Trova y algo más...

martes, 7 de junio de 2011

Burros para los libros y Hummers para los burros...

Mientras en México doña Elba Esther Gordillo anda enseñándole las chichis al mamón del Lujambio y regalándoles Hummers a los rastreros y web.ones líderes de las secciones de su sindicato, en Colombia la cosa está canija con eso de la educación y sus vericuetos.

Y como para toda canijez hay una ruta de la imaginación, las maneras de hacer llegar los frutos del conocimiento, como la naturaleza, siempre encuentran su camino. Dicen que así nació Cristo, por ejemplo. Mmm

Bueno. Ya sé que ésta es una noticia vieja, pero como dicen por ahí mis tíos: las viejas son mejores porque tienen más experiencia… aunque no estoy seguro cómo se relaciona esto con el asunto de las noticias… va lo que les comento.

En el lomo de su burra Alfa y su burro Beto (que bien pudieron haberse llamado Elba y Felipe), el profesor de primaria Luis Humberto Soriano hace llegar libros a los pequeños alumnos de las comunidades indígenas desparramadas por la sierra nevada de Santa Martha, allá en el país de Juanes y Shakira, y de un tzingo de colombianos que se rajan la máuser todos los días desde la desventaja del anonimato paupérrimo.

El profesor Soriano recorre las veredas estrechas y encuentra el camino para hacer llegar a los pequeños ese mundo de fantasías, colores, cuentos e historias que encierran los libros.

Y ahí va el profe y hasta allá llega, a los lugares más apartados de esa región, con su cargamento de sabiduría y diversión:

-o-

Margarita, está linda la mar,

y el viento

lleva esencia sutil de azahar;

yo siento

en el alma una alondra cantar:

tu acento.

Margarita, te voy a contar

un cuento.

.

Éste era un rey que tenía

un palacio de diamantes,

una tienda hecha del día

y un rebaño de elefantes.

.

Un kiosko de malaquita,

un gran manto de tisú,

y una gentil princesita,

tan bonita,

Margarita,

tan bonita como tú...

.

-o-

Eny, wey, la idea del biblioburro nace del citado profesor Soriano: al darse cuenta que los niños llegaban a la escuela sin hacer la tarea por la falta de libros, decidió entonces hacerles llegar los libros auxiliándose de los semovientes para llevar los libros, y recorren las difíciles veredas que dan acceso a estas comunidades, el bilioburro, esta biblioteca rebuznante, hace su recorrido los fines de semana desde hace ya unos cuantos años.

En cambio, acá en México, los líderes seccionales del SNTE cada semana se largan al otro lado en sus poderosas Hummers a traerse la fayuca con la lana de los maestros afiliados, que son como casi todos…

En Colombia, muchos de los niños que son visitados por el Profe Soriano gracias a esta extraordinaria labor, no saben leer o tienen limitantes, por ello Alfa y Beto (o Elba y Felipe, como usted guste) llevan a cuestas verdaderas joyas a cuestas, un tesoro incalculable como lo son los libros y cuentos ilustrados que les hace llegar el profesor.

Si la labor del Soriano se multiplicara, seguro que Colombia dejará de ser el país de Juanes y de Shakira para convertirse simplemente en un brillante país latinoamericano de niños que sonríen porque saben leer y escribir… y porque ya saben qué caminos seguir para llegar a su propio futuro…

“Bendito sea dios”, diría mi amá.

“¡Su pinche madre!”, dirían Las Lavanderas.

Como sea, es lo mismo, aunque no sea igual…

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