Bueno: yo no seré Ricky Martin, pero también tengo mis "secretos" que confesar.
Sé que debí hacerlo desde antes, pero algo en mi interior me impedía que saliera a la luz pública a decirles lo que tanto quebradero de cabeza me ha provocado los últimos años.
De hecho, ya hasta llevé un tratamiento contra ese digamos padecimiento, pero todo ha sido inútil: dicen que es genético, que uno lo hereda, que por eso es inútil tratar de combatirlo... a no ser que pase uno por el consultorio de tantos charlatanes que hay en el mundo y que dicen alivian hasta eso: sí, hasta eso, ¡comoloyen!
Pero hoy he decidido salir ante ustedes y decirlo abiertamente.
A mí, por fortuna (mejor dicho: por no tener fortuna) no me presionan paparazzis ni criminales de ese tipo.
Les juro que cada palabra que están leyendo aquí nace de amor, purificación, fortaleza, aceptación y desprendimiento. Que escribir estas líneas es el acercamiento a mi paz interna, parte vital de mi evolución.
Hoy ACEPTO MI ALOPECIA como un regalo que me da la vida.
¡Me siento bendecido de ser quien soy… pelón y todo, pero bendecido…!
Gracias por su comprensión...
(Ya sabes, lector querido, que yo también te quiero mucho...)
--
Ah: si esperaban que me saliera del clóset, pues les diré que todavía no, a la mejor el 31 de febrero, pero hoy no... estamos de vacaciones, pues...
--
--