Se patraseó. O reculó… como quieran decirlo: que es lo mismo… y es igual.
El hombre dio marcha atrás y quedó como una caricatura de sí mismo. Eso dicen los que saben. Y los que no sabemos también lo decimos.
Los empleos no se crean por decreto, afirmó el Felipe Calderón, el que en la campaña presidencial se autonombraba “El presidente del empleo”, y que ahora quedó en “Presidente del simpleo”.
"Los empleos no se crean por decreto ni del gobernador ni mío, sí yo les puedo echar la mano temporalmente, permítame un segundo, yo les puedo echar la mano temporalmente, como ahorita, empleo temporalmente, para limpiar el pueblo, dar de comer. Pero esto, evidentemente, como su nombre lo indica, es temporal, no tengo permiso del Congreso ni presupuesto para hacerlo permanente".
Así le respondió el señor a la exigencia de doña Ana Gema Cedillo, dedicada al hogar, quien dijo al Felipe que no quieren pueblos mágicos, sino empleo.
"¡Ya no queremos pueblo mágico, queremos una fuente de empleo! Las mujeres lo necesitamos y lo queremos, queremos que Angangueo no muera, queremos que siga siendo el pueblo que se negó a morir", soltó la menuda mujer, ahora en labores de cocina para los damnificados.
Y es que al tipo se le ha ocurrido, y está terco y necio en eso, convertir a Angangueo en un pueblo mágico porque ahí llega la mariposa Monarca: una estrella más del canal de las estrellas.
Pero lo que la gente de esa localidad quiere es una cosa tan simple y sencilla que por eso mismo no le cabe en la cabeza a los políticos, desde los más inteligentes (si los hubiera) hasta los más brutos (que abundan hasta por debajo de las piedras).
Como sea, el Felipe se patraseó o reculó: ahora ya la promesa aquella de crear empleos para todos ha quedado atrás, en el discurso trasnochado de una celebración fantasma para un país que va rumbo a su tercer movimiento social en 200 años… ya lo dijeron los miembros y partidarios del SME: la revolución de 2010 ya inició… y no falta mucho para que Cananea se sume a esa declaración...
¿Pueblos mágicos? ¿Países mágicos? ¿Políticos mágicos?...
No, como dijo doña Gema: basta de magia, lo que este país necesita son grandes y responsables dosis de realidad. Es todo.
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