No lo digo yo, lo dicen algunas diputadas del PRI, PAN y PRD, quienes estimaron que las mexicanas no tienen nada que celebrar este Día Internacional de la Mujer pues persiste la discriminación y falta de garantías para el cumplimiento de sus derechos laborales y civiles. Claro que ellas, las diputadas, están en otro nivel y no pueden catalogarse como el estereotipo de las mexicanas de a pie, que en toda su vida no ganan lo que las legisladoras devengan en un año, más lo que se acumule en la semana. Y como ellas y nosotros tenemos la memoria tan chiquita, a veces no nos acordamos ni siquiera de eso. Así nomás.
Pero, bueno, ellas lo dijeron y aquí lo comentamos, exactamente como lo dijeron, faltaría más, oye. Así, la diputada priista María Esther Scherman consideró que la mujer mexicana atraviesa la peor crisis económica y social de su historia, pues al tiempo que aumenta su rol como cabeza de familia, el país enfrenta un panorama laboral adverso para ellas.
Actualmente, dijo, casi 30% de los hogares en México son dirigidos por las mujeres, debido a que los hombres han tenido que buscar el sustento económico en otro país, y también por los divorcios. Reconoció que hace falta legislar en apoyo a las mujeres que llevan a cabo "una triple jornada laboral" al ser empleadas y amas de casa. Además de ser cabeza de familia, creo, porque eso no lo mencionó la diputada Sherman.
Por su parte, la diputada panista Gabriela Cuevas Barrón señaló que aunque hay avances en la materia, "todavía no hay nada que celebrar" pues no se ha garantizado el pleno respeto a los derechos individuales de las mujeres, ni su desarrollo profesional. Aseveró que en temas como seguridad y la presencia de la mujer en la esfera política y económica no hay resultados dignos de festejar: "Ha habido avances a favor de las mujeres pero todavía no hay nada que celebrar", dijo.
Estimó que la equidad de género (o mejor dicho de sexo, porque el género… nomás ciertas telas y los pronombres personales) no es una tarea que competa sólo al gobierno federal (y menos al de su partido, ahora en el gobierno) sino a la sociedad; en ese sentido propuso realizar una "cruzada" (o sea: una guerra perdida de antemano, pues) para mejorar en lo cotidiano las condiciones de igualdad e integración familiar.
O sea, digo yo, la sociedad, nosotros, los que estamos acá, en este lado de la mesa, somos los que tenemos la culpa de eso porque no nos hemos puesto las pilas, según la diputada Cuevas. ¡No manches, Gaby!
A su vez, la diputada perredista Leticia Quezada coincidió en que las mexicanas no tendrán nada que celebrar hoy, y lamentó que en pleno siglo XXI persista la discriminación de género (¡De sexo, mi güen, de sexo! Otra vez: inchis políticos, cómo les gusta desgraciar el lenguaje: ca’ones… y ca’onas, diría Fox) en los ámbitos social y laboral: "Las mujeres ganamos 15% menos que los hombres, además de que tenemos menos oportunidades de acceder a un espacio de representación popular", dijo.
Recordó que en la Cámara de Diputados sólo hay 25.8% de legisladoras frente a un 74.2% de hombres (incluyendo, claro, a los que ya se salieron del clóset, que suman en la columna de varones): "Ni siquiera somos el 50%", subrayó, pero nada dijo del montón de diputadas que al día siguiente de sentarse en su curul por vez primera, “renunciaron” o dejaron que las renunciaran para darle cabida a compañeros (hombres tranzas que acusáis a la mujer sin razón, sin ver que sois la ocasión de la curul que ocupáis) con “más experiencia legislativa”, según consta en actas camariles: de vuelta a la estrechez de memoria.
Lo que pasó fue que para cumplir con el 40% de mujeres aspirantes a puestos de elección popular, como lo mandata el IFE, los partidos candidatearon mujeres en forma mañosa, pues había un acuerdo previo de que una vez obtenido el triunfo, renunciarían en favor de su suplente hombre. Así, los partidos Verde Ecologista (que no es más que una triste caricatura política) y del Trabajo (una más); además de lo que queda del PRD y el PRI en busca de una nueva glaciación beneficiaron su cuota de hombres en la cámara, mientras que las llamadas “adelitas” se sacrificaron para que la revolución siga cumpliendo años, ¿y ellas? Ellas bien, gracias por preguntar.
La integrante de la Comisión de Equidad y Género (¡mtamá!: ¿no les digo?) en San Lázaro destacó que en el Gobierno del Distrito Federal sólo hay un 10.5% de espacios federales representados por mujeres. También lamentó que en ninguno de los 31 estados de la república se dé a las mujeres el derecho de interrumpir un embarazo como en el Distrito Federal. O sea, que les permitan decidir sobre su propio cuerpo… abortar, pues, para decirlo de manera políticamente incorrecta, pero lingüísticamente correcta, al menos…
Por otro lado, digamos que más puntual fue la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) de México, que afirmó que siete de cada diez mujeres mayores de 15 años han sufrido agresiones violentas, y una de cada tres padece maltrato de su compañero íntimo. Asimismo, indicó que el 12.4% de las mujeres que trabajan han resentido al menos un acto de acoso y el 29.9% han padecido la violencia laboral, en tanto que el 19.2 por ciento reporta violencia física al interior de sus hogares. Ja: será en el interior de sus hogares.
"Un aspecto preocupante para esta Comisión Nacional es el trato discriminatorio que se da en el ámbito laboral a las mujeres en estado de gravidez", indicó en un comunicado dado a conocer en relación con el Día Internacional de la Mujer, que hoy cumple 100 años.
En la víspera del centenario de esta efeméride, la CNDH afirmó que México mantiene una deuda con las mujeres y denunció que persisten en el país las conductas sexistas, excluyentes y discriminatorias que les impiden el ejercicio pleno de sus derechos y prerrogativas. Y ni modo de decir que no es cierto, porque en una de esas, dios (que es todo un charro) nos echa el caballo encima.
Indicó que este aniversario del Día Internacional de la Mujer es una ocasión favorable para reflexionar sobre "lo que aún falta por hacer en favor de quienes representan más de la mitad" de la población del país. En México, según proyecciones oficiales, la población asciende a 108.4 millones de personas, de los cuales el 50.9% son mujeres (lo que significa que hay 96 hombres por cada cien mujeres en el país), y el 23 por ciento de los hogares mexicanos están dirigidos por mujeres.
La CNDH convocó a la sociedad y al Estado a establecer políticas dirigidas a acabar con la explotación y el acoso sexual, la violencia familiar, la discriminación y la marginación: esto sólo se puede lograr con el impulso de una cultura de la legalidad desde el nivel más elemental en la vida de los individuos.
Recordó que los casos de al menos 504 mujeres asesinadas y ultrajadas en Ciudad Juárez, y el reporte de 76 desaparecidas son ejemplo de la deuda que México tiene con este sector. Muchos de esos casos permanecen impunes y los responsables no han sido detenidos: "Mientras no se cumplan esos principios, estaremos en deuda con las mujeres en cuanto a la protección y defensa de sus derechos esenciales".