Trova y algo más...

miércoles, 26 de diciembre de 2012

Los iracundos viven más años...


“¿Y hasta ahora me lo cuentan? —dicen que gritó el Polacas© cuando le mencionaron eso de que los individuos con mal carácter, los enojones, los gritones amargados, pues, viven mucho más que los que tienen el corazón de turrón y la sangre de agua bendita—, tanto que he gastado en mis terapias para calmar la ira que llevo por dentro” —agregó y luego se fue a darle unos chingazos a Porfirio “La Jacaranda” Rodríguez, presidenta de su club de fans: “Si yo no sé por qué le daré unos jodazos, ella sí que lo sabe”, musitó mientras caminaba como fiera herida rumbo a su congal.

Mal hicieron en decirle al Lic. Holguín que un grupo de investigadores alemanes relacionó la longevidad y una buena salud con el temperamento, y reveló que las personas enojosas suelen vivir más y ser más sanas que las que reprimen sus emociones negativas.

En el estudio, realizado por los investigadores Marcus Mund y Kristin Mitte, de la Universidad de Jena, en Alemania, participaron más de 6,000 personas.

La investigación reveló que los pacientes que reprimen la ira, la ansiedad y otras emociones negativas, suelen tener el pulso acelerado, lo que puede originar una gran cantidad de enfermedades, desde insuficiencia coronaria hasta problemas renales o, incluso, cáncer. Y de falta de apetito sexual mejor ni hablamos: es lo primero que se pierde cuando atacan los males producto de esa represión emocional.

-“¡Si, de falta de apetito secsual mejor ni hablamos!” gritó el Polacas© como a dos cuadras de distancia.

Según el estudio de marras, cuando las personas se encuentran en una situación estresante, tienen la frecuencia cardíaca y el pulso más acelerados que aquellos que no reprimen esos sentimientos, y muestran otros indicios de estrés.

Basándose en los resultados de la investigación, el Marcus y la Kristin supusieron que los temperamentales españoles, italianos y mexicanos suelen vivir unos dos años más que, por ejemplo, los reservados ingleses, los suecos, los suizos y los pingüinos.

Como sea, dicen un pariente mío, tener mal carácter te perjudica todo el sistema hidráulico y tubular de las vías biliares, y terminas con el hígado hecho un asco, grites o no grites, cosa que me imagino que será más cierta que la conclusión del estudio del Mund y la Mitte.

Y eso que mi pariente nomás terminó la secundaria. Apenas y a penas…

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