“La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida, ¡ay, dios!”, era el estribillo que cantaba Rubén Blades cuando entonaba la canción Pedro Navajas, que trata sobre un tipo chulo, un padrote fanfarrón, un individuo que no se dejaba amedrentar por nadie, pero que al final terminó sus días de mano de quien menos pensaba…
Y sí: la vida nos da sorpresas... sorpresas nos da la vida, ay, dios...
Y una sorpresa fue la que nos dio el lunes pasado Alfonso Elías —el Vaquero, el Zurdo de Arizpe, el del siguiente nivel… y demás aposiciones—, quien como Pedro Navajas (después de una intensa, acalorada, nerviosa jornada electoral que sus corifeos de todos los medios daban por ganada de antemano, con la mano en la cintura y sin despeinarse, y de un festejo en el que celebró ruidosamente —al igual que su contrincante del PAN— apenas una hora después de haberse cerrado las casillas electorales, una victoria fantasma que le daban los primeros 100 votos contados), salió con el tumba'o que tienen los guapos al caminar durante las primeras horas de la tarde a leer un comunicado en el cual señalaba que su partido interpondrá un recurso de impugnación ante las autoridades electorales, pues el conteo arrojado hasta hoy, en el que sale con ventaja el panista Guillermo Padrés, es resultado de un proceso ilegal.
La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida, ay dios… porque si alguien está moralmente impedido a señalar procesos ilegales es precisamente el llamado Vaquero: recordemos que en la contienda interna para elegir candidato del PRI al gobierno del Estado, hubo un sinfín de irregularidades, y en palabras científicas, los organizadores de esa elección se pasaron la lógica matemática por el arco del triunfo, dejando un priísmo dividido, desencantado y con ánimo de cobrar agravios.
¿Cómo se explica entonces que en la contienda interna los priístas hayan logrado cautivar a cerca de 320 mil ciudadanos, y que en la votación del domingo hayan acudido a votar a favor del priísta 390 mil; es decir, sólo tuvo un arrastre extra de 70 mil votos, contando los escasos que las rémoras del Verde y del Panal le hayan podido acarrear?
Convendría analizar las circunstancias, no sólo los hechos, pues aquel priísmo dividido bien pudo cobrarle la factura a Elías Serrano.
Hoy, el de Arizpe siguió actuando el guión que le corresponde.
Porque los “dados cargados” que imperaron en el pasado proceso electoral hacia el abanderado del Partido Acción Nacional son actos fraudulentos que no se pueden permitir, Alfonso Elías Serrano dijo en televisión estar seguro que se anulará la elección a la gubernatura.
Entrevistado en el programa de televisión “Entre Todos”, un programa de nula credibilidad, el priísta sonorense reiteró su compromiso de apoyar a su partido en la impugnación del resultado de los comicios electorales al Gobierno de Sonora, porque actos corruptos atentan contra la democracia del país y la confianza hacia las instituciones.
“Vamos a trabajar para garantizar la legalidad del proceso y el cumplimiento de la Constitución, fue un proceso lleno de irregularidades en varios municipios y sobre todo con muchas ventajas para un solo partido y para un candidato y así ya lo hemos demostrado”, recalcó.
Cierto: tiene derecho a impugnar la elección, pero el tener derecho no le da automáticamente la razón.
Alfonso Elías recalcó ante Mendoza y Olea que no dejará de luchar junto con el PRI Sonora para que se sepa la verdad de lo sucedido el pasado 5 de julio, “No hay júbilo en los sonorenses, no están contentos con los resultados y por eso vamos a impugnar, porque tenemos elementos determinantes para anular esta elección inequitativa”.
Bueno, diría yo: cuando menos hay casi 40 mil sonorenses más que sí están jubilosos que los que no lo están, y esa es una tendencia irreversible… tanto en el júbilo como en los resultados del domingo pasado, por más escándalo, amontonamiento y reclamos reciclados…