Hoy por la mañana leí en la prensa sobre la balacera ocurrida ayer por la tarde en Soriana Vado del Río, o como decía en los medios: “un conocido centro comercial”, en su afán de no nombrar las cosas por su nombre… ¡chinga’o!
Producto de ese tiroteo murieron dos personas y varios más andamos por ahí muertos de miedo, que es casi lo mismo.
¿Qué pasa en la calle y qué pasa en los medios? No lo sé.
Ni siquiera las autoridades se lo explican.
En su descargo, afirman que los delincuentes se están matando solos. Y los medios sirven para hacer eco a esas estúpidas declaraciones.
Tal vez todos terminemos como el personaje de la novela de Cormac McCarthy: Este país no es para viejos.
El sujeto dice:
Leo el periódico cada mañana. Supongo que es sobre todo para intentar anticiparme a lo que pueda pasar aquí.
Y no es que yo haya hecho un gran trabajo para evitar que las cosas pasen. Cada vez es más difícil.
No hace mucho encontraron por aquí a dos tipos y uno era de California y el otro de Florida. Se conocieron en algún punto a mitad del camino. Y decidieron recorrer el país matando al primero que pillaban.
No recuerdo a cuántos mataron.
¿Cómo puede uno prever una cosa así?
Aquellos dos tipos no se habían visto nunca. Es difícil que haya mucha gente igual. Yo no lo creo.
Bueno, vaya usted a saber.
Aquí el otro día una mujer metió a su hijo en un contenedor de basura. ¿A quién se le ocurre?
Mi mujer ya no lee nunca el periódico. Probablemente tiene razón... Siempre la tiene.
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Tal vez algún día, repito, dejemos de asistir a los medios.
Acaso ese día nos expliquemos mejor las cosas, porque obligadamente tendríamos que pensar por nosotros mismo.
Quizá… ¿por qué no…?
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