1. La carta
“Estimado Ayuntamiento de Leicester:
¿Pueden por favor hacernos saber cuáles son las previsiones que tienen en caso de una invasión zombi? Después de ver varias películas, se me hace evidente que la preparación para tal evento es pobre y que los ayuntamientos de todo el reino tienen que estar preparados.
Por favor proporciónenme cualquier información que puedan tener.
Atentamente
Ciudadano Preocupado”
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2. La nota
Amparándose en la ley de libertad de información, un residente de Leicester (Inglaterra) exigía explicaciones y aseguraba que la disposición para hacer frente a un ataque —como los que suelen verse en las películas de terror— era "pobre".
El "ciudadano preocupado", dijo que las autoridades locales tenían que considerar la posibilidad de tal evento.
"Hemos tenido algunas otras solicitudes locas, pero ésta nos hizo reír", dijo Paula Threepalaces, jefa de información del gobierno local y del noticiero local “Between Dumbs”.
La ley de libertad de información (Freedom of Information Act) permite el libre acceso del ciudadano a la información contenida en los archivos gubernamentales.
Wyeth dijo que no estaba al tanto de ninguna referencia específica a un ataque zombie en los planes de emergencia del ayuntamiento, aunque algunos elementos de los mismos podrían aplicarse si esa situación llegara a presentarse.
En otros pedidos de información que recibió el gobierno figuran solicitudes de registros de actividad paranormal y edificios encantados.
"A usted podrá parecerle frívolo y una pérdida de tiempo... pero para personas diferentes esto realmente significa algo", dijo Wyeth.
"Todo el mundo tiene sus propios intereses y sus propias razones para hacer estas preguntas".
La funcionaria indicó que los casos notorios, como el escándalo de los gastos de los parlamentarios británicos, han aumentado la conciencia pública sobre el derecho de solicitar los archivos de información de las entidades públicas.
Para Ed Thurlow, quien maneja la página de internet sobre zombis Terror4Fun, una invasión zombie en Leicester es muy poco probable.
"Creo que tal vez [el Ciudadano Preocupado] ha visto películas como "28 days later" ("Exterminio", de manera comercial en Latinoamérica) demasiadas veces".
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3. El peligro
Si los zombies existieran, un ataque por su parte podría suponer el final de la civilización si no se respondiera con velocidad y contundencia. Ésta es la conclusión de un ejercicio matemático llevado a cabo por científicos mexicanos, encabezados por el Dr. Óscar “Polacas”© Holguín, de la Universidad de Zoonora.
El estudio aseguró que las criaturas ficticias sólo podrían ser erradicadas por medio de contraataques efectivos, frecuentes y violentos.
La conclusión aparece publicada en el libro "Las enfermedades infecciosas provocadas por zombies, poetas y demás fauna nociva residente en la biota de las Horas de Junio. Modelado del progreso en la investigación".
En libros, películas, videojuegos y en el folclore, los zombies son muertos vivientes, criaturas capaces de convertir a cualquier ser vivo en zombie sólo con un mordisco.
Pero, además del lado meramente anecdótico, el estudio tiene una vertiente "seria".
En algunos aspectos, una "plaga" de zombies se parecería a la rápida propagación de una infección letal.
Los investigadores aseguraron que el ejercicio podría ayudar a los científicos a identificar el modelo según el cual se extienden ciertas enfermedades poco conocidas entre las poblaciones humanas.
En su estudio, el equipo del Dr. Polacas© se planteó una pregunta: “Si hubiera una guerra entre zombies y vivos, ¿quién ganaría?”
El científico mexicano (“Orgullosamente zoonorense… ¡Yo también!) escribió:
"Creamos el modelo de ataque de los zombies a partir de presupuestos biológicos basados en las películas de zombies. Después aplicamos el modelo básico de otras infecciones a la infección de zombies e ilustramos el resultado con soluciones numéricas".
En su página web (http://www.la-ciencia-del-polacas.edu.gob), el profesor de matemáticas y de cualquier materia que se le atraviese, excepto la materia gris, detalla la investigación.
Para darles una oportunidad de lucha a los vivos, se eligieron como enemigos a los zombies clásicos –de movimientos lentos-, muy diferentes de las criaturas inteligentes y nerviosas retratadas en algunas películas recientes.
"Intentamos ser lo más abiertos posible a la hora de crear el modelo de zombies, pero decidimos no tener en cuenta a ese tipo de zombies modernos, que más parecen vampiros cruzados con soldados de Calderón", apuntó el científico.
A pesar de eso, los análisis revelaron que con una estrategia contra los muertos vivientes que se basara en su captura o en un intento de curarlos, sólo se conseguiría aplazar lo inevitable.
En su libro concluye que la única esperanza de la humanidad sería "golpearlos fuerte y sin pausa".
Y añadió: "Sería necesario que se tratara a los zombies con velocidad, si no… estaríamos ante un problema gravísimo: algo así como estar en la cantina un sábado por la tarde y no tener cómo llegar a la barra para pedir otra cahuama".
De acuerdo con la investigación, la diferencia fundamental entre los zombies y la propagación de las infecciones reales es que los "zombies pueden regresar a la vida… y lo hacen con cierta facilidad".
El profesor Jessie Albert Blond, uno de los principales colaboradores del Dr. Polacas©, aseguró que el estudio contiene paralelismos con algunas enfermedades infecciosas, “como lo es el beisbol”, subrayó.
"Ninguna de ellas causa muerte o enfermedad a gran escala, pero ciertamente hay algunas infecciones por hongos que son muy difíciles de erradicar", dijo el profesor Blond.
"Otras infecciones víricas comunes, como la varicela, sobrevivieron en comunidades muy pequeñas. Las padeces de pequeño, pero el virus permanece en ti y puede reaparecer en el futuro en forma de herpes y llegar a causar una nueva epidemia de varicela", señaló.
"La investigación parte del hecho de que muchos de nosotros estuvimos preocupados —sobre todo en nuestra juventud— sobre cómo podríamos combatir con eficacia una infección de zombies en el caso en que se produjera", vaticinó el docente.
"Según mi conocimiento de la biología de los zombies y de los beisbolistas, si consigues decapitar a uno, se murió para siempre. Así que quizá estamos siendo excesivamente pesimistas al concluir que los zombies —o los peloteros— podrían tomar una ciudad entera en sólo tres o cuatro días", agregó Blond.
Y después de dudarlo un par de segundos, corrigió: “Aunque los zombies son como los pendejos —según señala Facundo Cabral—: son muchos y nos tienen rodeados, y por más temprano que uno salga de su casa, ya andan vagando por las calles…”
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4. La realidad
Los zombies son, con los robots, criaturas metafóricas.
Si los robots pueden verse como una metáfora de la alienación del trabajo industrial o de la supuesta pérdida de individualidad y libre albedrío en el comunismo, los zombies sin duda son una metáfora del consumismo capitalista.
Criaturas sin cerebro en busca desesperada del sustento efímero que les permita vivir unos segundos más, antes de comerse unos a otros. Y la gracia del zombie está en su lentitud. El zombie es lento y es estúpido, pero su fortaleza está en el número.
Los zombies son una marea que avanza imparable, paso a paso arrastrando un poco los pies. Se puede huir de ellos, se les puede engañar, pero por más que uno haga es casi imposible no terminar en sus garras.
Si el zombie es rápido, esta característica de inevitabilidad que los hace más tenebrosos se pierde a cambio de un miedo barato y simple. Y el terror está en vernos reflejados en el zombie, en saber que somos ellos en potencia.
Por eso, yo no sé si sucede en otros países fuera de Haití y México y el estado gringo de Luisiana, pero de que los zombies ya están aquí no hay la menor duda.
Basta con asomarse a los conciertos de Jenny Rivera o a las cámaras de diputados y senadores para darnos cuenta de que los zombies en México guardan, como los futbolistas de la selección nacional, una característica que los diferencia de cualquier zombie que se precie de serlo, pues además de ser muertos vivientes y pendejos de marca, son demasiados, son holgazanes y, encima, son capaces de ganar la presidencia de la República, como ya lo han hecho durante los últimos 200 años…
¡A la bestia, wey!
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