Trova y algo más...

lunes, 24 de mayo de 2010

‘Tán xodidos los panistas…

Ayer fue domingo. Y ayer, como casi todos los domingos, bajó mi primo el Chato Peralta a la casa de Doña Olga a ver qué pepenaba de comida, bebida o lo que fuera: nomás dio los buenos días, pidió un tazón de café negro a quien quisiera servírselo —“Pa´bajar la cruda”, dijo de manera innecesaria, porque es su estado natural los domingos por la mañana— y se puso a leer el periódico. El Imperial, ni modo: por eso está tan tonto mi primo, qué le vamos a hacer. Y luego, con todo el cinismo del mundo, confiesa que por las noches mira el informativo Entre Tontos. “Pues has de ser el único que lo ve en todo el mundo —le reviró la Oyuki el otro día, cuando se estaban peleando por aquello de las ficciones, y remató—: por eso y nada más que por eso estás tan pendejo, primito”, subrayó con una sonrisa ladeada y socarrona, como de tiburón venenoso detrás de un cardumen de sardinas en aceite, que son las ricas, decía la Betty, dios la tenga en santa gloria, tzingao!

El caso es que el Chato leyó de punta a punta, que ya es mucho decir, la nota “Intenta FCH reanimar al PAN”, y justo al leer el último punto (porque mi primo dice que él sí, a diferencia de otros, lee los puntos y las comas) soltó un sonoro: “¡’Tán jodidos los panistas!”, y luego le dio un sorbo al café, que de inmediato soltó sobre una servilleta y luego espetó: “¡A la madre, tía: qué caliente hicistes el café!”, y mi hermana, que en eso de defender a su progenitora se pinta más solita que el llanero solitario, le respondió al indiciado: “¡Pues vete a la chingada, Chato, que aquí no es cantina!”. Les juro que si Pompín Iglesias nos mirara cualquier domingo por la mañana, se soltaría diciendo “¡Qué bonita familia… qué bonita familia!”, aunque así como que muy bonitos no estamos, debo aclarar bajo protesta de decir verdad.

Les decía que al terminar de leer la nota, mi primo soltó aquella jodida exclamación refiriéndose a los panistas, luego vino lo que vino, y después de las aladas palabras de mi hermana, el Chato recompuso la figura y me dijo con una seguridad propia de los nacidos en Santa Rosalía, municipio de Ures, Sonora: “Mira, lo que dice aquí…” y me empezó a leer la nota de marras, y lo hizo de manera tan trastabillante, que me imaginé que las palabras venían borrachas, de bajada y metiéndose zancadillas entre sí, como si fueran mi primo, pero en chiquito…

Les juro que este ca’ón tardó como 40 minutos en leerme esos pequeños párrafos, en parte porque no le entendía a algunos vocablos, en parte porque se detenía a soplarle al café y a echarse un sorbo y en parte porque mi hermana, que es menos sutil que un rinoceronte del Servicio Panamericano, se soltaba riendo en su propia cara cada vez que el tonto del Chato me preguntaba qué significa esta palabra o esta otra…

Bueno, la nota en cuestión decía lo siguiente:

Fresca la derrota en Mérida y de cara a las elecciones locales del 4 de julio, el presidente Felipe Calderón llamó a los panistas a ser más hábiles que sus adversarios y sacudirse la imagen de un partido acosado. Les demandó cambiar de actitud, superar sus rencillas internas, no dividirse en la disputa por los cargos públicos y reorganizarse. En una palabra, el Presidente pidió a los panistas despertar.

“Es la hora de vernos y hacernos ver como el partido que, a diferencia de otros, ha sabido enfrentar grandes desafíos y ha sabido sacar adelante al País a pesar de la adversidad.

“Basta de ser un partido en constante acoso; éste es un partido de ciudadanos que construyen Patria. Basta de ser ciudadanos acosados. Vamos adelante y demostremos lo que somos, lo que queremos, y la gente nos seguirá nuevamente”, arengó el Presidente.

Las palabras de Calderón contrastaban con el ambiente de una Asamblea Nacional fría y desanimada, herida por la ausencia de Diego Fernández de Cevallos y sin sus figuras de antaño: Vicente Fox, Francisco Barrio, Carlos Medina, Ernesto Ruffo. Ninguno de ellos decidió aparecerse en la Expo Bancomer de Santa Fe.

En lugar de los hombres que dieron al PAN sus primeros triunfos, en las primeras filas estaban sentados los personajes incondicionales de Calderón, panistas de militancia reciente convertidos hoy en altos funcionarios del gobierno federal: Alonso Lujambio, Juan Molinar, Patricia Flores Elizondo, Maximiliano Cortázar, entre otros.

De los ex dirigentes nacionales del PAN, sólo Luis H. Álvarez ocupó un lugar en el presidium. Luis Felipe Bravo Mena, hoy secretario particular del Presidente, estaba abajo, a unos metros de Manuel Espino, quien ayer ocupó su tiempo en organizar su movimiento anticalderonista, bautizado como “Volver a empezar”. Germán Martínez, el dirigente de la derrota del 2009, prefirió ausentarse.

En medio del reparto de lugares en el Consejo Nacional, Calderón insistía: “no tengamos miedo. No temamos abrazar nuevamente el ideal de victoria, el ideal de triunfo”.

El Presidente le habló así a un partido que en mayo del 2007, al perder la gubernatura de Yucatán, inició una racha de derrotas que, coincidentemente, tuvo su más reciente expresión en Yucatán, al perder la Alcaldía de Mérida.

Teniendo como trasfondo la derrota en las elecciones federales intermedias y las escasas victorias panistas desde que él es Presidente, Calderón se erigió de nuevo como máximo dirigente del blanquiazul”.

Y luego el Chato me repitió la última línea de la nota: “Calderón se erigió de nuevo como máximo dirigente del blanquiazul”… y si este individuo es el máximo dirigente de los panistas, pues están requetejodidos los panistas, subrayó mi primo, porque no pela un chango a nalgadas, dijo utilizando una sentencia que tiene mucho de oriental, pero tiene más de santarroseño, o como sea el gentilicio de aquel hermoso pueblo casi fantasma de nuestra campiña sonorense. ¡Vale máuser si no!

Pues yo nomás me le quedé viendo al Chato y pensé para mis adentros, que no son pocos, ciertamente, lo que dicen algunos analistas nacionales: todavía hay PAN para rato. No veo cómo asegurar eso. No veo de dónde colgar esa aseveración, porque si vemos las encuestas en todos los estados que estarán en disputa de aquí a julio próximo, veremos que en todas va adelante el PRI, aunque sabemos que eso no es más que un ejercicio que mayormente se utiliza para manipular las intenciones del voto, pero eso no lo discutiremos aquí y ahora… Nel.

Como en todos los partidos, en el PAN también hay gente valiosa que ha sido relegada por esos panistas de militancia reciente, por muchos arribistas, por demasiados cómplices y por los compadrazgos que tanto daño le han hecho al país. Quizá, como dicen, la cuestión de fondo, al menos en estos últimos diez años, es si los gobiernos federales, estatales y municipales que el PAN ha llevado al poder, han estado a la altura de lo que propios y ajenos esperaban. La respuesta es discutible, opinable, lo que sí se puede decir es que, de alguna manera, la elección es la prueba de ácido del partido en el gobierno. Dicen que el PAN lo ha hecho bien en Baja California, no así en Chihuahua y en otros municipios como Veracruz, Mazatlán, Naucalpan, Tlalnepantla y Mérida.

Con todo, los mismos panistas deben reconocer que no les ha ido nada bien en las elecciones desde 2009, y el panorama se ve bastante sombrío hacia el 2012. No debemos regocijarnos porque, en contraparte, al PRI le ha ido muy bien. No debemos olvidar nunca lo que los gobiernos priistas hicieron bien, que no fue poco, pero tampoco lo que hicieron mal, que fue mucho más, y que es la base de la mayoría de los males que cargamos en nuestra cotidianidad, a los que debemos sumar los errores de visión, de administración y de planeación que los gobiernos panistas han cometido gracias a su torpeza, hoy más pública que nunca.

Yo creo que por eso el Chato Peralta dijo lo que dijo, porque si Calderón es el nuevo dirigente panista, no se le augura éxito en la cruzada que significa las elecciones del 2012. Que alguien le ayude al PAN… y de paso que le ayude al país, que ya no está para experimentos políticos ni para regresos mesiánicos…

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