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martes, 18 de diciembre de 2012

La profecía maya ¿mito o realidad…

 


El fastuoso 21 de diciembre de 2012, esperado por muchos, temido por otros, parece más una creencia del new age impregnada de mercadotecnia y misticismo, que nada tiene que ver con el fin del mundo.
 
Erik Velásquez García, del Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM, considera que la idea ha cautivado a millones de personas que responden a una necesidad cultural de creer en el fin del mundo.
 
Pero eso sólo ha sido aprovechado para la comercialización de productos mediáticos, libros, y hasta de refugios antinucleares.
 
La presunta profecía maya del fin del mundo es una idea absolutamente occidental, arraigada en la más profunda creencia judeocristiana de un tiempo lineal y teleológico, ajena al pensamiento maya antiguo, explica Velásquez García.
 
Para María del Carmen Valverde Valdés, investigadora del Instituto de Investigaciones Filológicas (IIFL), también de la UNAM, este auge de los grupos mayas ha generado “montones de preguntas que es preciso responder”.
 
Pero ofrecer certezas es complicado cuando se trata de una cultura que habitó una región geográfica tan extensa (desde Tabasco, Yucatán, Quintana Roo y Chiapas hasta El Salvador), durante mucho tiempo (desde el 2000 antes de Cristo hasta la llegada de los españoles), y compuesta por grupos diferentes unidos por una familia lingüística.
 
En su opinión, lo primero que debemos hacer cuando hablamos de "los mayas", es cuestionar: "¿mayas de dónde? y ¿mayas de cuándo?".
 
De todas las evidencias sobre su concepción del tiempo (básicamente, inscripciones incompletas) se desprenden las suposiciones sobre las cuales se ha construido la famosa profecía, dice.
 
El asunto está muy ligado al sistema calendárico de los mayas de la época clásica (del 1500 hasta el 700 después de Cristo) que se basaba por un lado, en el año solar, dividido en 18 meses y 20 días (calendario haab, en maya).
 
Y, por otro, en un calendario ritual (o tzolkin, en maya) que no correspondía con un ciclo temporal concreto y es una combinación de 20 signos con 13 numerales, con un total de 260 días.
 
La inscripción 6 de Tortuguero no contiene ninguna profecía del fin del mundo, cambio de conciencia, alineación con el centro de la galaxia, ni nada de esas ideas que se le atribuyen, insiste Velázquez.
 
Está rota, fragmentada, es un texto incompleto que, sin embargo, conserva muchos jeroglíficos.
 
La inscripción perteneció a un edificio del siglo VII que ya no existe, pues muchos vestigios de Tortuguero fueron destruidos por la explotación de minas de arena, aunque las autoridades mexicanas rescataron lo que pudieron y se llevaron la mayor parte al Museo Arqueológico de Villahermosa.
 
 
El Monumento 6
El Monumento 6 del sitio de Tortuguero, en Tabasco, es considerado por muchos, como la mayor prueba de la profecía maya que anuncia el "fin de los tiempos" para el 21 de diciembre de 2012.
 
Lo cierto es que es el único monumento examinado hasta ahora, cuyos textos glíficos mencionan esa fecha en referencia a la culminación de un ciclo de trece baktunes.
 
Cada baktun equivale a 144,000 días, entonces el ciclo finalizará luego de 1.872.000 días, es decir, 5.125,26 años desde el inicio de la era actual (11 de agosto de 3114 a. C.), resultando la fecha gregoriana del 21 de diciembre de 2012.
 
La pieza comenzó a conocerse en 1962, cuando el arqueólogo John Eric Sidney Thompson (Inglaterra, 1898 -1975) publicó la fotografía de dos fragmentos con inscripciones que nombró "Estela 6".
 
Su colega, Berthold Riese dio a conocer un dibujo del mayista Ian Graham (Inglaterra, 1923) de una inscripción llamada "Monumento 6", que estaba fragmentada en seis pedazos, dos de ellos correspondían a las fotografías publicados por Thompson.
 
Mide 1.9 m de altura, tiene 92 cm en la parte más ancha y 65 cm en la menor; su grosor varía entre 12 y 13 cm, sólo una cara está labrada.
 
Según el Museo Pellicer de Villahermosa, donde se conservan tres de sus fragmentos, fue encontrada en 1958 cubriendo una tumba en el sitio arqueológico de Tortuguero.
 
Hay un fragmento en el Museo de Arte Metropolitano de Nueva York y dos en una colección privada de Boston.
 
Al parecer, su forma original era una "T", de la que no se ha ubicado su ala izquierda, por sus rasgos pudo localizarse en el interior de un santuario.
 
El análisis de todo el Monumento 6 muestra claramente que su objetivo principal es el relato sobre los sucesos que ocurrían mientras gobernanba B'ahlam Ahau.
 
Destaca la construcción y dedicación de una estructura ritual para la ceremonia de fuego ("el naah") en la fecha de cuenta larga 9.11.16.8.18 (14 de enero de 669). Estas inscripciones ocupan la mayor parte de la estela.
 
En el ala derecha se encuentran, los glifos que algunos consideran apocalípticos, entre los que se conservan legibles se interpreta:
 
El treceavo Baktun acabará en el 4 Ahau 3 Kankin (21 de diciembre de 2012). ¿Sucederá? ¿Será el descenso de Bolon Yookte Kuh para el Tzuhtz-(a)j-oom u(Y)-uxlajuum pik.
 
Nadie lo sabe, quizá el 13° Baktun de los mayas se ha completado: Chan Ajau ux (-te) Unliw 4 Ajaw(en) 4 Ahau, el tercero de Uniiw (o sea 3 Kankin)
 
Lo cierto es que el Monumento 6 no dice que se vaya a terminar el mundo, señala el fin de un ciclo y la llegada de otro.
 
La nueva era estaría a cargo de un nuevo señor, Bolon Yookte K'uh -"Dios de los nueve pasos" o "Dios de los nueve árboles"-, también presente en Palenque, del que no hay certeza de su significado dentro de la cosmología maya.
 
Los Mayas celebraban los finales de periodo como hoy se festejan los aniversarios, pues para ellos el tiempo no era abstracto, estaba conformado por ciclos, que tenían nombre.
 
Así que la mención de la fecha 13.0.0.0.0 4 Ahau 3 Kankin (21 de diciembre de 2012) en el Monumento 6 de Tortuguero, es un ancla cronológica aislada dentro de un largo relato.
 
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Por Roxana Howard / Luces del Siglo
 
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