Trova y algo más...

jueves, 5 de mayo de 2011

Cayeron diez y ninguno mexicano...

Vi ahí en el Checoblog esta entrada y díjeme a mimismo: “la tengo, es mía y se las dejo aquí” —paráfrasis poética al Perro Bermúdez: ¡Uf, uf y recontrauffff!—, así que ahí les va.

Acuérdense: cuando algo resulte inevitable, relájense y gócenlo.

La música popular nos recuerda la historia y así el grupo "La Tropa Loca" nos describe la batalla del 5 de Mayo, donde los franceses descubrieron todo el poderío militar azteca. (Si la batalla sucediera en la actualidad y se enfrentaran al ejército o a la armada, tal vez el resultado no fuera el mismo; pero si se enfrentaran contra un grupo de sicarios, quién sabe… ya ven que andan armados hasta los dientes, como si fueran grupo de élite gringo).

Y como dijo María Félix en la película "La Cucaracha" cuando uno de los soldados le avisó que se estaban quedando sin municiones: “¡Échenles mentadas que también duelen...!”

-o-

Recién firmado el convenio soledad

Llegaron los franceses y rompieron su amistad

Traían la consigna de acabar con la nación

Y derrotar a Juárez por orden de Napoleón.

-o-

Cayeron diez y ninguno mexicano,

llegaron otros seis y empezaron a notar,

que a ni un francés en aquel cinco de mayo

se le veían los pies y corrían sin parar.

-o-

Lorencez dijo en su carta a Napoleón:

con los seis mil franceses fácil es nuestra misión,

mejor es nuestra raza, también la organización,

pero los mexicanos le enseñaron la lección.

-o-

Cayeron diez y ninguno mexicano

llegaron otros seis y empezaron a anotar,

que a ni un francés en aquel cinco de mayo

se le veían los pies y corrían sin parar.

-o-

El General Zaragoza comprobó

que la lucha en bayoneta y cuerpo a cuerpo fue mejor

que los franceses invencibles ya no son

Dejando sin sentido al famoso Napoleón

-o-

Cayeron diez y ninguno mexicano

llegaron otros seis y empezaron a anotar,

que a ni un francés en aquel cinco de mayo

se le veían los pies y corrían sin parar.

-o-

Y corrían a pie y corrían como trenes

saltaban los magueyes al disparo del cañón,

saltaban nopales más alto que las liebres

y otros se arropaban como herido camaleón

-o-

Cayeron diez y ninguno mexicano

llegaron otros seis y empezaron a anotar,

que a ni un francés en aquel cinco de mayo

se le veían los pies y corrían sin parar…

--

Aitá, pinchi Sarkozi, pa’ que se te quite lo francés…

--

--