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jueves, 20 de diciembre de 2012

Un día para el fin del mundo…


Un tema en el que difícilmente discutiremos: que cualquier día es día para el fin del mundo. Para 90,000 mexicanos –datos del Gobierno federal–, por ejemplo, un día del sexenio pasado fue el del fin del mundo.

O para más, porque todavía no tenemos información concreta.

Pero está la muerte lenta: el hambre.

Para esos que la padecen en México y en todo el mundo, mañana, y el día después de mañana, puede ser el del fin del mundo.

El más reciente informe del Índice Global del Hambre (IGH) indica que al menos en 20 países del mundo, el hambre ha alcanzado niveles “alarmantes”.

Datos de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) indican que el hambre se redujo en América Latina y el Caribe en la última década, y en vez de 65 millones de personas, ahora la padecen 49 millones.

El dato, como sea, es terrible: uno de cada 12 latinoamericanos viven con hambre, y cerca de 870 millones de personas han padecido desnutrición crónica desde el año 2010 hasta la fecha. Eso es una octava parte de la población mundial.

Escribió Ciro Murayama, investigador de la Facultad de Economía (UNAM), hace un año: “21.8 millones de mexicanos tienen ingresos que no les permiten cubrir sus necesidades alimenticias básicas. Representan el 19.4% de la población, y sólo entre 2008 y 2010 crecieron en casi tres millones y medio de personas. Esto revela que si bien el deterioro económico puede tener efectos nocivos generalizados, se ensaña en particular con la población más débil y muestra que en muy poco tiempo una amplia cantidad de personas pueden ir de ser pobres a incluso pasar hambre ante la ausencia de instituciones y redes de protección efectivas para evitar que la gente caiga en la miseria”.

Por las mismas fechas, la especialista en pobreza urbana Araceli Damián González agregó sus sospechas con los números del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), que en ese momento dijo que de 2008 a 2010 hubo 3.2 millones más de pobres en el país y, a la vez, disminuyó el número de personas sin acceso a servicios de salud, seguridad social, vivienda y educación.

Hay más pobres, dijo en entrevista con Milenio.

En México, sólo el 2% de los 112’336,538 habitantes tienen todas sus necesidades cubiertas; es decir, únicamente 2’246.000 mexicanos.

Muchos pobres. Muchos con hambre.

Esos, sin fijarse en la fecha, están en la ruta de la muerte lenta.

Para ellos, todos los días son un 21 de diciembre de 2012...

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