Ninel Conde confundió tsunami con surimi... pero como la mujer tiene un como cierto aire pecaminoso, a uno se le olvida la errata mental.
Además, como nomás salió raspada su autoestima, pues ahí quedó el asunto.
Pero lo que está como para ponerse a pensar es el caso de las tropas especiales de Rumania que confundieron Haití con Tahití, a donde llegaron para ayudar a mantener la ley y el orden y controlar a las víctimas del terremoto que sacudió al país caribeño.
En lugar de ser recibidos con agradecimientos, obtuvieron burlas e insultos de los tahitianos.
Y no era para menos, pues en vez de llegar al Caribe, llegaron a una isla polinesia.
"Los nombres se parecen mucho", argumentaron los rumanos, mientras la gentil población se cagaba de risa.
Fue un error cuya difusión ha recorrido el mundo, como el cinismo del Manolín Madero.
Si bien no todos los militares enviados a Haití terminaron en Tahití, parte de la ayuda humanitaria aún no llega a su destino original, y se eso es lo más canijo, pues se trata de alimentos, medicinas y otros productos de primera necesidad.
O sea: gimnasia... magnesia...
Todo está bien mientras no se cambie aquello de "Huele a trastes...", que no sé si los rumanos acostumbren decir...
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