Trova y algo más...

domingo, 28 de marzo de 2010

Si Dios estuviera aquí...

Si dios no estuviera tan ocupado provocando desastres naturales a diestra y siniestra, y tratando torpemente de arreglarlos, como si fuera legislador, de seguro que estaría sentado a nuestro lado, leyendo estas líneas hiperbólicas, con sus lentes de fondo de botella, acaso tomándose un café y tosiendo a cada rato, pues como ustedes saben, el cambio de clima le provoca a nuestro personaje flemas necias que acusáis la edad física de las personas y hasta de los dioses. Y es que las flemas son así, ni para qué buscarle más al asunto.

Decía que si dios estuviera aquí junto a nosotros bien valdría la pena hacer un ejercicio de reflexión, una dinámica de grupo para saber los alcances del Señor y nuestras propias y humanas limitaciones, y de paso una que otra curiosidad que nos señala lastimosamente, como esa de que un preso rumano, no hace mucho, demandó a dios.

El asunto fue que un prisionero rumano inició una demanda judicial contra Dios por haberlo dejado en manos del Diablo.

En su demanda, el reo sostiene: "Yo, Pavel Miacovski, actualmente encarcelado en la Penitenciaría Timisoara, cumpliendo una condena de 20 años por homicidio, solicito acciones legales contra Dios, residente en el Cielo, representado aquí por la Iglesia Ortodoxa Romana, por cometer los siguientes crímenes: estafas, ocultamiento, abuso contra los intereses de la gente, aceptar sobornos y tráfico de influencias".

El preso, según me dijo un amigo polaco que vive en Varsovia, argumenta que su bautismo fue un contrato entre él y Dios, quien se suponía debía mantenerlo alejado del Diablo y de problemas. "Dios, inclusive, reclamó y recibió varios bienes y oraciones a cambio de perdón y de la promesa de que me mantendría alejado de los problemas y tendría una vida mejor. Sin embargo, me dejó en manos del Diablo", explicó Pavel. La demanda fue enviada a la Corte de Justicia de Timisoara y de allí a la Oficina del Fiscal General aunque, según informaron, sería desestimada ya que no podrían citar a declarar al acusado, pues resulta técnicamente imposible encontrarlo, ya que el cielo es inmenso.

Pero dios no está. Tal vez ahora mismo asesora a Calderón. Sí. Sabemos que dios no está muerto, ni anda de parranda, en realidad ha sido suplantado y enviado al exilio. El que hoy ocupa su lugar se llama Dinero, y ya desde el siglo XIX esos híbridos sociales entre el avaro tradicional y el especulador contemporáneo, llamados burgueses en la Francia de la época, lo habían expresado en palabras esdrújulas: "El único Dios moderno en el que se tiene fe es el Dinero Omnipotente". Bueno, eso dicen los radicales. Incluso López Obrador, radical sin calorías, ya dijo que él no está peleado con los ricos, nomás con el innombrable, que es como dios, nomás que pelón y con orejas grandes.

Dios no está en esta entrega ni en el café que bebo ni en las líneas del destino que cruzan mis manos. Pero si estuviera, si se diera tiempo de tocar la puerta y esperar a que le abran para entrar como, por supuesto, dios manda, entonces sí podríamos reinventar realidades para pasarla verdaderamente bien unos y otros, que de todo hay en el reino del Señor, dicen los que saben del asunto.

Me encantaría que dios estuviera aquí para ofrecerle algunas ideas de cómo dirigir sus empresas divinas. Digo, algo ha aprendido uno en el trajín cotidiano. Pero también para que él me ilustrara sobre algunos asuntos en los cuales me declaro incompetente. Pedirle, por ejemplo, que nos identificara como animales, con perdón de ellos, para saber a qué le tiramos en nuestra próxima reencarnación azteca.

Yo ya tengo reservado mi animal: un ornitorrinco sería, por lo complicado, extraño y acomodaticio a los diferentes medios en los que vive. Esto lo digo para gusto y placer de todos aquellos que gustan de los ornitorrincos, no de mí, que por fuera soy más bien como un erizo cruzado con paquidermo, lo que me asegura una soledad creativa y el disfrute pleno de mis propios ruidos.

Los demás animales se los dejo de tarea. Tal vez, si ustedes tienen línea directa con dios, pudieran aclarar más rápido las dudas.

Por mi parte, yo prefiero ir poco a poco adivinando (mejor dicho: esperando a que los propios protagonistas de nuestra vapuleada realidad se ventaneen poco a poco, sobre todo en estos días criminales en los que se empieza a descorrer el velo de lo que pretenden hacer de sus vidas los próximos tres años: ya ven, no dejamos de ser unos verdaderos animales. Políticos, pero animales al fin).

Mmmm...

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