene disposiciones que vulneran los derechos humanos, independientemente de su calidad migratoria.

Indicó que esa ley discrimina en términos raciales y amenaza las garantías individuales no sólo de los mexicanos migrantes en esa nación o cualquier otra, sino de la propia población méxico-estadunidense o hispano-americana que reside en ese estado… de cosas, pienso yo… sin ánimo de presumir, obviamente.

Ante ello, el tal Calderón aseveró que el gobierno mexicano, además de expresar su protesta por las vías diplomáticas establecidas, ha fortalecido la capacidad de protección consular a través de los cinco consulados mexicanos que hay en Arizona… aunque todavía no sabemos si eso es bueno o malo.

Calderón Hinojosa reiteró que no es por las vías de la discriminación o la represiva como se puede resolver un problema que tiene razones económicas, sociales e históricas: “La contribución de los mexicanos al desarrollo de la sociedad estadounidense, y en particular de Arizona, ha sido significativa y creo que no sólo pierden los mexicanos al ser objeto de esta amenaza, sino también pierde Estados Unidos y pierde el estado de Arizona, cuyas ciudades dependen precisamente del flujo comercial y de la presencia de mexicanos en ese estado”, concluyó.

Ciertamente, el susodicho Calderón no mencionó que también pierde México, pues al no haber migrantes, sobre todo ilegales, en Estados Unidos, pues no habrá envíos de remesas a sus familiares en nuestro país, o bajarán drásticamente, y esas remesas representan algo más de 20,000 millones de dólares, cifra nada despreciable sobre todo para un país cuya economía es como un cubo de Rubik en manos de un notable grupo de tarados, que incluye a célebres legisladores, insípidos ministros y al tácito Felipe: loas a las esdrújulas, como se ve.

Sin embargo, como los mexicanos somos como los padres del hijo desobediente, y los sonorenses somos el hijo desobediente en carne y hueso, mientras en México y Estados Unidos se viven protestas y confrontaciones por la aprobación de la Ley SB1070, y pese a los ruegos del Calderón de marras de que se eviten los viajes innecesarios a Arizona, hasta el sábado por la tarde miles de ciudadanos continuaban cruzando la frontera por Nogales.

Según un diario bien local, en un recorrido realizado por su único reportero por las garitas de cruce peatonal y vehicular, se constató cómo desde tempranas horas los viajeros, muchos de ellos procedentes del sur de Sonora, enfilaban para cruzar la frontera.

Mitoteros que son en ese diario, señalaron que en el caso de la garita Morley había más de dos centenares de personas queriendo cruzar alrededor de las 10:30 horas; mientras, en la garita Denis DeConcini la fila de vehículos llegaba hasta la calle Vázquez, a unos 500 metros de la línea, generando además problemas de tráfico a los automovilistas locales.

Igualmente, en el puerto Mariposa la fila de automovilistas de tránsito local era de unos 200 metros, pero se duplicaba en el caso de quienes utilizaban para cruzar el Corredor Fiscal, muchos de ellos procedentes de Guaymas y más allá.

Dicen estos chismosos que en la garita Denis DeConcini un residente de la localidad llamado Ramsés Leyva se encargó de la distribución de folletería informando de la xenofobia, la SB1070 y cómo afecta a los residentes de la localidad; asimismo, cinco legisladores estatales panistas entregaron calcomanías en contra de la Ley fomentando el “no comprar a quienes nos discriminan”.

Sin embargo, ni Calderón ni los diputados locales ni los protestantes han ofrecido opciones ciertas a el veto de ir al otro lado, dijo un vecino que no quiso entrevistar el diario de marras porque no le conviene ofrecer otra información que les mate el pajarito de la manipulación en la mano, pues eso de boicotear a Arizona suena muy revolucionario, aunque a la hora de ir a las tiendas, ni en Nogales, Sonora, ni en Hermosillo ni en ninguna ciudad del sur o del norte del estado ofrecerá lo mismo a un precio cercano, ni la calidad ni nada de lo que busca un comprador.

Y esto no es cuestión de ideologías, xenofobias o discriminaciones: si las tiendas Liverpool ofrecieran los mismos precios que las tiendas de Arizona, o si Soriana, la Comer o cualquier otra megatienda hiciera lo mismo, nadie tendría que ir a sufrir las malas miradas no sólo de los gringos, sino de los chinches chicanos que revisan los papeles en el cruce fronterizo, y que son los peores a la hora de preguntar a dónde y por qué va uno a los Estados Unidos, con qué se pagará el viaje, a quién verá y demás cosas que la Ley de Transparencia señala como datos confidenciales… y eso que son sangre de nuestra sangre, hubiera dicho el requetemamón de Raúl Velasco… Mjú.

Yo diría que tanto Calderón y demás personajes de la farándula politiquera de nuestro país deberían de ofrecerle una luz cierta a tanto “migrante connacional” —como le llaman a los otrora mojados, estigmatizados por nuestros mismos políticos, ciertamente— para que no pongan en riesgo su vida al tratar de alcanzar una mejor vida en un lugar donde son vejados, discriminados y prácticamente esclavizados en trabajos desgraciados que, como bien dijera el bocón de Fox, ni los negros quieren hacer. A ver: ¿por qué no obligar a los empresarios nacionales y al mismo Slim —aunque sea el dueño y señor de México, de las cámaras legislativas y de la misma Presidencia de la República— a pagar aquí a 8 dólares la hora para que nadie se vaya de nuestro país? ¿Qué conteste la ciencia? Pues si, porque la política mexicana ya enterró la cabeza y está ofreciendo partes de su cuerpo…

Y mientras que Calderón anda con sus comodinos rollos moralizantes desde Alemania, el presidente Barack Obama se burló de la ley antiinmigrante de Arizona SB 1070 y se mofó del senador republicano John McCain, otrora impulsor de la reforma migratoria que se mantiene alejado del asunto por cuestiones electorales.

Obama, quien asistió anoche como invitado de honor a la cena anual de corresponsales ante la Casa Blanca, lamentó que McCain no haya podido asistir al evento, celebrado con alfombra roja estilo Hollywood en un céntrico hotel capitalino.

“Recientemente (John McCain) dijo que no se podía identificar en Asociación de Corresponsales de Prensa de la Casa Blanca como un “rebelde” y todos sabemos lo que pasa en Arizona cuando uno no tiene identificación”, señaló Obama ante cientos de periodistas, políticos y luminarias del cine y la televisión. “Adiós, amigos”, remató la broma Obama hablando en español, ante los aplausos y las risas de la audiencia. (No le entendí, jeje).

En su turno, el comediante a cargo del entretenimiento en la velada, Jay Leno, dijo burlonamente que había una larga fila para entrar al evento debido a la seguridad: “Me quedé atorado detrás de la delegación de Arizona. Por fortuna todos sus papeles estaban en orden”, dijo entre risas… mientras en las sombras andan los indocumentados tratando de irse a Dallas, como Calderón…

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