La visión del mundo del gobierno y los grupos de poder gringos es muy sui generis.
Como todo lo basan en su poderío militar, dicen:
• Si le jodemos la vida a algún país, y vienen y nos atacan, son terroristas. Hay que borrarlos del mapa y quedarnos con su petróleo.
• Si nosotros, aunque nunca nos hayan hecho nada, vamos y atacamos a algún país (para quedarnos con su petróleo), somos héroes.
This is it.
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Bueno, y ahora andan con que después de 10 años de 2001 (o sea, 2011), finalmente mataron a Osama Bin Laden.
Con un triunfalismo sólo comparable al del Felipe Calderón cuando anuncia que "atraparon" (aquí debemos entender que se entrega) a algún capo de la droga en México, el presidente gringo salió a decirle al grupito de fanáticos alcoholizados en sus propias armas que gracias a un operativo militar, ya le dieron chicharrón al Osama.
This is it, pues.
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Digamos que todavía quedamos como tres o cuatro que creemos otra cosa, y que en realidad el que está muerto electoralmente es Obama, por lo que necesitaban un espectáculo triunfalista para revivir: como el juego Real Madrid-Barcelona es español, la boda real es británica y la santificación de Juan Pablo II es italiana, pues había que inventar algo para atrapar al electorado pueril estadounidense, así que sacaron a relucir a todo color la muerte de Bin Laden.
Según se ha dicho, ya Donald Trump le pidió a Obama el certificado de fallecimiento de Osama.
Como sea, creo, finalmente, que este golpe mediático del Obama, utilizando al Osama, es tardío: a estas alturas, el Obama es un triste Osama...
This is it, ca'ónes...
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