Vi ahí en el Checoblog esta entrada y díjeme a mimismo: “la tengo, es mía y se las dejo aquí” —paráfrasis poética al Perro Bermúdez: ¡Uf, uf y recontrauffff!—, así que ahí les va.
Acuérdense: cuando algo resulte inevitable, relájense y gócenlo.
La música popular nos recuerda la historia y así el grupo "La Tropa Loca" nos describe la batalla del 5 de Mayo, donde los franceses descubrieron todo el poderío militar azteca. (Si la batalla sucediera en la actualidad y se enfrentaran al ejército o a la armada, tal vez el resultado no fuera el mismo; pero si se enfrentaran contra un grupo de sicarios, quién sabe… ya ven que andan armados hasta los dientes, como si fueran grupo de élite gringo).
Y como dijo María Félix en la película "La Cucaracha" cuando uno de los soldados le avisó que se estaban quedando sin municiones: “¡Échenles mentadas que también duelen...!”
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Recién firmado el convenio soledad
Llegaron los franceses y rompieron su amistad
Traían la consigna de acabar con la nación
Y derrotar a Juárez por orden de Napoleón.
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Cayeron diez y ninguno mexicano,
llegaron otros seis y empezaron a notar,
que a ni un francés en aquel cinco de mayo
se le veían los pies y corrían sin parar.
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Lorencez dijo en su carta a Napoleón:
con los seis mil franceses fácil es nuestra misión,
mejor es nuestra raza, también la organización,
pero los mexicanos le enseñaron la lección.
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Cayeron diez y ninguno mexicano
llegaron otros seis y empezaron a anotar,
que a ni un francés en aquel cinco de mayo
se le veían los pies y corrían sin parar.
-o-
El General Zaragoza comprobó
que la lucha en bayoneta y cuerpo a cuerpo fue mejor
que los franceses invencibles ya no son
Dejando sin sentido al famoso Napoleón
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Cayeron diez y ninguno mexicano
llegaron otros seis y empezaron a anotar,
que a ni un francés en aquel cinco de mayo
se le veían los pies y corrían sin parar.
-o-
Y corrían a pie y corrían como trenes
saltaban los magueyes al disparo del cañón,
saltaban nopales más alto que las liebres
y otros se arropaban como herido camaleón
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Cayeron diez y ninguno mexicano
llegaron otros seis y empezaron a anotar,
que a ni un francés en aquel cinco de mayo
se le veían los pies y corrían sin parar…
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Aitá, pinchi Sarkozi, pa’ que se te quite lo francés…
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