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martes, 7 de julio de 2009

Entre la equidad y la equinidad...

Equidad (Del lat. aequĭtas, -ātis), según el Diccionario de la Real Academia Española, es: 1. f. Igualdad de ánimo; 2. f. Bondadosa templanza habitual. Propensión a dejarse guiar, o a fallar, por el sentimiento del deber o de la conciencia, más bien que por las prescripciones rigurosas de la justicia o por el texto terminante de la ley; 3. f. Justicia natural, por oposición a la letra de la ley positiva; 4. f. Moderación en el precio de las cosas, o en las condiciones de los contratos; 5. f. Disposición del ánimo que mueve a dar a cada uno lo que merece.
Así, Inequidad es lo que no tiene equidad.
"Epifanio Salido Pavlovich, candidato del PRI a la alcaldía de Hermosillo, aseguró que se vivió una elección inequitativa, pero aceptó que los resultados tuvieron una tendencia en contra de su candidatura...", dijo el diario electrónico de hoy.
Y yo pensé que nunca iba a estar de acuerdo con el Epifanio, pero ya ven: Cae más pronto un hablador que un rojo, como dice el refrán posmoderno.
Tienes mucha razón, Epifanio: ésta fue una elección inequitativa. Monstruosamente inequitativa, diría yo: tú tuviste todos los recursos de la galaxia; Gándara, todos los del mundo, y los demás, la chiquillada, pues, no tuvieron recursos ni para caerse muertos.
Más inequitativa no pudo haber sido.
Lástima de falta de visión de quienes creyeron que todos esos recursos públicos que pusieron a tu disposición y con los que construiste un monumento al ego y a la soberbia: tres megalonas, cuatro millones de pendones, un dirigible que finalmente se desinfló, cartelitos a lo bestia, dípticos más rojizos que el atardecer, centros de acopio de nada, discursos baratos, proyectos demagógicos y todas esas porquerías que finalmente se convierten en basura electoral.
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Quienes creyeron que con dinero baila el pueblo, les faltó tacto y humildad, ingredientes que no estuvieron en la dieta ni de los ideólogos de las campañas ni en la de la mayoría de los candidatos priístas y panistas (pero sobre todo en las priístas, que tuvieron a casi todos los medios y sus heraldos de la buñiga a disposición).
Cuando esos heraldos intentan tímidas defensas en favor de los candidatos priístas al gobierno del Estado y a la alcaldía de Hermosillo, subrayan que el incendio de la Guardería ABC y la consecuente tragedia que ya todos conocemos cambió el curso de la elección.
Sí: así fue. La tragedia dio pie a negociar muchas cosas entre las cúpulas partidistas, no entre la ciudadanía, que ya tenía definido su voto en contra del Vaquero y del Epifanio.
Y aquí también hubo inequidad, estimado Epifanio: a la hora de negociar en lo oscurito no te trataron igual --con equidad, para decirlo en tus téminos-- que a los otros candidatos de tu partido (o alianza) que sí ganaron y que, en honor a la equinidad, no tienen mayores méritos que tú, más bien son malos y peores, pero necesarios en este momento y para el mediano plazo: tiempo al tiempo...