Trova y algo más...

miércoles, 6 de enero de 2010

La literatura de los desheredados...

Sin misterio, sin curiosidad y sin una respuesta al menos parcial, es imposible construir una historia; así, sólo podrán hacerse confesiones, comunicaciones, memorias y fragmentos autobiográficos, más bien fantásticos, a los que al menos de momento llamamos novelas.
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El escepticismo como manifestación de la ternura se acrecienta con las experiencias, no obstante sean estas duras.
El escepticismo como cualidad inexcusablemente humana.
El escepticismo como humanismo.
Los moralistas, los políticos, los mercaderes ignoran la experiencia; no tienen en cuenta más que cuanto concierne a los actos que pueden resultarles beneficiosos.
Pero gran parte de la literatura se la debemos a los desheredados, a los exiliados.
Ambos estados llaman necesariamente la atención sobre la experiencia; eso es lo que nos redime del olvido.
Eso es lo que nos salva de las tinieblas.
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(John Berger, un viejo amigo).
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