No, no fue aquí, aunque bien pudo haberlo sido, y con justa razón: en la mente de muchos profesores disidentes todavía resuena aquel “Vayan y chinguen a su madre”, pronunciado en Hermosillo por gobernador Eduardo Bours desde su vehículo en la celebración del día del Maestro el 15 de mayo de 2005.
Fue en Jalisco.
De allá dicen que los traspiés en la forma de conducirse por parte del gobernador jalisciense, Emilio González Márquez, influyeron para que el electorado le haya contestado sus ofensas con su voto en contra de él y de su partido, el PAN.
“La gente le respondió a Emilio González su mentada de madre en las urnas. Es una respuesta saludable por los jaliscienses, que muchos pensábamos que era Jalisco una zona perdida, pero nos dimos cuenta que no. La gente se calló la ofensa, pero en el momento justo utilizó el voto útil para sacar al partido. No es que haya un resurgimiento priísta, sino la gente pensó: hay que sacar a este partido del poder”, señaló el investigador del Departamento de Estudios de la Comunicación Social de la Universidad de Guadalajara, Francisco Aceves González.
Aceves González subrayó que a la mala imagen de Emilio González y los errores por las obras en el centro de la ciudad y del Macrobús, que tanta irritación despertaron en la sociedad, debe agregársele las campañas sucias del Partido Acción Nacional (PAN), que en esta ocasión no sólo no les funcionaron, sino que fueron como un boomerang en contra de ellos mismos.
“La guerra sucia no siempre funciona. Me parece que los miembros del Partido Revolucionario Institucional (PRI) debieron tener datos de que tenían muchas posibilidades de ganar y dejaron que el PAN sacara todo el lodo, a lo que los priístas nunca contestaron: pudiéndole sacar a Emilio todos sus errores, no lo hicieron, con la seguridad de que sabían que la gente estaba harta y era mejor callarse y no victimizar al funcionario”.
El investigador agregó que las elecciones le dejaron “un buen sabor de boca, porque demuestra un electorado inteligente y conciente, que midió la fuerza de su voto para solucionar un problema político en el estado. Además, el papel del Instituto Electoral y de Participación Ciudadana también se salva, al llevar a buen término el proceso”.
Como se recuerda, el 24 de abril de 2009 el gobernador Emilio González dio respuesta a las invectivas de ciudadanos y medios de comunicación por las millonarias donaciones que había hecho a la iglesia católica y a las televisoras privadas con el erario estatal: “¡Chinguen a su madre!”, dijo en respuesta a esas críticas.
Aquí también hubo un poco de todo eso.
Lo único que cambió fueron los colores de los partidos, pero el resultado fue el mismo: las urnas respondieron con una tendencia irreversible “¡la tuya!”
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