¿Son realmente libres las elecciones en México? ¿Hay democracia real o sólo formal en nuestra región? ¿Cuáles son las nuevas formas de fraude electoral? En algunas encuestas hechas en nuestro estado, ante la pregunta de si hay fraude electoral, la mayoría de la población sigue considerando que lo hay aunque no sabe explicar cómo se hace.
Lo que sucede es que cuando hablamos de fraude electoral todos pensamos en los métodos que se usaban en los años sesentas y setentas. En esos tiempos los ciudadanos adeptos al oficialismo votaban varias veces en la misma elección. Las urnas o depósitos de los votos se rellenaban a favor del partido oficial.
El ejército militarizaba las ciudades el día de las elecciones y en muchas ocasiones se llevaban las urnas a los cuarteles y allí las rellenaban de votos. La oposición política era reprimida brutalmente. Las actas donde se contabilizaban los votos ciudadanos eran alteradas.
En los primeros años en que se usaron computadoras para contabilizar los votos, los sistemas se caían misteriosamente y luego varias horas después las computadoras aparecían con resultados diferentes a las tendencias iniciales.
Todo esto nos lleva a pensar que actualmente los fraudes los hacen con métodos similares… pero no es así…
Ahora las cosas han cambiado. Como diría Alvin Toffler: Esos eran los métodos de la Segunda Ola, de la era de las chimeneas. Ahora en la era del conocimiento, en la Tercera Ola, las cosas se hacen completamente diferentes. Pero todos seguimos buscando el fraude en los mismos lugares.
El día de las elecciones se despliegan millares de observadores electorales que supervisan el proceso, los organismos internacionales envían delegaciones especializadas que vigilan el desarrollo del proceso electoral. Al final todos terminan diciendo en sus informes que no hubo fraude, legitiman los resultados y señalan dos o tres fallas de procedimiento o proponen medidas de modernización (en el fondo para justificar su presencia y garantizar estar presentes en la siguiente elección).
Lo que en realidad ha pasado es que ha cambiado la forma de hacer los fraudes electorales. Ahora los fraudes se desarrollan desde fuera de los sistemas electorales, usando otro tipo de medios y recursos. Veamos esto para que nos vayamos formando una idea de las nuevas metodologías.
Ante una situación de riesgo, los grupos de poder económico afines al gobierno ponen todos sus recursos para evitar una victoria electoral de la oposición.
Primero alinean a prácticamente todos los grandes medios de comunicación (prensa escrita, radio, televisión, internet y periodismo celular).
Enseguida, el partido gobernante establece líneas editoriales favorables al candidato oficial. En Sonora hemos visto que casi todos lo noticieros y programas de opinión comenzaron a favorecer descaradamente al gobierno y su partido, y a los demás candidatos se les ignoró para que fueran reducidos a la mínima expresión.
Luego se inicia una segunda fase en la que se bombardea a la población con mensajes que generan un terror psicológico a la población.
Se monta una poderosa campaña en la que se hace creer al votante que si ganaba la oposición se va a perder todo lo ganado (en más de un sentido es así), y con ello se generan oleadas de los llamados “votos del miedo” o simplemente crece el abstencionismo. Esto le sucedió a AMLO cuando los medios crearon la imagen de que era un peligro para México, cuando el peligro y todo lo acarrea lo estamos viviendo precisamente hoy en el país.
El resultado electoral es de todos conocido: el 2006 no hubo necesidad de sacar el ejercito a hacer fraude, ni de rellenar las urnas, ni de alterar actas de resultados.
Y el 2009, aquí, tampoco…