Trova y algo más...

jueves, 16 de agosto de 2012

Las enseñanzas de Antonio Machado...


Hoy leí una frase que se le atribuye a Antonio machado: “Despacito y buena letra, que el hacer las cosas bien, importa más que el hacerlas”.

¡Ah! Eso es lo que yo pienso sobre todo lo que uno hace o piensa hacer, independientemente de que sea escrito o no.

Me gusta Antonio Machado, sobre todo después de haber escuchado el disco LP (long play) que Joan Manuel Serrat grabó en 1969 con algunos de sus poemas: “Cantares”, “Guitarra del mesón”, “Las moscas”, “Llanto y coplas”, “La saeta”, “Del pasado efímero”, “Españolito”, “A un olmo seco”, “He andado muchos caminos”, “En Cotlliure”, “Parábola” y el que más me gusta del disco: “Retrato”, que dice entre sus versos:


Ni un seductor Mañara, ni un Bradomín he sido
-ya conocéis mi torpe aliño indumentario-…
 
…y más que un hombre al uso que sabe su doctrina
soy, en el buen sentido de la palabra, bueno.

Converso con el hombre que siempre va conmigo
-quien habla solo espera hablar a Dios un día-
mi soliloquio es plática con este buen amigo
que me enseñó el secreto de la filantropía.
 
Y al cabo, nada os debo; me debéis cuanto escribo
a mi trabajo acudo, con mi dinero pago
el traje que me cubre y la mansión que habito,
el pan que me alimenta y el lecho en donde yago.



Este poeta sevillano, nacido en 1875, dejó un gran legado dentro del Modernismo español y formó parte de la denominada Generación del 98, siendo elegido miembro de número de la Real Academia Española.

Algunos de sus libros publicados más importantes fueron Soledades, Campos de Castilla y La Guerra.

Recuerdo que en aquellos años 76 y 77, en la Escuela de Altos Estudios de la Universidad de Sonora analizamos, mejor dicho: disfrutamos, los poemas de Antonio Machado y de otros miembros de la Generación del 98, y ahí estábamos todos pensando en versos jacobinos y en romances romanceados para ganarnos el corazón de las chicas… o si no era el corazón, cuando menos algún otro rincón de la humanidad de aquellas muchachas que nos veían con cierto desdén por ese torpe aliño indumentario que portábamos como signo de nuestra carrera de Letras. ¡O tempora, 0 mores!

En fin, ahora que recuerdo a Machado y sus versos, recuerdo también algunas de sus frases célebres, que son puntuales y nos dicen tantas cosas en unas cuantas palabras que tal vez por eso no son apreciadas:

Por mucho que un hombre valga, nunca tendrá valor más alto que el de ser hombre

Benevolencia no quiere decir tolerancia de lo ruin, o conformidad con lo inepto, sino voluntad de bien.

Cuatro principios a tener en cuenta: Lo contrario es también frecuente; No basta mover para renovar; No basta renovar para mejorar, y No hay nada que sea absolutamente empeorable.

Es propio de hombres de cabezas medianas embestir contra todo aquello que no les cabe en la cabeza

Para dialogar, preguntad primero; después... escuchad

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