Bueno. El título de esta entrega no encierra asunto escatológico alguno, como podría pensarse... es, más bien, una línea que forma parte de la canción "Soy un corazón tendido al sol", que en aquellos años felices de mediados de los ochentas entonábamos a guitarrazo limpio y cervezas frías y gélidas, tendidos en el zacate del jardín de la Escuela de Letras de la Universidad de Sonora, en una proporción de 80/20 (80% ebrios, 20% contentos = 100% irresponsables).
Debo aclarar que la proporción se refiere a nosotros, claro, no a la Escuela de Letras, que no tiene ni tuvo la culpa nunca de lo desastrosos que fuimos y seguimos siendo (también en una proporción de 80/20: 20% de lo que quisiéramos hacer, 80% de lo que nos dejan hacer = mandilones… “y a mucha honra”, replican los más mandilones, que somos el 50% más 1, como en toda asamblea democrática que se precie de ser… en fin…).
Aunque soy un pobre diablo
casi siempre digo la verdad
como fuego abrasador
siempre quise ser el que no soy
no transcurre el tiempo junto a ti
no existe el reloj
no tiene sentido entre tú y yo.
Aunque soy un pobre diablo
se despierta el día y echo a andar
invencible de moral
que difícil es buscar la paz
convivir venciendo a los demás
nuestra sociedad
es un gran proyecto para el mal.
Dejo sangre en el papel
y todo lo que escribo al día siguiente rompería
si no fuera porque creo en ti
a pesar de todo tú me haces vivir
me haces escribir dejando el rastro de mi alma
y cada verso es un girón de piel
soy un corazón tendido al sol.
Aunque soy un pobre diablo
sé dos o tres cosas nada más
sé con quién no debo andar
también se guardar fidelidad
sé quien son amigos de verdad
sé bien donde están
nunca piden nada y siempre dan
Dejo sangre en el papel
y todo lo que escribo al día siguiente rompería
si no fuera porque creo en ti
a pesar de todo tú me haces vivir
me haces escribir dejando el rastro de mi alma
y cada verso es un girón de piel
soy un corazón tendido al sol...
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