Desde el mediodía del domingo 5 de julio empezaron a llegar mensajes de que Roberto Ruibal Astiazarán, el dirigente del PRI Sonora, era culpable de lo que hasta esos momentos era una derrota parcial para Alfonso Elías Serrano.
Al paso de los días, para algunos priístas identificados como boursistas, el único responsable de lo que ocurrió hace dos domingos es el todavía dirigente del PRI; ninguno de ellos reflexiona que algunas victorias, incluso las que ellos obtuvieron, son producto de las estrategias que el mismo Ruibal Astiazarán les diseñó.
Queda claro que la victoria tiene muchos nombres y las derrotas son huérfanas, pero al menos en el caso de Sonora tiene el apellido de Ruibal inscrito.
Las acusaciones tienen varios tonos y vienen de los más diversos personajes.
No solamente lo acusan de haber operado mal la elección, los señalamientos van también en el sentido de que por sus manos pasaron recursos que nunca llegaron a la estructura y en ese sentido averió la maquinaría para ganar la elección.
No hay evidencias de que Ruibal Astiazarán se hubiera apropiado de los recursos que supuestamente le entregaron para operar, pero cada vez hay más voces repitiendo que sí lo hizo.
Es justamente bajo la intensidad de ese fuego amigo, que Roberto Ruibal tiene ahora que operar también la defensa de su candidato; a pesar de que el coordinador de la campaña de Alfonso Elías Serrano fue Antonio Astiazarán, es Roberto Ruibal al que se le ha visto activo en la defensa de su candidato y es que dicen que ese papel también es un castigo por la derrota.
Hasta antes del 5 de julio, la carrera política de Roberto Ruibal iba en ascenso: inició el gobierno de Eduardo Bours como director del Isssteson, donde realizó un magnífico trabajo; pasó luego a la Secretaría de Gobierno y el 2006 hasta se dio tiempo para figurar en la planilla de Ernesto Gándara Camou; fue regidor unos minutos y con eso salvó el candado de los puestos de elección popular, para luego regresar a la Secretaría de Gobierno de donde emigró al PRI con la encomienda de hacer ganar a Elías Serrano.
Roberto Ruibal estaba llamado a ocupar una diputación plurinominal y ser el jefe de la bancada priísta en el Congreso del Estado, inclusive hasta hubiera podido conservar la dirigencia del PRI.
Ahora nada de eso es seguro.
Ser diputado es una posibilidad, pero se verá las caras con todos aquellos que ahora lo señalan como culpable de la derrota; la jefatura de la bancada, eso ya es imposible porque el grupo boursista en el legislativo sonorense no le perdona lo que ellos consideran una traición.
¿Seguir en el PRI? El ha dicho que fue electo por cuatro años y por tal motivo se quedará en el Partido, la verdad es que a partir del 13 de septiembre será el CEN del PRI quien mande en el tricolor de Sonora y todo apunta para que Roberto Ruibal sea relevado en ese cargo por Ernesto Gándara Camou.
El problema para Roberto Ruibal es que de todas las acusaciones que le han hecho, incluida la de que se quedó con los recursos, no se ha defendido de ninguna y bajo ese contexto se impone aquello de que: el que calla otorga.
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Rafael Cano Franco (“Todos acusan a Roberto”, http://www.ehui.com/index.php?c=8&a=121204)
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( O sea, la importancia de llamarse Roberto, je...)